Alfredo Gómez, de Nueva York, y dos familiares enfermaron tras cenar en un restaurante estatal de La Habana. Luego le dijeron que no saldría del país hasta que pagara la cuenta de su hospitalización: $4.700.
Un cubano emigrado que contrajo el cólera en un restaurante estatal de La Habana fue internado en el Instituto de Medicina Tropical de esa ciudad y luego presionado para que pagara una cuenta de cerca de 5.000 dólares, informa El Nuevo Herald.
Alfredo Gómez, maestro de una escuela secundaria de Nueva York, y dos familiares, se vieron afectados por diarreas intensas dos días después de comer juntos en un restaurante estatal en La Habana durante una visita familiar a fines de julio.
Médicos del hospital Manuel Fajardo les dijeron que tenían el cólera, A él lo trasladaron al Instituto Pedro Kouri, donde el cuarto piso está reservado para extranjeros que contraen la enfermedad.
Gómez dijo al Nuevo Herald que durante sus seis días en el centro médico entre seis y 15 extranjeros estuvieron cada día en la sala para extranjeros, mientras que 60 cubanos de la isla eran tratados en los pabellones reservados para ellos,
El visitante recibió luego una cuenta de $ 4,700 dólares y fue presionado fuertemente para pagar su factura con su tarjeta de crédito o a través de su seguro de salud en Estados Unidos.
“Me querían cobrar, y trataron por todos los medios de que les pagara”, dijo Gómez al Herald. “Fue una actitud abusiva, grosera. No querían dejarme ir sin pagar”.
Finalmente se fue sin pagar, argumentando que el embargo de Estados Unidos le prohibía hacerlo, y que, en cualquier caso, su cuenta debía ser pagada por el restaurante estatal donde contrajo el cólera.
Alfredo Gómez, maestro de una escuela secundaria de Nueva York, y dos familiares, se vieron afectados por diarreas intensas dos días después de comer juntos en un restaurante estatal en La Habana durante una visita familiar a fines de julio.
Médicos del hospital Manuel Fajardo les dijeron que tenían el cólera, A él lo trasladaron al Instituto Pedro Kouri, donde el cuarto piso está reservado para extranjeros que contraen la enfermedad.
Gómez dijo al Nuevo Herald que durante sus seis días en el centro médico entre seis y 15 extranjeros estuvieron cada día en la sala para extranjeros, mientras que 60 cubanos de la isla eran tratados en los pabellones reservados para ellos,
El visitante recibió luego una cuenta de $ 4,700 dólares y fue presionado fuertemente para pagar su factura con su tarjeta de crédito o a través de su seguro de salud en Estados Unidos.
“Me querían cobrar, y trataron por todos los medios de que les pagara”, dijo Gómez al Herald. “Fue una actitud abusiva, grosera. No querían dejarme ir sin pagar”.
Finalmente se fue sin pagar, argumentando que el embargo de Estados Unidos le prohibía hacerlo, y que, en cualquier caso, su cuenta debía ser pagada por el restaurante estatal donde contrajo el cólera.