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Zimbabue: presidente pide calma tras disturbios en Harare


Un hombre cae al suelo tras ser disparado en la espalda por las fuerzas de seguridad durante una protesta organizada por simpatizantes del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) contra el conteo de votos tras las elecciones del país, en Harare, Zimbabue, el 1 de agosto de 2018.
Un hombre cae al suelo tras ser disparado en la espalda por las fuerzas de seguridad durante una protesta organizada por simpatizantes del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) contra el conteo de votos tras las elecciones del país, en Harare, Zimbabue, el 1 de agosto de 2018.

HARARE - El presidente de Zimbabue dijo el jueves que su gobierno se puso en contacto con el principal líder opositor del país en un intento por aliviar las tensiones tras la violencia postelectoral que sacudió la capital, Harare, en la víspera.

Mientras la nación africana espera para conocer el resultado de las elecciones presidenciales, que se publicarán a las 21:00 horas, el presidente, Emmerson Mnangagwa tuiteó que "hemos estado en contacto” con su principal rival, Nelson Chamisa, y que "debemos mantener este diálogo para proteger la paz que apreciamos”.

Las conciliadoras declaraciones del mandatario se produjeron un día después de que los soldados tomaran las calles de Harare, disparando munición real y golpeando a los manifestantes, muchos de los cuales arrojaron piedras y prendieron fuegos para protestar contra un supuesto fraude en los comicios del lunes. Tres personas fallecieron en los disturbios.

La violencia comenzó después de que la Comisión Electoral de Zimbabue anunció que el partido gobernante, ZANU-PF, obtuvo la mayoría en el parlamento. El organismo, que anunciará el nombre del nuevo presidente más tarde en el día, dijo que la votación fue libre y justa.

En una serie de tuits, Mnangagwa pidió además una "investigación independiente" sobre la violencia en Harare, añadiendo que los responsables "deberían ser identificados y llevados ante la justicia".

En la víspera, el dirigente culpó a la oposición por los disturbios, aunque algunos observadores internacionales criticaron al ejército por abrir fuego contra civiles desarmados.

Las calles de Harare permanecían tranquilas el jueves mientras los soldados patrullaban a pie y en camionetas, pidiendo a vendedores y otras personas que abandonasen el centro de la ciudad a mediodía.

También había una fuerte presencia policial en la sede del opositor Movimiento por el Cambio Democrático, que intentó derrocar al partido gobernante en las urnas tras décadas bajo el mando de Robert Mugabe.

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