El problema inmediato es que las sanciones económicas vigentes establecen que cualquier barco que arribe a puerto cubano, tendrá que esperar 180 días para entrar a Estados Unidos.
El transporte marítimo mundial está cambiando, y Cuba, ubicada en una ruta de comunicación estratégica, está ansiosa por obtener las ventajas económicas que le puede ofrecer el puerto del Mariel, asegura Christopher P. Baker, autor del blog Moons Travel Guide, especializado en temas cubanos y costarricenses.
El problema inmediato es que las sanciones económicas vigentes establecen que cualquier barco que arribe a puerto cubano, tendrá que esperar 180 días para entrar a Estados Unidos.
Mientras esa medida esté vigente, el interés de convertir al puerto del Mariel en un gigantesco centro de almacenamiento y manejo de carga marítima regional, depende del acercamiento político entre Washington y La Habana.
Baker destaca que la expansión del puerto está relacionada directamente con la modernización del canal de Panamá que para 2015 permitirá el paso por sus compuertas de cargueros que transporten hasta 12,000 contenedores, una cifra tres veces superior a la actual.
Para recibir a estos megacargueros de profundo calado que cruzarán en ambas direcciones el Pacífico, el Atlántico y el Caribe, se construyen las ampliaciones del puerto del Mariel.
Los trabajos de ingeniería están a cargo del gigante brasileño Odebretch en asociación con la Empresa Constructora de las Fuerzas Armadas de Cuba.
Cuando los trabajos de ampliación estén terminados, el puerto del Mariel tendrá capacidad para manejar un millón anual de contenedores, y su calado de hasta 6,550 pies será capaz de recibir los megacargueros que crucen el moderno canal de Panamá.
La empresa china PSA International, basada en Singapur, la misma que opera los puertos de Panamá, tendrá a su cargo la administración del puerto del Mariel, calificado como la instalación más grande y moderna del Caribe, indica Baker.
El gobierno de Brasil está apoyando el proyecto con una línea de crédito a Cuba de mil millones de dólares. Además, el pasado mes de noviembre tres firmas brasileñas, entre ellas Marco Polo, el mayor constructor mundial de carrocerías de autobuses, se comprometieron a abrir fábricas de producción dentro del área de desarrolo económico vinculada al puerto del Mariel.
Cuba aspira a que sus modernas instalaciones portuarias sirvan de tránsito marítimo a la importación y exportación de bienes de toda la región, incluyendo los puertos estadounidenses.
Por el momento, mientras el embargo de Estados Unidos a Cuba esté vigente, las millonarias inversiones de expansión en el puerto del Mariel, no podrán dar los resultados que sus patrocinadores esperan, precisa Baker.
El problema inmediato es que las sanciones económicas vigentes establecen que cualquier barco que arribe a puerto cubano, tendrá que esperar 180 días para entrar a Estados Unidos.
Mientras esa medida esté vigente, el interés de convertir al puerto del Mariel en un gigantesco centro de almacenamiento y manejo de carga marítima regional, depende del acercamiento político entre Washington y La Habana.
Baker destaca que la expansión del puerto está relacionada directamente con la modernización del canal de Panamá que para 2015 permitirá el paso por sus compuertas de cargueros que transporten hasta 12,000 contenedores, una cifra tres veces superior a la actual.
Para recibir a estos megacargueros de profundo calado que cruzarán en ambas direcciones el Pacífico, el Atlántico y el Caribe, se construyen las ampliaciones del puerto del Mariel.
Los trabajos de ingeniería están a cargo del gigante brasileño Odebretch en asociación con la Empresa Constructora de las Fuerzas Armadas de Cuba.
Cuando los trabajos de ampliación estén terminados, el puerto del Mariel tendrá capacidad para manejar un millón anual de contenedores, y su calado de hasta 6,550 pies será capaz de recibir los megacargueros que crucen el moderno canal de Panamá.
La empresa china PSA International, basada en Singapur, la misma que opera los puertos de Panamá, tendrá a su cargo la administración del puerto del Mariel, calificado como la instalación más grande y moderna del Caribe, indica Baker.
El gobierno de Brasil está apoyando el proyecto con una línea de crédito a Cuba de mil millones de dólares. Además, el pasado mes de noviembre tres firmas brasileñas, entre ellas Marco Polo, el mayor constructor mundial de carrocerías de autobuses, se comprometieron a abrir fábricas de producción dentro del área de desarrolo económico vinculada al puerto del Mariel.
Cuba aspira a que sus modernas instalaciones portuarias sirvan de tránsito marítimo a la importación y exportación de bienes de toda la región, incluyendo los puertos estadounidenses.
Por el momento, mientras el embargo de Estados Unidos a Cuba esté vigente, las millonarias inversiones de expansión en el puerto del Mariel, no podrán dar los resultados que sus patrocinadores esperan, precisa Baker.