Tras el atentado del sábado al expresidente Donald Trump en un acto de campaña en Pensilvania, miembros de la sociedad civil cubana dieron a Martí Noticias su opinión sobre el suceso.
“Es un episodio de desestabilización global, pero sobre todo hay que celebrar que no tuvo éxito y, por otra parte, no hay dudas de que Trump es un líder de una gran mayoría del pueblo norteamericano y con este atentado se estaba buscando descabezar ese liderazgo y lastimar, digamos las certezas políticas de esa parte del pueblo norteamericano”, indicó el historiador, cineasta y periodista independiente, Boris González Arenas.
También mencionó la reacción de Miguel Díaz Canel, quien escribió en X que "como víctimas de atentados y terrorismo durante 65 años, Cuba ratifica su posición histórica de condena a toda forma de violencia".
“Él no rechaza el atentado, como persona, no lo rechaza. Habla de la ratificación de Cuba- él no es Cuba- de la posición histórica y condena contra toda forma de violencia. Pretende encubrir la violencia de Estado que el castrismo ha tenido por 60 años fingiéndose víctima”, subrayó González Arenas.
Díaz Canel también se valió del suceso para criticar "el negocio de las armas y la escalada de violencia política en EEUU" que, aseguró "propician incidentes como el que ha tenido lugar este sábado en ese país".
“Ataca la legalidad de la utilización de armas en los Estados Unidos. Para los que defendemos el derecho de las personas a portar armas, con todas las salvedades que ese derecho debe de tener, siempre hay que recordar que el uso de armas en Cuba ha sido desde el año 59, merced de la prohibición de armas, un monopolio del Estado y el Estado lo ha sabido usar para lastimar a otros países y también para lastimar a nuestro país”, recalcó el historiador que calificó el mensaje del gobernante cubano como desacertado.
“Dos días atrás se cumplió el tercer aniversario del asesinato de Diubis Laurencio baleado por la policía comunista en el barrio de La Güinera”, recordó.
El 12 de julio de 2021, Diubis Laurencio perdió la vida a manos de un agente policial durante las protestas civiles acontecidas ese día. Fue el único muerto en las manifestaciones reconocido por el régimen.
“Todavía el policía no ha purgado su condena", subrayó González Arenas.
El analista político e historiador Manuel Cuesta Morúa también condenó en los más duros términos el atentado destacando que “no hay forma de vida política civilizada allí donde prima la violencia”.
“La crítica desde el gobierno cubano me parece incoherente. Siento que condenar un atentado a una figura política de alto perfil siempre sienta cómodo para todos los gobiernos, incluidos esos gobiernos que animan la violencia política al interior de sus países”, apuntó Cuesta Morúa.
Medios estatales de la isla divulgaron el mensaje del mandatario cubano, que aprovechó la ocasión para traer a colación la violencia en el país norteño.
“Desde el gobierno cubano creo que no es coherente ni consistente una crítica a la violencia política porque el gobierno cubano está montado sobre la violencia política. Fue la violencia política directa o indirecta la que mató a Oswaldo Payá Sardiñas, es violencia política la que se ejerce contra los presos políticos, violencia política la que se ha ejercido durante años contra activistas de derechos humanos, en la retórica, en los actos, en la actitud y también a través del uso de la ley”.
“Cuba es un país, desafortunadamente, donde la violencia política forma parte del ADN de la política del Gobierno”, recalcó el activista.