Se me acusa de “maceta”, llegaron a mi casa y prepararon una lista de todos los equipos y adornos que tengo en la casa.
Yo nunca he tenido problemas con la justicia, pero me dicen que con los “macetas” no se necesitan pruebas, que es por convicción.
¿Es cierto que por convicción me pueden quitar todo y hasta meterme preso?
La sanción por convicción no existe, no está recogida dentro de ningún cuerpo legal cubano, así que nunca te podrán sancionar por convicción.
Pero si existe una figura delictiva llamada Enriquecimiento Ilícito, en la que le toca al acusado demostrar su inocencia. Algo completamente diferente al resto de los delitos del Código Penal, donde el acusado es considerado inocente hasta tanto se pruebe lo contrario.
Según la ley, el acusado en estos casos tiene que probar que sus bienes no son el fruto de delitos cometidos por él. Así que te toca preparar un expediente de descargo en que justificarás la procedencia de cada bien o adorno que integra la lista que te hicieran.
La justificación de los medios puede ser desde el documento conocido como la propiedad del mismo, expedida en el momento de la compra, hasta una declaración jurada ante notario de la persona que te la regaló, vendió o traspasó de cualquier otra manera.
Es un proceso difícil de ganar, sobre todo porque con este delito la fiscalía persigue cubrir la incapacidad de la policía para encausar a los acusados por un delito en específico.
El Enriquecimiento Ilícito es conocido jurídicamente como un “saco”, precisamente porque es utilizado como último recurso para lograr actuar jurídicamente contra alguien de quien se sospecha que comete algún tipo de delito.
Quiere decir que al acusarte de este delito están dejando en evidencia que te han estado investigando con anterioridad por otros casos que no han podido probar.
Yo nunca he tenido problemas con la justicia, pero me dicen que con los “macetas” no se necesitan pruebas, que es por convicción.
¿Es cierto que por convicción me pueden quitar todo y hasta meterme preso?
La sanción por convicción no existe, no está recogida dentro de ningún cuerpo legal cubano, así que nunca te podrán sancionar por convicción.
Pero si existe una figura delictiva llamada Enriquecimiento Ilícito, en la que le toca al acusado demostrar su inocencia. Algo completamente diferente al resto de los delitos del Código Penal, donde el acusado es considerado inocente hasta tanto se pruebe lo contrario.
Según la ley, el acusado en estos casos tiene que probar que sus bienes no son el fruto de delitos cometidos por él. Así que te toca preparar un expediente de descargo en que justificarás la procedencia de cada bien o adorno que integra la lista que te hicieran.
La justificación de los medios puede ser desde el documento conocido como la propiedad del mismo, expedida en el momento de la compra, hasta una declaración jurada ante notario de la persona que te la regaló, vendió o traspasó de cualquier otra manera.
Es un proceso difícil de ganar, sobre todo porque con este delito la fiscalía persigue cubrir la incapacidad de la policía para encausar a los acusados por un delito en específico.
El Enriquecimiento Ilícito es conocido jurídicamente como un “saco”, precisamente porque es utilizado como último recurso para lograr actuar jurídicamente contra alguien de quien se sospecha que comete algún tipo de delito.
Quiere decir que al acusarte de este delito están dejando en evidencia que te han estado investigando con anterioridad por otros casos que no han podido probar.