A un año del destape de la pandemia cubanos exponen las principales fallas en la gestión del Estado (FOTOS)

Cuba, a un año del destape de la pandemia

Los tres primeros casos oficialmente confirmados de la pandemia del COVID-19 en Cuba fueron reportados por las autoridades sanitarias del país el 11 de marzo de 2020.

Desde entonces, el impacto del coronavirus ha transformado la vida diaria de los cubanos: máscaras, colas para conseguir alimentos, turistas atrapados, vuelos suspendidos, controles sanitarios, clases interrumpidas, multas y la vida económica del país, principalmente la de los negocios privados, quedó en pausa.

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Durante este tiempo, organizaciones de derechos humanos también han señalado un auge en la represión en la isla, al punto en que Cuba figura entre los países cuyos gobernantes aprovecharon el marco de la pandemia para afianzar el control y hostigamiento sobre la población civil.

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A un año de reportarse los primeros casos de COVID-19, activistas, médicos y ciudadanos declararon a Radio Televisión Martí que el manejo de la pandemia no ha sido el más óptimo por parte de las autoridades cubanas.

Cuba sobrepasó este jueves los 59 mil contagios de coronavirus, con 778 nuevos casos y otros cuatro fallecidos, para un total de 361. De los diagnosticados en la jornada, 130 son menores de 20 años de edad, un grupo vulnerable en que se han incrementado los casos de la enfermedad en las últimas semanas.

Entre las críticas más sobresalientes está la incapacidad del Estado de garantizar alimentos y productos de higiene a la población, por ello, los cubanos han estado expuestos al contagio, todo el tiempo, en interminables colas para conseguir alimentos y productos de aseo.

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Reportaje de Ivette Pacheco

Medidas como la aplicación del toque de queda y límites en la circulación de personas y vehículos dentro de la isla han sido insuficientes ante las aglomeraciones en los comercios para comprar lo esencial.

Desde La Habana, la activista Ariana Mena calificó el manejo de la pandemia como una obra de teatro, donde se aparenta control en un país donde no hay productos de higiene y se vive hacinado de cola en cola, lo que deja sin sentido la efectividad de muchas medidas, entre ellas los toques de queda.

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"De día podemos ver a todo el mundo en las calles, las guaguas llenas, abarrotadas de personas. No hay aseo, no hay detergente. Todo está en MLC (moneda libremente convertible). Tenemos carencia de agua...", subrayó Mena.

Otros han criticado la respuesta tardía de las autoridades para decretar el cierre de aeropuertos y escuelas.

Para muchos han sido inoportunas medidas como la reapertura al turismo en pleno rebrote, un hecho que comprometió a los pobladores de zonas turísticas como Morón, Varadero y La Habana.

Las condiciones de los centros de aislamiento, los hospitales y los protocolos médicos empleados han estado también sobre el tapete.

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La activista Lisandra Rivera detalló a Radio Martí cómo fue su experiencia en un hospital cuando estuvo ingresada por sospecha que tenía COVID-19: “Un médico me pidió guantes porque no había y la alimentación tenía pésima calidad”, dijo Rivera.

Por otra parte, muchos aseguran que la pandemia cayó como anillo al dedo al régimen para este poder lucrarse de ella aplicando multas de miles de pesos a quienes no "cumplan" con el distanciamiento social o no usen el nasobuco como se debe (por encima de la nariz).

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Los ciudadanos culpan a las autoridades porque tardaron demasiado en cerrar fronteras y cuando las abrieron, propiciaron un rebrote que ha multiplicado los casos en breve tiempo.

“Cerraron los aeropuertos cuando les dio la gana de cerrarlos, abrieron los aeropuertos también supuestamente cuando todo estaba bien y ellos la única forma que vieron de cómo controlar esto fue con multas de 2,000 pesos", dijo el activista y periodista independiente Esteban Rodríguez.

Sin embargo, a pesar de las estrictas normas que el gobierno impuso con respecto al nasobuco y el distanciamiento social, en las escuelas esas normas no eran cumplidas del todo. Tampoco en las concentraciones convocadas por el régimen, como la del Parque de Trillo, en la que Miguel Díaz Canel llegó a dirigirse a sus seguidores con la mascarilla hacia abajo.

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"En las escuela decían de que los niños debían estar a 1 metro de distancia y se averiguó que en algunos colegios eso no se cumplía”, dijo la activista Yorsikelin Sánchez.

Miles de pacientes en edades pediátricas, incluso lactantes han sido reportados en este último año.

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Con respecto al sistema sanitario, la pandemia vino a mostrar el deterioro en los centros hospitalarios, la falta de recursos para tratar cualquier enfermedad, la crisis con las ambulancias en todo el país y las precarias condiciones en que laboran los médicos cubanos a diario.

Irónicamente, enviaron a cientos de galenos a otros países a combatir la pandemia, algunos fallecieron en misión.

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En la isla, hay especialistas “que se encuentran dentro de terapia intensiva”, pero “no están capacitados”, detalló Johan Pérez, médico de las Tunas.“

"Hay más de 5 médicos ingresados por COVID aquí y todo por faltas de materiales", señaló el profesional de la salud.

[Con reporte especial de Ivette Pacheco para Radio Martí]