Bueyes cubanos destronan al perro como mejor amigo del hombre

Fotografía de archivo de un campesino arando la tierra con una yunta de bueyes.

El retorno a los viejos tiempos de arar con bueyes, fue abordado en Granma con un elogio a las ventajas de andar el surco, arado en mano, tras una pujante, dócil y económica yunta de bueyes.
La falta de recursos financieros, el déficit de maquinaria agrícola, sus costos de mantenimiento y la necesidad de ahorrar combustible, han hecho que ”los responsables de hacer producir la tierra vuelvan la mirada una vez más hacia el "remolcador" más noble y económico de la agricultura: el buey”, explicó hoy el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.

El retorno a los viejos tiempos de arar con bueyes, fue abordado por el especialista de Granma en temas agrícolas Pastor Batista, quien ni tardo ni perezoso, destronó al perro como el mejor amigo del hombre para otorgar esa noble cualidad al buey, en un reportaje destinado a elogiar las ventajas de andar el surco, arado en mano, tras una pujante, dócil y económica yunta de bueyes.

El problema es encontrar esos bueyes. Bueyes sigue habiendo, como es natural cada vez que un toro resulta castrado, pero entrenarlos para arar la tierra docilmente ya es otra cosa. Lo mismo sucede con los boyeros. Comenzaron a desaparecer cuando entró en escena la maquinaria, aumentando la productividad y humanizando el trabajo agrícola.

Estadísticas en mano, Pastor Batista cuenta que existen en la provincia Las Tunas 16, 632 bueyes, pero que se necesitan 1,800 bueyes más para cubrir las necesidades de la región.

Para entrenar al nuevo mejor amigo del hombre se han creado 18 centros de doma, que incluyen también la formación de domadores y herreros, la fabricación y reparación de yugos, frontiles, sogas, implementos y accesorios.

El asunto no se queda aquí y Batista nos recuerda que se precisa “también la creación de áreas de pasto para garantizar la alimentación de los animales de trabajo y la capacitación de médicos veterinarios cuyos servicios son necesarios en las distintas formas productivas”.

El reportero agrega una observación ecológica al retorno de los bueyes destacando que su acción “es menos perjudicial para el terreno y mucho más favorable para el medio ambiente” y se pone a cubierto de los defensores de los animales, condenando el tradicional aguijón utilizado por el boyero para hacer caminar al buey.

“Nadie imagine que estas líneas "venden" una receta unilateral a favor del uso de este animal”, concluye Batista.