Cuba reportó el lunes 37 personas confirmadas del nuevo coronavirus luego de registrar durante días cero infecciones o cifras de un dígito.
Ese número de enfermos en la isla es considerado poco si se compara con otros países de América Latina con casi la misma cantidad de habitantes y que están siendo golpeados con dureza por la pandemia.
En La Habana, según reporta el periódico capitalino Tribuna de La Habana, entre las incidencias para el aumento de los casos positicos "se incluye la realización de dos fiestas", que según dijo el llamado presidente del Consejo de Defensa Provincial, fueron "denunciadas por los vecinos".
El director de epidemiología en Cuba, Francisco Durán, indicó que las muestras realizadas arrojaron ese número de contagios en las provincias de La Habana y Artemisa, además de una persona que vino del extranjero.
En total, desde que comenzó la pandemia, ya suman 2.532 las personas que contrajeron el COVID-19, de los cuales 87 fallecieron.
Cuba logró aplanar la curva de contagios mediante una combinación de aislamiento social que incluyó la suspensión de visas a turistas y vuelos comerciales, así como la cancelación de clases o el aislamiento estricto para los sospechosos y una política activa de detección de casos con visitas casa por casa.
En algunas provincias hace más de dos meses que no se presentan pacientes y hay una relativa flexibilidad, pero en La Habana y sus provincias aledañas la situación es más compleja y sigue detectándose un goteo de casos.
Según Duran, el alto potencial de contagios del virus y los casos asintomáticos, así como la indisciplina social por parte de personas descuidadas, está complicando los indicadores.
A la fecha, el país acumuló unos 250.000 test diagnósticos.
Cuba tiene alrededor de 11 millones de habitantes, más o menos la misma cantidad de Bolivia, que registra 60.000 contagiados y más de 2.000 muertos, o República Dominicana, que acumula 33.000 casos y más de 1.000 muertos.