Critican a Dilma por dar a Cuba lo que quita a Brasil

Dilma Rousseff y Raúl Castro inauguran el megapuerto de Mariel el pasado lunes 27 de enero de 2014

Políticos y medios brasileños lamentan que cientos de millones para la isla, manejados en secreto, no sean invertidos en su país. Nuevo crédito anunciado por Rousseff se estaba negociando.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se defendió el martes de críticas en torno a que las millonarias inversiones de su gobierno en la construcción del puerto de Mariel en Cuba, deberían haber sido destinadas a obras en Brasil.

La mandataria aseguró que, paralelamente al proyecto de Mariel, se están haciendo inversiones en el sector portuario brasileño, y atribuyó a "falta de visión estratégica" las objeciones a los créditos otorgados a La Habana para el proyecto de Zona de Desarrollo Especial, que según ella habrían tenido en cuenta una ubicación privilegiada para los negocios y la participación de empresas brasileñas como las principales proveedoras de bienes y servicios.

A través de su Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, BNDES, el gobierno brasileño ha destinado 802 millones de dólares para el megapuerto en Cuba, pero la mandataria anunció el lunes otros 290 millones, principalmente destinados a construir almacenes.

ANUNCIO PREMATURO

El diario Folha de Sao Paulo aseguró, citando al diputado federal demócrata Luiz Henrique Mandetta, que ese nuevo crédito no había recibido entrada legal entre los proyectos del BNDES y todavía estaba en fase de negociación a nivel ministerial.

En un comunicado emitido el lunes, el Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB, criticó la inversión del gobierno nacional en el puerto de Mariel ."Los brasileños observan indignados más que un periplo de la presidenta Dilma alrededor del mundo. Especial indignación les provoca saber que su dinero se empleó para construir un moderno puerto en Cuba", dice el texto.

De acuerdo con el PSDB, “los recursos que van para la isla de la dictadura castrista, y también para la Venezuela chavista y otros países de notoria alineación ideológica, son los mismos que faltan para emprender obras estructurales en Brasil, especialmente para la movilidad urbana en nuestras ciudades”.

El comunicado de la agrupación política señala la falta de transparencia de estas operaciones “mantenidas en secreto por orden del Ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel. Varias solicitudes de información pidiendo explicaciones al respecto fueron diligenciadas por el PSDB en el Senado, pero siguen bloqueadas por la bancada del PT [oficialista] ¿Por qué?”.

Agrega que "desdichadamente, bajo el gobierno del PT, el BNDES se convirtió en una caja negra: nadie sabe cuáles son los criterios y condiciones de los financiamientos, ni los objetivos estratégicos de estas operaciones. Sólo se sabe que, en los últimos años, el banco se convirtió en una palanca para producir "paladines nacionales" y protagonizó “una inaceptable apropiación del dinero de los contribuyentes brasileños”.

CUENTAS ASIMÉTRICAS

En un análisis del asunto, el órgano de estudios y formación política del PSDB, el Instituto Teotonio Videla, afirma que Rousseff se ha convertido en una madre, pero para los cubanos, y que es celosamente protegida por el manto del secreto.

Como ejemplo de la disparidad entre las inversiones portuarias en Brasil y en el proyecto de Mariel, el análisis cita a dos publicaciones del gigante suramericano.

Según reportó a principios de año la revista Veja, el valor transferido por el BNDES a Cuba equivale al triple de lo que el banco ha destinado a mejoras y ampliaciones en el Puerto de Suape, en Recife, capital del estado de Pernambuco, desde su inauguración en 1983.

Mientras tanto, el diario capitalino Correio Braziliense informó esta semana en un reportaje sobre el tema que de los 218 millones de dólares programados para invertir en los puertos brasileños el año pasado, sólo se concretaron 15 millones y medio (el 7%).

SECRETOS MULTIMILLONARIOS

El análisis del Instituto Teotonio Videla precisa que el BNDES financia proyectos de infraestructura en quince países, incluido el metro de Caracas, gracias a un préstamo concedido al gobierno de Hugo Chávez. Sin embargo, tres contratos -dos con Cuba y uno con Angola - fueron clasificados como secretos en junio de 2012, por decisión del ministro Pimentel.

El texto cita a José Casado, columnista del diario O Globo, quien denunció en octubre pasado que esas concesiones a Angola y Cuba manejadas en secreto involucran “según cálculos conservadores” unos 6.000 millones de dólares.

Según Casado, todos los documentos en dichas operaciones (actas, protocolos, informes, notas técnicas y correspondencia) permanecen clasificados como "secretos" y no serán publicados hasta 2027. El autor señalaba que semejante falta de transparencia, en un país donde ésta es exigida por el orden legal, no había ocurrido en Brasil desde el régimen militar.

Preguntado al respecto el presidente del banco de desarrollo, Luciano Coutinho, dijo que el BNDES no trata estas operaciones (de exportación) de manera confidencial, salvo en casos como estos dos, en los que lo hace “en observancia de la legislación del país de destino de los fondos”.