Pensamiento reformista en ocaso del castrismo

Fotografía de archivo de los hermanos Fidel y Raúl Castro.

La revista de la izquierda chilena, Punto Final, afirma en su más reciente edición que bajo el mando del gobernante cubano Raúl Castro “está irrumpiendo un discurso crítico sobre el desmantelamiento del autoritario modelo comunista” existente en la isla.

Bajo la firma de Robert Burbach, Punto Final publica un extenso artículo dedicado a analizar la gestión de gobierno del general- presidente desde que asumió el mando interinamente en 2006 y oficialmente en el 2008

“Este es un fecundo periodo de experimentación y debate en Cuba”, asegura Burbach, quien ha visitado la isla en varias ocasiones en los últimos años.
Al margen de su particular visión, y evidente nostalgia por los tiempos en que la revolución cubana fue el paraíso prometido de la izquierda trasnochada latinoamericana, las observaciones de Burbach revelan hasta donde, en efecto, existe un gran debate interno en Cuba sobre el destino del país.

Un breve resumen de las posiciones de algunos académicos y analistas politicos cubanos, quizás nos ayude a comprender la profundidad y seriedad de ese debate, que no aflora a los medios de prensa ni llega al gran público. Es cosa de las elites del poder, o de las que se mueven a su alrededor.

Esto dice Burbach:

Julio Díaz Vásquez, un economista que trabaja en la Universidad de La Habana, declara: "Con la actualización del modelo económico, Cuba enfrenta desafíos complejos (…) en sus instituciones sociales y políticas (…) La herencia del modelo soviético hace necesario arrasar las barreras erigidas por la inercia, la intransigencia y la doble moral". Agrega: "Esas imperfecciones han producido deficiencias en la democracia cubana, sus libertades creativas y en la participación de sus ciudadanos".

Armando Nova, del Centro para el Estudio de la Economía Cubana, considera que la principal debilidad de los lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, es que no se basan en un verdadero diagnóstico de la economía cubana. La baja productividad, así como su gran déficit comercial, especialmente en productos agrícolas, son reconocidos. Pero no se analiza cómo superar esos problemas sistémicos. Sin embargo, los lineamientos no contienen una conceptualización adecuada de hacia dónde se dirige la sociedad, a menos que sea a un compromiso general con el socialismo. "¿Y de qué tipo de socialismo se trata?", pregunta Nova.

El nuevo socialismo es semejante al que Lenin aplicó con la Nueva Política Económica (NEP) cuando Rusia permitió una producción campesina de pequeña escala y negocios privados. ¿Cuál debería ser el rol de la propiedad privada en Cuba y cómo podría una nueva economía no aumentar la inequidad? Son preguntas críticas que no fueron tratadas por el sexto congreso del Partido Comunista cubano.
Camila Piñeiro Harnecker en su ensayo Visiones sobre el socialismo que guía los cambios actuales en Cuba, describe tres visiones diferentes: a) una posición estatista, que refleja ampliamente a la vieja guardia; b) una perspectiva de mercado socialista, apoyada por muchos economistas y c), una posición "autogestionaria", que convoca a un desarrollo democrático y sustentable, principalmente a través de la promoción de cooperativas.

Burbach señala que la revista bimestral Temas es uno de los principales foros para el debate sobre las nuevas direcciones de la economía. Su editor, Rafael Hernández, dijo en una entrevista: "El proceso de cambio es lento pero irreversible. El problema es si el mejoramiento en las condiciones económicas puede ser lo bastante rápido para mantener el apoyo del pueblo en la base. Las cooperativas que ahora existen solamente en el sector agrícola tienen que expandirse hacia pequeñas manufacturas y servicios".

También está surgiendo en Cuba un debate sobre la democracia y el socialismo. En las páginas de Temas apareció recientemente un artículo de Julio César Guanche, "La participación ciudadana en el Estado cubano". Luego de una extensa consideración sobre la centralización del poder en la presidencia de Cuba y los límites de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Guanche llama a un nuevo "orden colectivo" que comprenda al "Estado, la esfera pública, las organizaciones de masas y grupos ciudadanos… guiados por los principios de autonomía y cooperación, con la directa participación de las bases (populares)".

Mayra Espina Prieto, en una publicación del Centro para el Estudio de la Economía Cubana analiza el impacto social de las políticas que deberán salir de los 131 lineamientos del sexto congreso del PCC.

Advierte sobre la naturaleza precaria de muchas de las nuevas formas de empleo que pueden incrementar los niveles de pobreza. Casi todos los 181 trabajos pensados para ser hechos por cuenta propia exigen poca calificación y por ende, generan pocos ingresos, reproduciendo lo que aparece como economía informal en otros países de América Latina, que es otro aspecto de la pobreza.


Como dice Rafael Hernández: "Este es un empujón desde abajo. La gente ha aguantado mucho desde el colapso de la ayuda soviética hace ya dos décadas. Ahora quieren tener una mejor vida. Si logramos buenos resultados económicos, habrá apoyo popular para la correspondiente participación y para la apertura democrática".

Julio Díaz Vázquez me dijo: "Hay en Cuba más críticas que nunca antes. Tenemos que ver si podemos terminar con el viejo sistema económico y si somos capaces de construir una nueva sociedad".

Roger Burbach es director del Centro para el Estudio de las Américas (Censa), Berkeley, California. Colaborador de la revista Nacla. Trabajó en la Universidad de Chile en el gobierno del presidente Salvador Allende.

Publicado en El Timbeke el 14 de febrero del 2013