El actor y dramaturgo cubano Harold Crespo Marrero denunció recientemente, a través de un performance, la angustia y la represión que vive el pueblo cubano y sus intentos por liberarse de un régimen totalitario.
En su interpretación callejera, que tuvo lugar en Montevideo, Uruguay, sobresalía una hoz y un martillo, símbolo del comunismo, pegados a su nuca, llevando un maletín donde se podía leer "Dictadura Cubana Asesina".
Pero mucho mejor explicó el propio artista la representación a Martí Noticias.
“Rescatar los valores que la sociedad cubana ha perdido tanto, y enseñar por qué. Porque tenemos incrustado en la médula y amarrado a una cadena en la parte zurda de nuestra vida, y en la derecha tenemos una maletica con miles de sueños que, al final, terminan reflejándose delante de nosotros de nuevo. Que puede existir otra hoz y otro martillo que te avasalle, que te reprima, que te censure, que te entristezca... Nos incrustaron el comunismo en la médula. El cubano tiene que entender que nos están engañando, que hay un discurso falso”.
Crespo Marrero reside en Uruguay desde hace algunos años. Se formó con destacados profesionales de la isla.
“Haciendo teatro comunitario más bien, porque soy del proyecto conjunto artístico comunitario Corimacao, de Manuel Porto. O sea, yo decidí ir hacia los montes, a darle a los niños que no tenían nada. Tenían un payaso cada un año, que íbamos con Corimacao y les llevábamos los espectáculos infantiles. Veían estas estatuas y se fascinaban, en las lomasv allá arribav con nosotros. Pasaban una semana que aquello era formidable”.
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La imperante necesidad de expresarse de Crespo Marrero nació en Cuba.
“Ti ti tin, ti ti tin, ti ti tin de Radio Martí estuvo siempre en la cocina de mi casa muy bajito, muy bajito y era mi abuelita, que era muy consciente (...). Y como quiera que sea, eso nos fue alertando desde niño. A mí me transmitió mucho miedo, porque cada vez que yo iba a expresar lo mismo que aprendí de mi abuela, lo que escuchaba en la radio, me gritaban: 'habla bajito, habla bajito', entonces ahí partió una necesidad de expresarme imperante”, dijo el actor.
Crespo Marrero asegura que cada domingo estará con su arte en un céntrico lugar de la capital uruguaya. “El Callejón de los Derechos Humanos, donde casualmente ahí la vida nos puso, y queda en la entrada de la feria más importante y más grande de Uruguay, que se llama la feria de 18 de julio y Tristán Narvaja”.
El actor cubano afirmó que siente "el compromiso y la obligación" de alertar a quienes aún creen que Cuba es la luz del continente.
“Tenemos también una guerra fuerte, culturalmente hablando, que lidiar acá, porque les quieren decir que Cuba es una luz para estos pueblos, y los están engañando, y tenemos el compromiso y la obligación de alertarlos”, concluyó el artista exiliado.