Según medios oficiales, los cubanos podrán ver desde el domingo Telesur en tiempo real. Del lobo, un pelo.
Un chascarrillo popular que ilustra la estricta censura informativa que el pueblo cubano ha padecido a lo largo de más de cinco décadas de castrismo, afirmaba que si Napoleón hubiese tenido un periódico como el Granma nadie se habría enterado de su derrota en Waterloo.
Y en realidad, de no haber sido por las naturales ansias de informarse y estar al día de los criollos, por la prensa nacional nunca se habrían enterado de sucesos tan trascendentales como la primavera árabe. O al menos, no de los hechos como fueron.
La bloguera alternativa Miriam Celaya escribió durante el conflicto en Libia en 2011 --con apogeo en la muerte del coronel Muamar Gadafi a manos de rebeldes iracundos-- que “a juzgar por las ‘noticias’ y por los analistas de prensa oficiales (cubanos), el Gobierno libio contaba con la adhesión incondicional y masiva de su pueblo, y la derrota de los rebeldes y de la OTAN era sólo cuestión de trámites”.
Claro, que una cosa es para adentro y otra para afuera. Aunque la parcialidad político-ideológica ha sido su denominador común, no es lo mismo Granma que Granma Internacional; ni la AIN, que Prensa Latina; ni Radio Rebelde, que Radio Habana Cuba; ni Tele Rebelde, que Cubavisión.
En aras de apuntalar la imagen romántica y utópica de la revolución castrista, a los segundos se les han permitído históricamente libertades de forma y contenido que en los primeros eran inimaginables bajo el ojo vigilante del Departamento de Orientación Revolucionaria. Esos matices han diferenciado la propaganda castrista que se exporta de la que se destina al consumo interno.
UNA IDEA DEL MAXIMO
En la misma cuerda, a pesar de que el canal de 24 horas de noticias Telesur, lanzado en Caracas en julio de 2005, fue una idea original de Fidel Castro (“Hagamos algo parecido a CNN”), y de que La Habana aportó --junto con Venezuela, Uruguay y Argentina-- parte del capital inicial, después de su inauguración los cubanos sólo han recibido un paquete de entre una hora y dos horas y media tamizado, editado, y diferido 24 horas, con lo que el Gobierno de la isla consideraba “Lo mejor de Telesur”, a través del Canal Educativo.
Tal paternalismo, así como las apreciables diferencias con el producto nacional para “consumo interno”, provocaron críticas tanto desde la oposición como desde los leales al Gobierno.
Ahora se anuncia que desde este domingo 20 de enero los cubanos podrán ver Telesur “en señal abierta y en tiempo real durante varias horas al día”.
Para los televidentes en la isla es una buena noticia. Pero sólo por aquello de que “en tierra de ciegos, el tuerto es rey”. En su post del blog SinEvasión sobre la insurrección en Libia, Celaya destacaba que mientras se ignoraban deliberadamente los reportes de prensa de numerosas agencias extranjeras que seguían paso a paso el conflicto, la fuente “fidedigna” del periodismo oficial cubano había sido siempre Telesur.
EN TIERRA DE CIEGOS EL TUERTO ES REY
“Para los cubanos, que han tenido durante cincuenta y tantos años una falta de libertad de expresión absoluta, Telesur seguramente tendrá información que ellos ni siquiera se imaginan, elementos sobre las guerras del Medio Oriente, sobre las luchas de muchos países, etcétera”, dijo a martinoticias desde Caracas la profesora de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, Gloria Cuencas.
“Pero Telesur no es para nada objetivo. Es un canal al servicio del Gobierno de Venezuela, que es quien lo financia, y de todos los grupos que en América Latina, bien sean ecuatorianos, bolivianos, argentinos, incluso un poco los brasileños, tienen una postura en contra de lo que es el mundo civilizado de la democracia representativa y la libertad de expresión”.
“Es un canal totalmente sesgado, que presenta y manipula la información como a ellos les parece. Todo el tiempo están hablando mal del imperio, categorizando a la gente como de ultraderecha, aunque tenga un pensamiento liberal. En su cobertura de los sucesos en el Medio Oriente han sido parciales de Mubarak, Gadafi, Assad, Ajmadineyad…”
COMPETITIVIDAD VS PARCIALIDAD
Aun antes de su salida al aire el 24 de julio de 2005 Telesur ya mostraba su inclinación por lo que el escritor cubano Carlos Alberto Montaner ha llamado “la izquierda carnívora”.
Una información publicada por el diario El Tiempo de Bogotá el 13 de julio de ese año exponía las preocupaciones en Colombia por varios promos en los que aparecían imágenes del jefe de las FARC, Manuel Marulanda; cortes de una manifestación contra el gobierno colombiano en la Plaza Bolívar de Bogotá; así como una mujer en la ducha cantando “eta, eta, eta”, una probable alusión al grupo terrorista vasco.
Ocho años después, el producto entregado cuenta con una calidad técnica y profesional competitiva (el canal ha crecido de 50 a 700 empleados, según la nota de Juventud Rebelde) y Telesur se ha anotado algunas exclusivas, como cuando consiguió entrevistar al destituido presidente de Honduras, Manuel Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Sin embargo, la carga político-ideológica no parece haber amainado desde que el proyecto se materializó, con la intención manifiesta de dar una visión de las noticias del área desde el sur, a fin de contrapesar la que ofrecían desde el norte cadenas como CNN o Univisión.
Alberto Ravell, director del luego asediado canal de noticias privado de Venezuela, Globovisión, pronosticó en 2005 a la BBC: "Tendremos una visión de América Latina, pero la visión que estos gobiernos quieren que tengamos, no una visión imparcial".
Ravell aseguró que todo el personal reclutado por la televisora era de tendencia izquierdista: “Todos están en una misma posición política, y esa es la posición política de nuestro presidente, que quiere ser no sólo el presidente de Venezuela, sino el líder de América Latina".
Al menos dos corresponsales de Telesur, William Parra y Freddy Muñoz, han sido investigados en Colombia por presuntos vínculos con las FARC. Muñoz fue condenado a 15 años de cárcel en Cartagena, acusado de coordinar acciones terroristas y ser uno de los hombres de confianza de Martín Caballero, el jefe del frente 37 del grupo narcotraficante.
LA COBERTURA ES ZURDA; Y TAMBIÉN LA ASESORÍA
Por cierto, las conversaciones de paz en La Habana no han frenado la industria de narcóticos de las FARC. Esta misma semana la policía colombiana atribuyó al 6to frente del grupo armado casi cuatro toneladas de marihuana descubiertas en un camión que se dirigía a Medellín.
No obstante, la profesora Cuencas señala desde Caracas que en su cobertura de las charlas entre las FARC y el gobierno colombiano en la capital cubana, Telesur está apostando francamente por los herederos de Tirofijo. ”Auspician el diálogo, pero siempre desde la perspectiva de las FARC”.
Dado el previo racionamiento de la programación de Telesur en Cuba, quizás muchos isleños no recuerden nombres de sus reporteros; pero seguramente podrán deducir qué pueden esperar a partir del domingo --cuando podrán sintonizarla “en señal abierta y en tiempo real durante varias horas al día”-- si conocen quienes integran el Consejo Consultivo del canal: ¿Le suenan los nombres de Adolfo Pérez Esquivel, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano, Saul Landau, Danny Glover, Ignacio Ramonet,…?
Y en realidad, de no haber sido por las naturales ansias de informarse y estar al día de los criollos, por la prensa nacional nunca se habrían enterado de sucesos tan trascendentales como la primavera árabe. O al menos, no de los hechos como fueron.
La bloguera alternativa Miriam Celaya escribió durante el conflicto en Libia en 2011 --con apogeo en la muerte del coronel Muamar Gadafi a manos de rebeldes iracundos-- que “a juzgar por las ‘noticias’ y por los analistas de prensa oficiales (cubanos), el Gobierno libio contaba con la adhesión incondicional y masiva de su pueblo, y la derrota de los rebeldes y de la OTAN era sólo cuestión de trámites”.
Claro, que una cosa es para adentro y otra para afuera. Aunque la parcialidad político-ideológica ha sido su denominador común, no es lo mismo Granma que Granma Internacional; ni la AIN, que Prensa Latina; ni Radio Rebelde, que Radio Habana Cuba; ni Tele Rebelde, que Cubavisión.
En aras de apuntalar la imagen romántica y utópica de la revolución castrista, a los segundos se les han permitído históricamente libertades de forma y contenido que en los primeros eran inimaginables bajo el ojo vigilante del Departamento de Orientación Revolucionaria. Esos matices han diferenciado la propaganda castrista que se exporta de la que se destina al consumo interno.
UNA IDEA DEL MAXIMO
En la misma cuerda, a pesar de que el canal de 24 horas de noticias Telesur, lanzado en Caracas en julio de 2005, fue una idea original de Fidel Castro (“Hagamos algo parecido a CNN”), y de que La Habana aportó --junto con Venezuela, Uruguay y Argentina-- parte del capital inicial, después de su inauguración los cubanos sólo han recibido un paquete de entre una hora y dos horas y media tamizado, editado, y diferido 24 horas, con lo que el Gobierno de la isla consideraba “Lo mejor de Telesur”, a través del Canal Educativo.
Tal paternalismo, así como las apreciables diferencias con el producto nacional para “consumo interno”, provocaron críticas tanto desde la oposición como desde los leales al Gobierno.
Ahora se anuncia que desde este domingo 20 de enero los cubanos podrán ver Telesur “en señal abierta y en tiempo real durante varias horas al día”.
Para los televidentes en la isla es una buena noticia. Pero sólo por aquello de que “en tierra de ciegos, el tuerto es rey”. En su post del blog SinEvasión sobre la insurrección en Libia, Celaya destacaba que mientras se ignoraban deliberadamente los reportes de prensa de numerosas agencias extranjeras que seguían paso a paso el conflicto, la fuente “fidedigna” del periodismo oficial cubano había sido siempre Telesur.
EN TIERRA DE CIEGOS EL TUERTO ES REY
“Para los cubanos, que han tenido durante cincuenta y tantos años una falta de libertad de expresión absoluta, Telesur seguramente tendrá información que ellos ni siquiera se imaginan, elementos sobre las guerras del Medio Oriente, sobre las luchas de muchos países, etcétera”, dijo a martinoticias desde Caracas la profesora de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, Gloria Cuencas.
Your browser doesn’t support HTML5
“Pero Telesur no es para nada objetivo. Es un canal al servicio del Gobierno de Venezuela, que es quien lo financia, y de todos los grupos que en América Latina, bien sean ecuatorianos, bolivianos, argentinos, incluso un poco los brasileños, tienen una postura en contra de lo que es el mundo civilizado de la democracia representativa y la libertad de expresión”.
“Es un canal totalmente sesgado, que presenta y manipula la información como a ellos les parece. Todo el tiempo están hablando mal del imperio, categorizando a la gente como de ultraderecha, aunque tenga un pensamiento liberal. En su cobertura de los sucesos en el Medio Oriente han sido parciales de Mubarak, Gadafi, Assad, Ajmadineyad…”
COMPETITIVIDAD VS PARCIALIDAD
Una información publicada por el diario El Tiempo de Bogotá el 13 de julio de ese año exponía las preocupaciones en Colombia por varios promos en los que aparecían imágenes del jefe de las FARC, Manuel Marulanda; cortes de una manifestación contra el gobierno colombiano en la Plaza Bolívar de Bogotá; así como una mujer en la ducha cantando “eta, eta, eta”, una probable alusión al grupo terrorista vasco.
Ocho años después, el producto entregado cuenta con una calidad técnica y profesional competitiva (el canal ha crecido de 50 a 700 empleados, según la nota de Juventud Rebelde) y Telesur se ha anotado algunas exclusivas, como cuando consiguió entrevistar al destituido presidente de Honduras, Manuel Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Sin embargo, la carga político-ideológica no parece haber amainado desde que el proyecto se materializó, con la intención manifiesta de dar una visión de las noticias del área desde el sur, a fin de contrapesar la que ofrecían desde el norte cadenas como CNN o Univisión.
Alberto Ravell, director del luego asediado canal de noticias privado de Venezuela, Globovisión, pronosticó en 2005 a la BBC: "Tendremos una visión de América Latina, pero la visión que estos gobiernos quieren que tengamos, no una visión imparcial".
Ravell aseguró que todo el personal reclutado por la televisora era de tendencia izquierdista: “Todos están en una misma posición política, y esa es la posición política de nuestro presidente, que quiere ser no sólo el presidente de Venezuela, sino el líder de América Latina".
Al menos dos corresponsales de Telesur, William Parra y Freddy Muñoz, han sido investigados en Colombia por presuntos vínculos con las FARC. Muñoz fue condenado a 15 años de cárcel en Cartagena, acusado de coordinar acciones terroristas y ser uno de los hombres de confianza de Martín Caballero, el jefe del frente 37 del grupo narcotraficante.
LA COBERTURA ES ZURDA; Y TAMBIÉN LA ASESORÍA
Por cierto, las conversaciones de paz en La Habana no han frenado la industria de narcóticos de las FARC. Esta misma semana la policía colombiana atribuyó al 6to frente del grupo armado casi cuatro toneladas de marihuana descubiertas en un camión que se dirigía a Medellín.
No obstante, la profesora Cuencas señala desde Caracas que en su cobertura de las charlas entre las FARC y el gobierno colombiano en la capital cubana, Telesur está apostando francamente por los herederos de Tirofijo. ”Auspician el diálogo, pero siempre desde la perspectiva de las FARC”.
Dado el previo racionamiento de la programación de Telesur en Cuba, quizás muchos isleños no recuerden nombres de sus reporteros; pero seguramente podrán deducir qué pueden esperar a partir del domingo --cuando podrán sintonizarla “en señal abierta y en tiempo real durante varias horas al día”-- si conocen quienes integran el Consejo Consultivo del canal: ¿Le suenan los nombres de Adolfo Pérez Esquivel, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano, Saul Landau, Danny Glover, Ignacio Ramonet,…?