¿No creen que sea justo suspender un género musical que es grosero y ofensivo para muchas personas?
No se trata de oponerse a que se suspenda un género que sea grosero, lo que rechazamos es al acto de limitar la libertad de expresión de los artistas cubanos.
El género que para ti puede ser grosero, puede ser calificado de sincero, innovador o imprescindible para otro tipo de público.
El reggaetón, como el rap, o el hip hop, son una representación de la libertad de expresión de la que debe disfrutar el artista, es un derecho ciudadano no negociable y que el estado no debe dosificar.
Ser miembro de una sociedad civil implica convivir con ciertas condiciones y situaciones que aunque no son de tu agrado debes tolerar, así como otros toleran condiciones y situaciones que no les gustan pero que a ti te sirven de complemento.
El respeto a la diversidad, a las múltiples opciones es también una forma y manera de defender nuestros derechos ciudadanos, nuestra sociedad civil.
También recuerda que las conductas reprimidas son las que más se incentivan, algo que para muchos es una condición inherente del ser humano.
En los últimos 50 años, por otras razones, el gobierno cubano ha prohibido varias manifestaciones culturales, artísticas y hasta tendencias populares.
Nunca ha logrado erradicarlas, persistieron, de manera informal, subterráneas o hasta en un franco desafío a las leyes imperantes en el país.
La historia, al final ha demostrado que el gobierno cubano se ha visto obligado a reinsertarlas y a declararlas legitimas.
Tan solo cabe señalar que hay un monumento a John Lennon en un parque de la Habana y que el cantante boricua José Feliciano interpreta temas en las estaciones de radio estatales. En los años 60 y 70, escuchar a estos artistas podría llevarte inclusive a la cárcel.
No se trata de oponerse a que se suspenda un género que sea grosero, lo que rechazamos es al acto de limitar la libertad de expresión de los artistas cubanos.
El género que para ti puede ser grosero, puede ser calificado de sincero, innovador o imprescindible para otro tipo de público.
El reggaetón, como el rap, o el hip hop, son una representación de la libertad de expresión de la que debe disfrutar el artista, es un derecho ciudadano no negociable y que el estado no debe dosificar.
Ser miembro de una sociedad civil implica convivir con ciertas condiciones y situaciones que aunque no son de tu agrado debes tolerar, así como otros toleran condiciones y situaciones que no les gustan pero que a ti te sirven de complemento.
El respeto a la diversidad, a las múltiples opciones es también una forma y manera de defender nuestros derechos ciudadanos, nuestra sociedad civil.
También recuerda que las conductas reprimidas son las que más se incentivan, algo que para muchos es una condición inherente del ser humano.
En los últimos 50 años, por otras razones, el gobierno cubano ha prohibido varias manifestaciones culturales, artísticas y hasta tendencias populares.
Nunca ha logrado erradicarlas, persistieron, de manera informal, subterráneas o hasta en un franco desafío a las leyes imperantes en el país.
La historia, al final ha demostrado que el gobierno cubano se ha visto obligado a reinsertarlas y a declararlas legitimas.
Tan solo cabe señalar que hay un monumento a John Lennon en un parque de la Habana y que el cantante boricua José Feliciano interpreta temas en las estaciones de radio estatales. En los años 60 y 70, escuchar a estos artistas podría llevarte inclusive a la cárcel.