Uno de los baladistas más populares de la isla, invitado de lujo del programa 1800 Online, de Radio Martí, dejó saber a su público de absurdos capítulos de censura en la isla y de su profunda modestia.
El cantante cubano Alfredo Rodríguez, quien se estableció desde octubre de 2012 en Miami, ha suplido con esfuerzo y pasión cualquier carencia de talento, confesó con modestia en el programa 1800 Online, de Radio Martí.
“La mayoría cantaba mejor que yo y esto no es demagogia -insistió Alfredito. “Que si tuve magia o encanto? Ahí sí puede ser,” confiesa el cantante cubano que más público ha atraído a los teatros de Cuba para disfrutar de su estilo romántico, de traje y corbata y piel dorada.
“La vida me llevó por este derrotero y no me puedo quejar, porque yo no tenía talento para haber llegado jamás a lo que yo llegué. Nada más que la mano de Dios, que me ha conducido por estos lugares, pienso que fue capaz de eso.”
A pesar de la innegable aceptación popular, el músico enfrentó no poca censura: desde prohibir sus canciones en la radio “por problemas políticos en la letra” hasta criticar sus sacos cruzados por el gasto de tela excesivo que implicaba su confección.
En el programa, Rodríguez recordó la ocasión en que los absurdos en su contra le agotaron la paciencia y se apareció en Radio Progreso bate en mano a pedir explicaciones, por retirar del aire la canción Buena Persona, censura que se repetiría con varios de sus temas.
“Locuras. Detesto la violencia, pero a veces lo hieren tanto a uno que… no sé,” recuerda Alfredito. Aunque el asunto no pasó a mayores, la estresante situación lo llevó esa noche al cuerpo de guardia del hospital Calixto García “porque los dolores de cabeza eran tremendos, la impotencia era tremenda”.
En su opinión, sus letras sencillas y sus melodías suaves, provocaban incomodidad en un tiempo en que se esperaba que todos se expresaran al estilo de Nueva Trova. “Eres mi amor, eres mi vida no lo podía decir de esa forma,” detalló.
“Preocupaba extraordinariamente que me pusiera en el balcón de mi casa, que prácticamente se estaba cayendo, a tomar el sol,” comentó en tono irónico.
El intérprete y compositor de temas como Buena persona, Sagitario, Empapado de sudor y Ay, que me encapricho, vivió durante muchos años en México y visitó Miami en 11 ocasiones para dar conciertos. Pero fue la decisión de sus hijos de establecerse en los Estados Unidos, el motivo que le hizo dar el paso definitivo.
“Si mis hijos estuvieran en Cuba, allí estuviera yo; ellos volaron, ellos decidieron marcharse de Cuba, y entonces, como yo no sé vivir sin ellos, hice como el rabo del papalote,” advirtió el músico, quien habló además de la especial relación que mantiene con sus muchachos.
El cantautor habanero celebró “el genio musical” de su hijo Alfredo, quien trabaja en Los Ángeles de la mano del músico norteamericano Quincy Jones. Dedicó halagos por igual a su hijo Daniel e insistió en que la mejor herencia que les deja es “una formación humana y el deseo de que se comprometan con la amistad y con las obras buenas”.
Para alcanzar el éxito - reveló- no hay fórmulas definitivas. En su caso fue ser totalmente fiel: “no puedes tener ningún personaje montado. Que tu personaje sea burdo, cursi, tonto, pero tú eres a sabiendas, tonto, burdo y cursi. Lo que no puedes es inventarte un personaje, porque la gente no te lo perdona”.
“La mayoría cantaba mejor que yo y esto no es demagogia -insistió Alfredito. “Que si tuve magia o encanto? Ahí sí puede ser,” confiesa el cantante cubano que más público ha atraído a los teatros de Cuba para disfrutar de su estilo romántico, de traje y corbata y piel dorada.
“La vida me llevó por este derrotero y no me puedo quejar, porque yo no tenía talento para haber llegado jamás a lo que yo llegué. Nada más que la mano de Dios, que me ha conducido por estos lugares, pienso que fue capaz de eso.”
A pesar de la innegable aceptación popular, el músico enfrentó no poca censura: desde prohibir sus canciones en la radio “por problemas políticos en la letra” hasta criticar sus sacos cruzados por el gasto de tela excesivo que implicaba su confección.
En el programa, Rodríguez recordó la ocasión en que los absurdos en su contra le agotaron la paciencia y se apareció en Radio Progreso bate en mano a pedir explicaciones, por retirar del aire la canción Buena Persona, censura que se repetiría con varios de sus temas.
“Locuras. Detesto la violencia, pero a veces lo hieren tanto a uno que… no sé,” recuerda Alfredito. Aunque el asunto no pasó a mayores, la estresante situación lo llevó esa noche al cuerpo de guardia del hospital Calixto García “porque los dolores de cabeza eran tremendos, la impotencia era tremenda”.
En su opinión, sus letras sencillas y sus melodías suaves, provocaban incomodidad en un tiempo en que se esperaba que todos se expresaran al estilo de Nueva Trova. “Eres mi amor, eres mi vida no lo podía decir de esa forma,” detalló.
“Preocupaba extraordinariamente que me pusiera en el balcón de mi casa, que prácticamente se estaba cayendo, a tomar el sol,” comentó en tono irónico.
El intérprete y compositor de temas como Buena persona, Sagitario, Empapado de sudor y Ay, que me encapricho, vivió durante muchos años en México y visitó Miami en 11 ocasiones para dar conciertos. Pero fue la decisión de sus hijos de establecerse en los Estados Unidos, el motivo que le hizo dar el paso definitivo.
“Si mis hijos estuvieran en Cuba, allí estuviera yo; ellos volaron, ellos decidieron marcharse de Cuba, y entonces, como yo no sé vivir sin ellos, hice como el rabo del papalote,” advirtió el músico, quien habló además de la especial relación que mantiene con sus muchachos.
El cantautor habanero celebró “el genio musical” de su hijo Alfredo, quien trabaja en Los Ángeles de la mano del músico norteamericano Quincy Jones. Dedicó halagos por igual a su hijo Daniel e insistió en que la mejor herencia que les deja es “una formación humana y el deseo de que se comprometan con la amistad y con las obras buenas”.
Para alcanzar el éxito - reveló- no hay fórmulas definitivas. En su caso fue ser totalmente fiel: “no puedes tener ningún personaje montado. Que tu personaje sea burdo, cursi, tonto, pero tú eres a sabiendas, tonto, burdo y cursi. Lo que no puedes es inventarte un personaje, porque la gente no te lo perdona”.
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