La reforma refuerza las sanciones contra los actos de pederastia y fortalece las medidas represivas en caso de corrupción y lavado de dinero, al tiempo que impone duras penas al personal que filtre información confidencial de la Santa Sede
El papa Francisco aprobó el jueves una reforma del código penal del Vaticano que refuerza las sanciones contra los actos de pederastia y fortalece las medidas represivas en caso de corrupción y lavado de dinero, y para imponer duras penas al personal que filtre información confidencial de la Santa Sede, una medida que busca poner fin a años de escándalos que dañan a la Iglesia Católica.
El "motu proprio", el decreto firmado por el papa, tiene como objetivo "ajustar a los parámetros internacionales" del sistema penal del Vaticano que remontaba a 1929, año de la creación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En virtud de los cambios, la violencia sexual y los actos sexuales con niños y la prostitución y la pornografía infantiles se incluyen dentro de una definición más amplia de la categoría de crímenes contra menores y son punibles con hasta 12 años de prisión, indicó un documento del Vaticano.
Francisco, quien sucedió al Papa Benedicto XVI en marzo, ha heredado una Iglesia que lucha por restaurar su credibilidad tras una serie de escándalos, incluyendo abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes y una investigación por lavado de dinero en el banco del Vaticano.
Los cambios normativos rigen sólo dentro del estado Ciudad del Vaticano, pero buscan demostrar que el Papa está tomando en cuenta seriamente los diversos escándalos y que apunta a alinear la política de la Iglesia Católica con los estándares legales internacionales.
La Red de Sobrevivientes de Abusos por parte de Sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés) se mostró poco satisfecha, diciendo que la iniciativa del Papa repararía superficialmente la imagen del Vaticano pero que "en el mundo real esto no cambia prácticamente nada", dado que sólo afecta al pequeño territorio de la ciudad-Estado.
La SNAP instó a la jerarquía de la iglesia a que se focalice en que su personal cumpla con las leyes seculares de larga data sobre abuso sexual y erradique a los obispos que no logran proteger a los niños.
El Vaticano también se vio convulsionado el año pasado por el caso de filtraciones conocido como "Vatileaks", por el cual el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, fue condenado por robar documentos papales personales y divulgarlos a los medios.
El empleado fue perdonado por Benedicto XVI luego de una corta estadía en prisión.
El "motu proprio", el decreto firmado por el papa, tiene como objetivo "ajustar a los parámetros internacionales" del sistema penal del Vaticano que remontaba a 1929, año de la creación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En virtud de los cambios, la violencia sexual y los actos sexuales con niños y la prostitución y la pornografía infantiles se incluyen dentro de una definición más amplia de la categoría de crímenes contra menores y son punibles con hasta 12 años de prisión, indicó un documento del Vaticano.
Francisco, quien sucedió al Papa Benedicto XVI en marzo, ha heredado una Iglesia que lucha por restaurar su credibilidad tras una serie de escándalos, incluyendo abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes y una investigación por lavado de dinero en el banco del Vaticano.
Los cambios normativos rigen sólo dentro del estado Ciudad del Vaticano, pero buscan demostrar que el Papa está tomando en cuenta seriamente los diversos escándalos y que apunta a alinear la política de la Iglesia Católica con los estándares legales internacionales.
La Red de Sobrevivientes de Abusos por parte de Sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés) se mostró poco satisfecha, diciendo que la iniciativa del Papa repararía superficialmente la imagen del Vaticano pero que "en el mundo real esto no cambia prácticamente nada", dado que sólo afecta al pequeño territorio de la ciudad-Estado.
La SNAP instó a la jerarquía de la iglesia a que se focalice en que su personal cumpla con las leyes seculares de larga data sobre abuso sexual y erradique a los obispos que no logran proteger a los niños.
El Vaticano también se vio convulsionado el año pasado por el caso de filtraciones conocido como "Vatileaks", por el cual el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, fue condenado por robar documentos papales personales y divulgarlos a los medios.
El empleado fue perdonado por Benedicto XVI luego de una corta estadía en prisión.