La Seguridad del Estado se ha colado en el foro iRedes que se celebra en Burgos estos días y que hoy contó con la presencia de la bloguera Yoani Sánchez. Ya hace unos días una periodista amiga mía me envió unos mensajes preguntándome acerca de unas informaciones que sobre Yoani y su Generación Y estaban circulando en los últimos días por las redes sociales en España. Esas informaciones no eran más que el compendio de verdades, medias verdades y manipulaciones que la Seguridad del Estado, a través de su cuenta en Twitter (@Yohandry8787), estaba esparciendo por la red desde hace no meses, probablemente algunos años. A esa amiga le conté que probablemente todo era una orquestación de la Seguridad del Estado, que tiene sus redes bien engrasadas en todo el mundo libre. Le sugerí un libro: El otro paredón. Asesinatos de la reputación en Cuba.
Pero llegó el día y la Seguridad del Estado logró su trending topic en Twitter, es decir, Yoani se ha convertido en uno de los temas más hablados en las últimas horas en esa red social en España. Aprovechando ese escaparate global, alguien ha puesto en circulación el hash tag #YoaniYcia, en relación con las habituales acusaciones contra la bloguera de ser agente de la CIA y no sé cuántas cosas más, todo en perfecta sintonía con los lemas del discurso al que nos tiene habituados la dictadura castrista. Habrá tuiteros que de buena fe van a caer en ese engaño y van a ver detrás de Generación Y las peores de las intenciones. Muchos son incapaces de reconocer la obviedad y es que en Cuba, a pesar de que sus dirigentes se han proyectado como progresistas toda la vida, es hoy la punta de lanza de lo más reaccionario. Y lo más reaccionario anida también en las ideologías más bienintencionadas, convertidas en fe religiosa.
De todos modos, la de Cuba no es una batalla de ideologías o no debería serlo porque de lo que se trata no es de establecer el comunismo o el capitalismo como ideologías únicas. Como ha dicho Yoani Sánchez durante su intervención en el encuentro de Burgos de lo que se trata es de conseguir un espacio de libertad para que se exprese la pluralidad en la Isla. No hay ningún gobierno que pueda negarse a ello. Solo las auténticas dictaduras, los regímenes de la intransigencia, incapaces de reconocer la diferencia. “Que un día me den un micrófono en la televisión de mi país para responder a todas las acusaciones”, ha dicho Yoani en España. Pues que así sea, que se lo den a ella y a tantos otros que tienen cosas por decir. Sería interesante que todos esos revolucionarios antiimperialistas tuvieran el valor de abrir los micrófonos en Cuba. Es más, estaría bien que fueran capaces de abrir las puertas de esa Isla a todas las voces del exilio que también merecen ser escuchadas, y que los medios que se publican hoy fuera del país, puedan tener una edición fechada en La Habana y distribuirse por toda la Isla.
Ya no queda ni una sola excusa para seguir considerando que los ciudadanos de Cuba no tienen el derecho de expresarse donde quieran y cómo quieran respecto a su gobierno. Sea Yoani de la CIA, del Mosad o del G2, la evidencia es que el pueblo cubano merece lo que los de aquí tenemos: libertad.
Pero llegó el día y la Seguridad del Estado logró su trending topic en Twitter, es decir, Yoani se ha convertido en uno de los temas más hablados en las últimas horas en esa red social en España. Aprovechando ese escaparate global, alguien ha puesto en circulación el hash tag #YoaniYcia, en relación con las habituales acusaciones contra la bloguera de ser agente de la CIA y no sé cuántas cosas más, todo en perfecta sintonía con los lemas del discurso al que nos tiene habituados la dictadura castrista. Habrá tuiteros que de buena fe van a caer en ese engaño y van a ver detrás de Generación Y las peores de las intenciones. Muchos son incapaces de reconocer la obviedad y es que en Cuba, a pesar de que sus dirigentes se han proyectado como progresistas toda la vida, es hoy la punta de lanza de lo más reaccionario. Y lo más reaccionario anida también en las ideologías más bienintencionadas, convertidas en fe religiosa.
De todos modos, la de Cuba no es una batalla de ideologías o no debería serlo porque de lo que se trata no es de establecer el comunismo o el capitalismo como ideologías únicas. Como ha dicho Yoani Sánchez durante su intervención en el encuentro de Burgos de lo que se trata es de conseguir un espacio de libertad para que se exprese la pluralidad en la Isla. No hay ningún gobierno que pueda negarse a ello. Solo las auténticas dictaduras, los regímenes de la intransigencia, incapaces de reconocer la diferencia. “Que un día me den un micrófono en la televisión de mi país para responder a todas las acusaciones”, ha dicho Yoani en España. Pues que así sea, que se lo den a ella y a tantos otros que tienen cosas por decir. Sería interesante que todos esos revolucionarios antiimperialistas tuvieran el valor de abrir los micrófonos en Cuba. Es más, estaría bien que fueran capaces de abrir las puertas de esa Isla a todas las voces del exilio que también merecen ser escuchadas, y que los medios que se publican hoy fuera del país, puedan tener una edición fechada en La Habana y distribuirse por toda la Isla.
Ya no queda ni una sola excusa para seguir considerando que los ciudadanos de Cuba no tienen el derecho de expresarse donde quieran y cómo quieran respecto a su gobierno. Sea Yoani de la CIA, del Mosad o del G2, la evidencia es que el pueblo cubano merece lo que los de aquí tenemos: libertad.