Aguirre y el escándalo de Cuba

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre (d), junto a la periodista y disidente cubana Yoani Sánchez (i), durante la reunión que han mantenido hoy en el despacho de Aguirre. La cita ha coincidido con el lanzamiento que Sánchez hace en España de s

La presidenta del PP en Madrid criticó las visitas de mandatarios democráticos a Fidel Castro y afirmó que "esa complacencia, cuando no admiración, hacia la dictadura castrista resulta verdaderamente escandalosa”.
La presidenta del Partido Popular en Madrid, Esperanza Aguirre, fustigó hoy a los mandatarios latinoamericanos que asistieron a la Cumbre de la Celac en La Habana “para rendir su tributo de admiración a la dinastía de dictadores que sojuzga Cuba desde hace 55 años”.

En un artículo de opinión publicado en el diario español ABC, titulado El escándalo de Cuba, Aguirre lamentó la actitud de los gobernantes latinoamericanos que incluyeron su asistencia a la cumbre “con visitas al siniestro patriarca que implantó el régimen comunista que ha arruinado la República, ha arrebatado la libertad a los cubanos y los ha condenado a la pobreza, cuando no a la miseria”.

“Esa complacencia, cuando no admiración, hacia la dictadura castrista resulta verdaderamente escandalosa”, dijo Aguirre “solo se explica por la benevolencia con la que en el mundo libre y democrático se sigue contemplando al comunismo”.

“A pesar de que está archidemostrado que el comunismo es el sistema político más nefasto que ha inventado la Humanidad, a pesar de que ya conocemos con detalle muchos de los horrores que el comunismo ha producido, desde Lenin y Stalin en Rusia hasta Pol Pot en Camboya o la Revolución Cultural en China, a pesar de que ya no se pueden esconder las siniestras y excéntricas barbaridades de los Ceaucescu en Rumanía y de los Kim en Corea del Norte, todavía hay dirigentes democráticos que dedican sus sonrisas y sus afectos a un comunista como Fidel Castro”, afirmó.

Aguirre dijo que la Celac, ¨fundada sobre las buenas intenciones habituales” de impulsar el desarrollo y la cooperación de los países americanos, “actúa de hecho como un grupo de presión contra los Estados Unidos”, y citó como ejemplo que en la Declaración de La Habana, que se aprobó la pasada semana, “lo más sustancial” es el rechazo a la política estadounidense hacia el régimen castrista.

“En esa declaración no hay ni una línea que denuncie la dictadura castrista ni un mínimo gesto hacia los cubanos que se juegan la vida, la libertad y la subsistencia por defender un cambio democrático en la isla”, subrayó.