Vecinos de varios municipios de La Habana aseguran que el consumo de droga ha aumentado considerablemente en la capital en los últimos tiempos, en medio de una de las peores crisis económicas que ha atravesado la isla.
“Lamentablemente el sector más afectado es la juventud, que está encontrando en la droga una vía de escape para enajenarse de esta realidad que los golpea tanto", comentó a Martí Noticias el comunicador independiente Enrique Díaz, residente en Marianao.
Díaz opina que la policía "se descuidó con el tema de los narcóticos, y ahora quieren recuperar el terreno perdido".
Para el comunicador, el trabajo de prevención está fallando y sin eso no es posible que las personas hagan conciencia del problema.
"La mayoría de los consumidores se sitúan en barrios marginales, donde los agentes de la policía tiene hasta miedo entrar”, agregó.
Hace poco más de una semana varios reportes en redes sociales y medios de prensa independiente informaron sobre un operativo antidrogas llevado a cabo por efectivos del Ministerio del Interior (MININT) en las inmediaciones del barrio El Curita, perteneciente a la barriada de San Leopoldo, en Centro Habana.
“En los años que llevo yo en La Habana, nunca había visto nada igual. Esto a ellos (la Policía) se les fue de las manos”, dijo a nuestra redacción el bicitaxista Antonio Font, para quien el consumo de drogas no se puede separar del aumento de la violencia en el país.
"Son pocos efectivos policiales dedicados a combatir el tráfico de sustancias ilícitas", agregó.
Entre las drogas que más se están consumiendo en la isla está El Químico, una sustancia que mezcla varios productos y cuya base es el cannabis. Según explican los entrevistados, es una de las más baratas aunque a ciencia cierta nadie sabe todo lo que contiene.
"La usan mucho los jóvenes. Se que es marihuana con otros productos químicos y que produce efectos violentos en las personas", comenta el periodista independiente Vladimir Turró, vecino de Arroyo Naranjo.
"Cuesta unos 200 pesos y tiene bastante demanda", agrega el reportero y aclara que en su municipio uno de los barrios más afectados por este problema es La Fraternidad.
"Creo que la droga ha jugado un papel importante en este tema de los asaltos, de la violencia constante y los asesinatos”, opinó el comunicador.
Varias fuentes consultadas por Martí Noticias indicaron que hay otras drogas con demanda como "la piedra", cotizada a 1.000 pesos en Moneda Nacional, y la marihuana, a 1.200.
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La pasada semana en la prisión de Melena II, las autoridades penitenciarias encontraron drogas en el destacamento número tres, donde hay más de un centenar de reclusos.
Dayana Aranda Batista, esposa del preso político del 11J Juan Enrique Pérez Sánchez, dijo a Martí Noticias que no es la primera vez que pasa.
“La droga no la encontraron en las pertenencias de Juan Enrique, la encontraron en el baño, y quisieron echarle la culpa a él, como ha pasado otras veces”, comentó.
Turró, quien recoge continuamente denuncias desde las cárceles, precisó: “los presos que dirigen internamente los cubículos, tienen convenios con los reeducadores, que son los que entran la droga y reciben un pago por ello".
La activista Lucinda González, residente en el municipio capitalino de La Lisa, asegura que recientemente intentó realizar una encuesta sobre el consumo de drogas en su barrio pero que le fue imposible porque las personas tienen miedo a hablar del tema.
“La juventud se está perdiendo. Conozco hasta estudiantes que hacen esas cosas, y es penoso y triste”, dijo la opositora.
El Código Penal Cubano no contempla sanciones para los consumidores de drogas, mientras que la tenencia de estupefacientes puede acarrear una pena de hasta tres años de cárcel, y para quienes lucran y trafican con sustancias ilícitas, la sanción puede elevarse hasta 30 años de prisión.
A finales del pasado año las autoridades admitieron el aumento del consumo de estupefaciantes en el país, incluido en los adolescentes.
"Debemos reconocer que desde 2022 en adelante ha habido un aumento en la participación de nuestros estudiantes, especialmente en la educación secundaria básica, en el noveno grado y en el primer y segundo año de la educación técnica y profesional, en hechos relacionados con las drogas", dijo el viceministro de Educación, Eugenio González Pérez, quien precisó que el promedio de edad de los consumidores había bajado de 18 a 15 años.