Agentes de la Seguridad del Estado conspiran con reclusos comunes para que agredan a los prisioneros políticos del 11 de julio, denunció en una carta desde la cárcel habanera de Valle Grande el periodista Jorge Bello Domínguez, en prisión preventiva por su participación en las protestas en Güira de Melena, en la provincia de Artemisa.
“El 24 de diciembre, dos agentes de la Seguridad que trabajan dentro del centro penitenciario, que se hacen llamar Luis Ángel y Marín, autorizaron a comunes a que les dieran golpizas a los presos del 11 de julio y principalmente a Jorge Bello. Esa información se filtró a la población penal”, dijo la madre, Martha Domínguez Calero.
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En los presidios cubanos abundan las brigadas de internos que, alentados por los carceleros y a cambio de beneficios, atacan a los encarcelados políticos.
El comunicador aseguró en su misiva que los efectivos de la policía política “siguiendo instrucciones del mando superior”, han incitado al odio contra los manifestantes del estallido social a los “jefes de consejo” y “reclusos cooperantes”.
“Mi hijo, para proteger su vida, pidió ser trasladado a una celda de aislamiento para evitarse problemas porque ya los había tenido con dos de esos reos. Ha habido varias riñas allí dentro”.
Bello Domínguez, arrestado el mismo día de las demostraciones, no tiene petición fiscal aún, pero está acusado de “robo con fuerza”, delito que la familia califica de fabricado por la Seguridad del Estado.
Durante las manifestaciones, en Güira de Melena fue saqueada y vandalizada la tienda de venta en divisas “La Imprenta”. La policía pretende involucrar al reportero en ese suceso.
“Cada día inventan más cosas y buscan más testigos falsos porque ellos no tienen pruebas contra Jorge y entonces quieren fabricarle causa, aunque sea en la prisión”.
Jorge Bello Domínguez responsabiliza “al régimen ante cualquier agresión que se lleve a cabo contra su integridad, así como la de sus hermanos recluidos en la cárcel Valle Grande”.