Usted puede caminar La Habana escuchando "Caso cerrado", de la Dra. Polo, los humorísticos de Alexis Valdés, los comentarios de Oscar Haza y las telenovelas de Univisión y Telemundo. Los discos duros externos están de moda.
La televisión cubana tiene hoy un importante competidor: la de Miami, enlatada en discos duros externos y reproductores de DVD Blue Ray, soportes digitales que pueden asumir el entretenimiento de los cubanos durante una semana o quince días.
Después de 63 años de salir al aire por vez primera en Cuba y 52 de estar bajo la tutela de los hermanos Castro Ruz, su contenido desgastado, obsoleto y politizado hasta el tuétano, hace que la teleaudiencia cubana prefiera la más ligera y entretenida programación de los canales de la Florida.
Usted puede caminar La Habana escuchando el programa "Caso cerrado", de la Dra. Polo, los pasados programas humorísticos de Alexis Valdés, los espacios de comentarios de Oscar Haza y las telenovelas de Univisión y Telemundo. Los programas de competencia de canto y baile arrebatan. William Levy es un idolo en los hogares cubanos. En estos momentos, el culebrón "Equipo de lobos" es un contagio, y no solo en La Habana, en toda la Isla.
La desesperada digitilización
Al margen de los intentos por digitalizar y diversificar la televisión cubana con materiales importados, paneles de debate, musicales, video-clips de factura nacional y novelas cubanas al estilo TV-Globo, las copias de programas y películas foráneas vician –-para bien- nuestra sociedad.
El almacenamiento en cintas de video, discos DVD, memorias flash u otros soportes digitales, parece quedar chiquito. Los discos duros externos están de moda y los copiadores informales abren el negocio de los terabytes en pesos convertibles.Se ha convertido en prioridad para el cubano la compra de discos duros externos y memorias flash de más de 8 gigabytes.
Que aparezcan decenas de anuncios promocionando la venta de discos duros externos en revolico.com o en porlalibre.com, en su variante sólida o convencional, no es pura casualidad. La demanda de estos soportes aumenta al igual que la amplia oferta de novelas y programas de participación de habla hispana.
Los llamados “paquetes de la semana”, ofertados a un precio de dos pesos convertibles (1.80 dólares) por cada terabyte copiado, forman parte de una televisión enlatada a consumir preferiblemente antes que finalice cada semana.
Aunque la mayoría no puede pagar 120 o 130 pesos convertibles (aproximadamente 110 dólares o 100 euros) por un disco duro externo convencional, los que sí pueden y cargan estos soportes con los “paquetes de la semana” se comportan como pequeños distribuidores de audiovisuales entre la vecindad.
El negocio de los copiadores
A la par con la autorización gubernamental para vender discos CD y DVD, surgió el negocio de los copiadores, con programación pirateada, actividad registrada (número 22) en los acuerdos sobre el ejercicio del trabajo por cuenta propia.
A diferencia de los limitados y costosos cines de tercera dimensión –recientemente cerrados por el gobierno-, los terabytes de la televisión enlatada cubren los diferentes gustos de la teleaudiencia, desde el cine erótico hasta documentales y programas instructivos.
Pagar un terabyte a la semana resulta más económico que ser cliente en las pocas redes clandestinas de televisión por cable que sobreviven. Además de los precios asequibles, los consumidores de “paquetes de la semana” pueden escoger las series dramatizadas, novelas y películas de su preferencia. Por ejemplo, “Avenida Brasil”, novela de turno en la televisión cubana que transita por su capítulo 31, rueda su capítulo 96 en muchos reproductores de DVD y ordenadores domésticos.
Penalización de las antenas satelitales
En un país donde el principal obstáculo para acceder a la internet estatal son los precios prohibitivos y la televisión satelital es penada hasta con 30 mil pesos de multa (aproximadamente 1,400 dólares), programas como la Voz de España o la Voz de América pueden bajarse de la web después de su salida al aire.
El Estado abre una significativa inversión tecnológica en la televisión digital, un proyecto con China que llevará al apagón analógico en 2021. Sin embargo, todo parece indicar que acabar con la obsolescencia de la radio y los telecentros controlados por el Estado, unido a la revolución de programas y propuestas televisivas de nuevo formato, no parece incluir la diversificación del contenido.
Pese a que al final del túnel se vislumbra la redefinición estética, cultural y competitiva de los programas televisivos de factura nacional, los terabytes de la televisión enlatada toman la delantera.
Entonces habrá que preguntarse si el Gobierno cubano tomará nota sobre este mercado informal de audiovisuales foráneos, tal como lo hizo con los cines 3D y las llamadas “antenas parabólicas” ilegales.
De momento, si la comida en Cuba en un asunto de prioridad familiar, la televisión de Miami, enlatada en memorias flash, también.
(Publicado originalmente en Cubanet el 11/28/13)
Después de 63 años de salir al aire por vez primera en Cuba y 52 de estar bajo la tutela de los hermanos Castro Ruz, su contenido desgastado, obsoleto y politizado hasta el tuétano, hace que la teleaudiencia cubana prefiera la más ligera y entretenida programación de los canales de la Florida.
Usted puede caminar La Habana escuchando el programa "Caso cerrado", de la Dra. Polo, los pasados programas humorísticos de Alexis Valdés, los espacios de comentarios de Oscar Haza y las telenovelas de Univisión y Telemundo. Los programas de competencia de canto y baile arrebatan. William Levy es un idolo en los hogares cubanos. En estos momentos, el culebrón "Equipo de lobos" es un contagio, y no solo en La Habana, en toda la Isla.
La desesperada digitilización
Al margen de los intentos por digitalizar y diversificar la televisión cubana con materiales importados, paneles de debate, musicales, video-clips de factura nacional y novelas cubanas al estilo TV-Globo, las copias de programas y películas foráneas vician –-para bien- nuestra sociedad.
El almacenamiento en cintas de video, discos DVD, memorias flash u otros soportes digitales, parece quedar chiquito. Los discos duros externos están de moda y los copiadores informales abren el negocio de los terabytes en pesos convertibles.Se ha convertido en prioridad para el cubano la compra de discos duros externos y memorias flash de más de 8 gigabytes.
Que aparezcan decenas de anuncios promocionando la venta de discos duros externos en revolico.com o en porlalibre.com, en su variante sólida o convencional, no es pura casualidad. La demanda de estos soportes aumenta al igual que la amplia oferta de novelas y programas de participación de habla hispana.
Los llamados “paquetes de la semana”, ofertados a un precio de dos pesos convertibles (1.80 dólares) por cada terabyte copiado, forman parte de una televisión enlatada a consumir preferiblemente antes que finalice cada semana.
Aunque la mayoría no puede pagar 120 o 130 pesos convertibles (aproximadamente 110 dólares o 100 euros) por un disco duro externo convencional, los que sí pueden y cargan estos soportes con los “paquetes de la semana” se comportan como pequeños distribuidores de audiovisuales entre la vecindad.
El negocio de los copiadores
A la par con la autorización gubernamental para vender discos CD y DVD, surgió el negocio de los copiadores, con programación pirateada, actividad registrada (número 22) en los acuerdos sobre el ejercicio del trabajo por cuenta propia.
A diferencia de los limitados y costosos cines de tercera dimensión –recientemente cerrados por el gobierno-, los terabytes de la televisión enlatada cubren los diferentes gustos de la teleaudiencia, desde el cine erótico hasta documentales y programas instructivos.
Pagar un terabyte a la semana resulta más económico que ser cliente en las pocas redes clandestinas de televisión por cable que sobreviven. Además de los precios asequibles, los consumidores de “paquetes de la semana” pueden escoger las series dramatizadas, novelas y películas de su preferencia. Por ejemplo, “Avenida Brasil”, novela de turno en la televisión cubana que transita por su capítulo 31, rueda su capítulo 96 en muchos reproductores de DVD y ordenadores domésticos.
Penalización de las antenas satelitales
En un país donde el principal obstáculo para acceder a la internet estatal son los precios prohibitivos y la televisión satelital es penada hasta con 30 mil pesos de multa (aproximadamente 1,400 dólares), programas como la Voz de España o la Voz de América pueden bajarse de la web después de su salida al aire.
El Estado abre una significativa inversión tecnológica en la televisión digital, un proyecto con China que llevará al apagón analógico en 2021. Sin embargo, todo parece indicar que acabar con la obsolescencia de la radio y los telecentros controlados por el Estado, unido a la revolución de programas y propuestas televisivas de nuevo formato, no parece incluir la diversificación del contenido.
Pese a que al final del túnel se vislumbra la redefinición estética, cultural y competitiva de los programas televisivos de factura nacional, los terabytes de la televisión enlatada toman la delantera.
Entonces habrá que preguntarse si el Gobierno cubano tomará nota sobre este mercado informal de audiovisuales foráneos, tal como lo hizo con los cines 3D y las llamadas “antenas parabólicas” ilegales.
De momento, si la comida en Cuba en un asunto de prioridad familiar, la televisión de Miami, enlatada en memorias flash, también.
(Publicado originalmente en Cubanet el 11/28/13)