El periodista cubano José Raúl Gallego Ramos denunció la presencia, por segundo año consecutivo, del coronel Abel Enrique González Santamaría, oficial del Ministerio del Interior de Cuba, en el Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés).
En el evento académico, que se celebra esta semana en el Centro de Convenciones de Vancouver, Canadá, el coronel Santamaría participó el miércoles con la ponencia Universidades cubanas: derechos, participación y emancipación, como parte de un panel universitario integrado por Yusmila Zamora Silva, Asesora Técnico Docente de la Dirección de Historia y Marxismo Leninismo en el Ministerio de Educación Superior de Cuba y por Delmis María Estrada Reyes, Asesora Técnico Docente en ese mismo ministerio.
En esta ocasión, el que ha sido viceasesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional de Cuba e interlocutor clave en el acercamiento entre La Habana y Estados Unidos impulsado por Barack Obama y Raúl Castro, se presenta bajo la sombrilla del Grupo Secretario de Bufetes Internacionales "Servicios Legales S.A." de La Habana. En la anterior edición de LASA, el coronel, quien funge ahora como director de Ciencia y Educación de la Oficina del Historiador de La Habana, participó en un panel sobre las protestas del 11 de julio de 2021.
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Gallego Ramos, quien es Co-fundador del Observatorio de Libertad Académica, concedió una breve entrevista a Martí Noticias sobre lo que denomina la “parcialidad de LASA con el régimen cubano” y la presencia de este coronel en el evento.
¿A qué cree usted que se debe el que agentes del régimen cubano ocupen tribunas en organizaciones aparentemente defensoras de derechos y libertades?
Siempre lo han hecho. Incluso, muchas veces ellos mismos crean las tribunas. El objetivo es legitimar e imponer su relato a nivel internacional y hacer pasar por investigación académica lo que en realidad es parte de su propaganda pues, generalmente, son investigaciones (cuando lo son) producidas bajo los mismos condicionamientos políticos restrictivos que dominan la vida social en el país.
¿Qué beneficios podría obtener el régimen de organizaciones como LASA?
El beneficio es ese: presentar ante una parte de las comunidades académicas de Estados Unidos y América Latina esos relatos y discursos, que usan incluso el lenguaje y los conceptos de la democracia y la academia occidental (derechos humanos, participación, esfera pública, etc.) para maquillar y ocultar las graves violaciones de derechos que existen en Cuba.
En ese evento, ¿participa alguien que pueda contrarrestar la intervención del coronel Santamaría?
Hay defensores de derechos, cubanos críticos que participan en LASA, pero en otros paneles. En este del coronel no, porque estas mesas se conforman a partir de propuestas que hacen los propios participantes, de manera que no es necesario ni se busca que haya posiciones contrapuestas dentro de la propia mesa.
Además de sacar a la luz la verdad sobre la participación de agentes del régimen en eventos como LASA, ¿se puede lograr que estas denuncias sean tenidas en cuenta y tengan consecuencias para las organizaciones promotoras?
Creo que es importante hacer las denuncias y, sobre todo, mostrar la parcialización de ese espacio (LASA). Las consecuencias son precisamente mostrar ante esa academia internacional que también participa en LASA, estas irregularidades que, en años anteriores, provocó que un grupo importante de académicos cubanos y de otros países retiráramos nuestra membresía de LASA en protesta a la manera en que esta institución se posicionaba ante los problemas de Cuba.