Abordan en foro virtual discriminación racial y de la mujer en Cuba

Los afrodescendientes en Cuba no cuentan con capital, remesas ni redes de solidaridad para involucrarse en la economía emergente.

El Movimiento San Isidro y el Monitor Legislativo Cubano celebraron la conferencia virtual “La discriminación en Cuba: la realidad desde sus artistas y activistas”, que tuvo como invitada especial a Margarette May Macaulay, Relatora sobre los Derechos de las Mujeres y de las Personas Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial y comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Activistas, periodistas independientes, afrodescendientes, mujeres y personas de la comunidad LGBTI, y otros grupos que históricamente han sido víctimas de discriminación, siguen siendo discriminados”, afirmó en referencia a Cuba, MaCaulay.

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Reportaje de Yolanda Huerga

“En torno a la libertad de expresión, hay discriminación muy seria contra personas que piensan de forma diferente en cuanto a los derechos humanos”, manifestó la relatora.

Desde la Isla participaron Juan Antonio Madrazo Luna del Comité Ciudadano por la Integración Racial, Aimara Peña González de Somos Nueva Cuba, Luis Manuel Otero Alcántara, del Movimiento San Isidro y Madelín Rodríguez por la Corporación Jurídica Cubana.

En su ponencia, el activista Madrazo Luna indicó que “las estrategias implementadas por la Revolución” desde sus inicios no bastaron para desarmar “el ensamblaje de racismo y la discriminación racial”, debido a que “al trazar las fronteras de la igualdad” no logró incidir en las representaciones sociales negativas que perviven en el imaginario cubano hacia los afrodescendientes.

“Desde la frontera de la igualdad se construyeron barreras imaginarias y pactos de silencio en torno a la problemática racial y el racismo como fórmula ideológica continua siendo la materia prima que fabrica la diferencia en la sociedad cubana”, apuntó.

Madrazo aludió, además, a la criminalización del activismo de las mujeres, en especial las afro feministas vinculadas a procesos organizativos dentro de la sociedad civil cubana, sobre las cuales recae, en mayor medida, la represión, el acoso, la persecución, el chantaje emocional y psíquico y hasta el encarcelamiento.

“Dicha violencia que es ejercida emocionalmente tiene un efecto acumulativo que provoca degradación en tanto afecta a la dignidad individual y colectiva”, puntualizó.

“Es una realidad sobre la que pesa el silencio en la esfera pública cubana y donde hay una responsabilidad de prácticas violentas por parte de agentes del Estado”, dijo.

La defensora de los derechos de la mujer, Aymara Peña, abordó la discriminación que sufren por pobreza las campesinas cubanas, fundamentalmente en las áreas laborales.

“Las mujeres de este sector están mucho más sometidas a diferentes tipos de violencia y de discriminación, no solamente por ser pobres o por vivir en zonas rurales, sino por ser mujeres”, señaló Peña y añadió que las tareas del hogar y el cuidado de los hijos abarcan casi todo el tiempo de las campesinas.

Muy pocas de ellas obtienen un trabajo profesional. Abandonan los estudios por la lejanía, el transporte, la penuria y por tanto, no acceden al sistema de enseñanza superior, alertó Peña, residente en una comunidad rural de la provincia de Sancti Spiritus.

Más adelante, el coordinador principal del Movimiento San isidro, Luis Manuel Otero Alcántara, destacó que los negros cubanos cada día tienen menos oportunidades dentro del mundo de la cultura porque no están creadas, actualmente, estructuras que lleguen a ellos.

“Entrar a una academia, una escuela de arte, de música o danza conlleva un estudio previo de clases privadas que hay que pagar”, denunció Otero Alcántara.

“No existe un proyecto, ahora mismo, no hay una voluntad del régimen racista, de insertar a los negros, a los más desválidos, a ese proyecto económico, a ese proyecto social y cívico que se están construyendo dentro de este Capitalismo de Estado”.

En ese sentido recalcó que insertar a los marginados, en su mayoría negros, en el panorama cultural es el trabajo primordial que desarrolla el Movimiento San Isidro.

Desde el punto de vista judicial, la abogada Madelín Rodríguez subrayó que la sociedad cubana está muy distante de convertirse en una sociedad justa, igualitaria si damos una mirada jurídica al actuar del Estado, pues son, precisamente, las autoridades las que utilizan las legislaciones para criminalizar a todas aquellas personas que decidan dar sus opiniones en contra de gobierno.

Por grupos poblacionales los más afectados por la discriminación, desde el Estado, son las personas LGBT, las afrodescendientes, las mujeres y los periodistas independientes, dijo Rodríguez.

“Una vía visible en la que el Estado discrimina a sus ciudadanos es con la utilización de sus propias legislaciones y se está viendo más frecuente con la violación al debido proceso”, resaltó.

Como moderadora del panel estuvo Elena Larrinaga, presidenta de la Red Femenina de Cuba.