Aunque la práctica continúa, para incrementar la natalidad ahora se ordenan a las gestantes exámenes que consumen tiempo, y se les recomienda que tengan a sus hijos.
Como si se tratara de una epidemia de dengue (hablar públicamente del vector, y de la enfermedad sólo de persona a persona) las autoridades cubanas han alertado públicamente sobre la bomba de tiempo que significan la baja natalidad y el envejecimiento de la población para Cuba, mientras que en privado están dando un frenazo a una de sus causas, el acceso generalizado e irresponsable al aborto.
La periodista independiente Gladys Linares refiere en Cubanet que si en épocas anteriores había facilidades para hacerse abortos o las llamadas “regulaciones menstruales” –un aborto por aspiración del útero en las primeras semanas de embarazo-- a medida que fueron aumentando las advertencias gubernamentales sobre el envejecimiento poblacional se ha ido incrementando también la cantidad y la duración de los exámenes requeridos.
Según la comunicadora, también es frecuente que los médicos de la familia, primer eslabón del sistema de salud, intenten persuadir a las mujeres en edad fértil para que se embaracen, “lo cual hace a muchos sospechar de una posible orientación del Gobierno para frenar con estos métodos el decrecimiento poblacional”
En conversación con martinoticias, Linares refirió el caso de una vecina cuyos hijos ya están crecidos y que resultó embarazada. “Le mandaron a hacer una serie de pruebas inútiles, entre ellas la del sida, que demora como un mes para saber los resultados. Cuando estuvieron listos los exámenes ya no podía hacerse la regulación menstrual y entonces la doctora la persuadió de que ya ella tenía una edad de riesgo y que era mejor que pariera”. La mujer ya está al dar a luz.
Desde San Luis en Santiago de Cuba la Dra. Marcia Eduardo Mustelier, que colabora en un proyecto médico independiente (Salud para Todos), confirmó a martinoticias que en el oriente del país incluso circula el rumor de que no se van a hacer más legrados, la forma quirúrgica del aborto, que se practicaba sin reserva alguna aun a las 13 semanas de gestación. Ahora, después de las seis o siete semanas las embarazadas que desean abortar encuentran objeciones.
Sin embargo las dificultades no han detenido la práctica de la mal llamada regulación menstrual. Como su nombre indica esta consulta debería servir para regular un problema de la menstruación, pero según la médico santiaguera la mayoría de las mujeres que asisten han sido remitidas por médicos de la familia después de detectarles un embarazo de dos a seis semanas.
La profesional santiaguera señaló que las discretas medidas del gobierno seguramente chocarán con lo que llamó "la cultura del aborto en la mujer cubana", y resaltó la presión de las florecientes religiones cristianas en la isla para que se acabe esa práctica.
Linares, de Cubanet y el semanario Primavera Digital, señala que la nueva política está abriendo espacio a un mercado negro que utiliza las propias instalaciones estatales, en el cual una “regulación” cuesta unos 20 dólares.
La periodista independiente subrayó a martinoticias que estos esfuerzos para incrementar la natalidad tendrían que ir acompañados con otros dirigidos a mejorar la calidad de vida de los cubanos para que los jóvenes no aplacen el tener hijos hasta que puedan emigrar.
Según ella, las causas por las que muchas parejas no quieren tener hijos son las grandes dificultades que afectan a la familia cubana, entre ellas el desempleo, los bajos salarios, la doble moneda, el deterioro de las viviendas, el hacinamiento de varias generaciones, las dificultades para inscribirse en el lugar de residencia del cónyuge, y los grandes deseos de irse de Cuba.
La periodista independiente Gladys Linares refiere en Cubanet que si en épocas anteriores había facilidades para hacerse abortos o las llamadas “regulaciones menstruales” –un aborto por aspiración del útero en las primeras semanas de embarazo-- a medida que fueron aumentando las advertencias gubernamentales sobre el envejecimiento poblacional se ha ido incrementando también la cantidad y la duración de los exámenes requeridos.
Según la comunicadora, también es frecuente que los médicos de la familia, primer eslabón del sistema de salud, intenten persuadir a las mujeres en edad fértil para que se embaracen, “lo cual hace a muchos sospechar de una posible orientación del Gobierno para frenar con estos métodos el decrecimiento poblacional”
En conversación con martinoticias, Linares refirió el caso de una vecina cuyos hijos ya están crecidos y que resultó embarazada. “Le mandaron a hacer una serie de pruebas inútiles, entre ellas la del sida, que demora como un mes para saber los resultados. Cuando estuvieron listos los exámenes ya no podía hacerse la regulación menstrual y entonces la doctora la persuadió de que ya ella tenía una edad de riesgo y que era mejor que pariera”. La mujer ya está al dar a luz.
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Desde San Luis en Santiago de Cuba la Dra. Marcia Eduardo Mustelier, que colabora en un proyecto médico independiente (Salud para Todos), confirmó a martinoticias que en el oriente del país incluso circula el rumor de que no se van a hacer más legrados, la forma quirúrgica del aborto, que se practicaba sin reserva alguna aun a las 13 semanas de gestación. Ahora, después de las seis o siete semanas las embarazadas que desean abortar encuentran objeciones.
Sin embargo las dificultades no han detenido la práctica de la mal llamada regulación menstrual. Como su nombre indica esta consulta debería servir para regular un problema de la menstruación, pero según la médico santiaguera la mayoría de las mujeres que asisten han sido remitidas por médicos de la familia después de detectarles un embarazo de dos a seis semanas.
La profesional santiaguera señaló que las discretas medidas del gobierno seguramente chocarán con lo que llamó "la cultura del aborto en la mujer cubana", y resaltó la presión de las florecientes religiones cristianas en la isla para que se acabe esa práctica.
Linares, de Cubanet y el semanario Primavera Digital, señala que la nueva política está abriendo espacio a un mercado negro que utiliza las propias instalaciones estatales, en el cual una “regulación” cuesta unos 20 dólares.
La periodista independiente subrayó a martinoticias que estos esfuerzos para incrementar la natalidad tendrían que ir acompañados con otros dirigidos a mejorar la calidad de vida de los cubanos para que los jóvenes no aplacen el tener hijos hasta que puedan emigrar.
Según ella, las causas por las que muchas parejas no quieren tener hijos son las grandes dificultades que afectan a la familia cubana, entre ellas el desempleo, los bajos salarios, la doble moneda, el deterioro de las viviendas, el hacinamiento de varias generaciones, las dificultades para inscribirse en el lugar de residencia del cónyuge, y los grandes deseos de irse de Cuba.