Yoani logra como pocos advertir de ese engaño, de quienes secuestran para sus fines esa terminología socializante, mesiánica, cristiana, numantina, que consigue engañar a mucha gente y condicionar el criterio de no pocos comunicadores.
El fenómeno Yoani me parece totalmente grato y fortuito.
Reinaldo es un periodista intelectual como la copa de un pino, si algo han obtenido, bien que lo han buscado y han sido ellos dos sin la ayuda de nadie excepto esos tejidos tan solidarios de la base en Cuba y en cualquier país, pero con mucha delación alrededor también, cuando todos se iban, incluida ella misma, regresó porque es su tierra y dijo así de claro, - de aquí no me saca nadie, y opino lo que pienso!. Y lo hizo, y cuando lo hizo hacía falta mucho valor, ahora le es más fácil porque la conocen todos, pero cuando no la conocía nadie, era muy complejo, porque además de la represión sempiterna, en los sistemas socialistas, existía y existe una inducción a la auto represión , a la autocensura, una especie de sucedáneo de la flagelación, que funciona de una manera muy perversa y difícil de salvar.
Por otro lado es importante destacar que comenzó con un blog, con una pluma descriptiva sensacional, de la tradición cubana de Cirilo, Carpentier, Cabrera Infante o Padura, y esos relatos del pan duro al borde de la ventana y las metáforas con la vida ordinaria, corriente, cotidiana, domésticamente agobiante, fueron para mi los cimientos del fenómeno que yo con la humildad que me confiero, apoyo hoy, porque proviene del mundo de la escritura, de la reflexión, de la observación, de la tranquilidad, de la Paz y de la polémica.
Eso, en lo particular me da buena espina, sinceramente no apoyaría como referentes de futuro a un militar disidente o un ex comandante, porque creo que lo que nos sobran son potenciales violentos, no apoyaría a un ex preso político de la primera era, dado el más que probable justificadísimo resentimiento (excepto en algunos casos que conozco como el de Alberto Müller que es un ser entrañable pero todos no son capaces de llegar a una condición humana tan elevada), ni a un familiar de preso, ni de un muerto, porque el dolor o el miedo no legitiman la opinión, del mismo modo que "una víctima de accidente de tráfico no debería dictar las leyes del tránsito". Entonces pienso que quienes podrán conformar cierta disidencia sana, fresca, constructiva, de futuro, llamada al progreso económico pero también social, pasa más o menos por gente como Yoani, para mi ella da el perfil no de Presidente ni de político profesional, sino de institutriz en la formación de una plataforma de debate, de libertad para el disenso, de donde puedan salir los futuros activos de una sociedad que recoja lo no demasiado mal hecho e innove para una sociedad realmente nueva, con la participación de la imaginación, el sentido común y mucho trabajo, no una inmersión en el retroceso de modelos como el del capitalismo de estado actual que no deja nada a los trabajadores.
Más bien algo vinculado a la Libertad, y la Libertad es un concepto muy amplio.
Creo en que hay que tener la humildad y la capacidad de decir de alguien: ¡este consigue expresarse mejor que yo! o bien: este le echó al asunto los huevos que yo no le eché ni le echaría jamás.
Pero además me gusta por el equilibrio, y me solidarizo en esa tarea tan compleja de explicarles a los pseudo izquierdas, que no suelen poner en práctica la progresía como lo anuncian, el por qué de que aún con la medicina gratuita, la educación gratuita, y otros hitos más o menos sostenibles en una disertación al uso, esa Revolución se fue "a bolina" desde el mismo momento que se empezaron a encarcelar compañeros de lucha, gente por opinar diferente, cuando se le puso reglas parciales a la cultura, según escribió Armando Hart Dávalos: "Las reglas del Juego", rejas al pensamiento, candados a la libertad.
Yoani logra como pocos advertir de ese engaño, de quienes secuestran para sus fines esa terminología socializante, mesiánica, cristiana, numantina, que consigue engañar a mucha gente y condicionar el criterio de no pocos comunicadores.
En esto la considero importante, y luego, si a alguien le gusta más o menos su cara, su tono de voz, lo que dice, como lo dice, eso es harina de otro costal, pero creo que hay pocas dudas de que cada pulgada de reconocimiento se las ha ganado a pulso.
Publicado en el blog de Martín Guevara el 1 de abril del 2014
Reinaldo es un periodista intelectual como la copa de un pino, si algo han obtenido, bien que lo han buscado y han sido ellos dos sin la ayuda de nadie excepto esos tejidos tan solidarios de la base en Cuba y en cualquier país, pero con mucha delación alrededor también, cuando todos se iban, incluida ella misma, regresó porque es su tierra y dijo así de claro, - de aquí no me saca nadie, y opino lo que pienso!. Y lo hizo, y cuando lo hizo hacía falta mucho valor, ahora le es más fácil porque la conocen todos, pero cuando no la conocía nadie, era muy complejo, porque además de la represión sempiterna, en los sistemas socialistas, existía y existe una inducción a la auto represión , a la autocensura, una especie de sucedáneo de la flagelación, que funciona de una manera muy perversa y difícil de salvar.
Por otro lado es importante destacar que comenzó con un blog, con una pluma descriptiva sensacional, de la tradición cubana de Cirilo, Carpentier, Cabrera Infante o Padura, y esos relatos del pan duro al borde de la ventana y las metáforas con la vida ordinaria, corriente, cotidiana, domésticamente agobiante, fueron para mi los cimientos del fenómeno que yo con la humildad que me confiero, apoyo hoy, porque proviene del mundo de la escritura, de la reflexión, de la observación, de la tranquilidad, de la Paz y de la polémica.
Eso, en lo particular me da buena espina, sinceramente no apoyaría como referentes de futuro a un militar disidente o un ex comandante, porque creo que lo que nos sobran son potenciales violentos, no apoyaría a un ex preso político de la primera era, dado el más que probable justificadísimo resentimiento (excepto en algunos casos que conozco como el de Alberto Müller que es un ser entrañable pero todos no son capaces de llegar a una condición humana tan elevada), ni a un familiar de preso, ni de un muerto, porque el dolor o el miedo no legitiman la opinión, del mismo modo que "una víctima de accidente de tráfico no debería dictar las leyes del tránsito". Entonces pienso que quienes podrán conformar cierta disidencia sana, fresca, constructiva, de futuro, llamada al progreso económico pero también social, pasa más o menos por gente como Yoani, para mi ella da el perfil no de Presidente ni de político profesional, sino de institutriz en la formación de una plataforma de debate, de libertad para el disenso, de donde puedan salir los futuros activos de una sociedad que recoja lo no demasiado mal hecho e innove para una sociedad realmente nueva, con la participación de la imaginación, el sentido común y mucho trabajo, no una inmersión en el retroceso de modelos como el del capitalismo de estado actual que no deja nada a los trabajadores.
Más bien algo vinculado a la Libertad, y la Libertad es un concepto muy amplio.
Creo en que hay que tener la humildad y la capacidad de decir de alguien: ¡este consigue expresarse mejor que yo! o bien: este le echó al asunto los huevos que yo no le eché ni le echaría jamás.
Pero además me gusta por el equilibrio, y me solidarizo en esa tarea tan compleja de explicarles a los pseudo izquierdas, que no suelen poner en práctica la progresía como lo anuncian, el por qué de que aún con la medicina gratuita, la educación gratuita, y otros hitos más o menos sostenibles en una disertación al uso, esa Revolución se fue "a bolina" desde el mismo momento que se empezaron a encarcelar compañeros de lucha, gente por opinar diferente, cuando se le puso reglas parciales a la cultura, según escribió Armando Hart Dávalos: "Las reglas del Juego", rejas al pensamiento, candados a la libertad.
Yoani logra como pocos advertir de ese engaño, de quienes secuestran para sus fines esa terminología socializante, mesiánica, cristiana, numantina, que consigue engañar a mucha gente y condicionar el criterio de no pocos comunicadores.
En esto la considero importante, y luego, si a alguien le gusta más o menos su cara, su tono de voz, lo que dice, como lo dice, eso es harina de otro costal, pero creo que hay pocas dudas de que cada pulgada de reconocimiento se las ha ganado a pulso.
Publicado en el blog de Martín Guevara el 1 de abril del 2014