A pocos meses de controlada la pandemia de COVID-19, los cubanos enfrentan un brote de dengue en pleno verano y sofocados por constantes cortes de electricidad.
Funcionarios del Ministerio de Salud aseguraron que habían confirmado 3.036 casos de dengue en 2022, pero admitieron que la mayoría de las personas con síntomas, como fiebre, vómitos o sarpullido, no se hacen la prueba, ya que el sistema de salud también carece de suministros para hacerla.
En Colón, Matanzas, la situación alcanzó niveles temibles “por los tipos de dengue que están circulando”, pacientes con síntomas graves de la enfermedad. “La mayoría son de tipo A, el más benigno de los serotipos, pero muchos otros están llegando con síntomas de alarma: dolor abdominal, vómitos, deshidratación”, explica al periódico gubernamental Girón, Belmarys Valenzuela Vera, especialista en primer grado en Pediatría.
El brote puso en jaque las capacidades de atención del Hospital Municipal Mario Muñoz Monroy.
“El hospital está ya colapsado, no hay antipiréticos ni medicamentos para combatir el virus. Los pasillos están llenos de camillas, con gente acostada. A veces no hay ni jeringuilla, ni dispositivos para sueros”, indicó la Dama de Blanco Caridad Burunate, residente de la localidad.
Para poder tratar al elevado número de pacientes, el personal profesional del centro hospitalario valora diferentes alternativas como la reconversión del teatro de la entidad en una sala de pediatría para infantes sospechosos de dengue, y utilizar camas flotantes en los pasillos ya que, actualmente, el Muñoz Monroy solo cuenta con 253 camas, según los datos ofrecidos por sus directivos al diario oficial.
“Ha muerto gente. El gobierno no lo dice, pero yo me entero ‘por allá y por acá’. Por ejemplo, mi hija me llama y me dice que se murió la mamá de la que le pinta las uñas, falleció en Colón, y otro muchachito también, que no sé el nombre, pero trabajaba en la fábrica de leche”.
Las autoridades de Salud provinciales solo aceptaron la muerte de una persona de género masculino: “Hasta ahora solo se debe lamentar un fallecido, un señor mayor de 60 años que cuando arribó al Hospital General Docente Dr. Mario Muñoz Monroy ya presentaba complicaciones”.
“Yo también lo tuve, la pasé mal. Lo único que hacía era llorar y llorar. No comía nada y lo más, diarrea. Todos los vecinos, aquí en esta cuadra, casi todo el mundo lo ha padecido. Y a todos no les da igual. Hay gentes que les da diarrea. Otros, una fiebre altísima, de 39.5 grados. Sin medios para bajar la fiebre, porque no hay remedios en las farmacias”, puntualizó Burunate.
“Lo peor es que no hay con qué alimentarse y, por supuesto, la corriente que la quitan y los mosquitos aprovechan para acabarnos. ¡Cómo no va a haber dengue!”, concluyó.
Your browser doesn’t support HTML5
En el mismo panorama resisten los habitantes de la ciudad de Holguín. El gobierno provincial activó el Hospital Clínico Quirúrgico “Lucía Iñiguez Landín” para la atención de contagiados por dengue.
La doctora Joanne Graña Mir, subdirectora de Atención al Grave de la institución hospitalaria, dijo a la prensa estatal que se abrió un Cuerpo de Guardia con servicio 24 horas para clasificar a los pacientes que llegan con síntomas de la enfermedad”.
“Pero el régimen no está tomando medidas efectivas para evitar la proliferación de mosquitos y otros vectores que está afectando de modo considerable a la población holguinera. La cantidad de microvertederos que existen a escasos metros de las viviendas, incluso de puntos de venta: metros y metros de desechos, y a la semana es que Comunales recoge estos desperdicios. Más la cantidad de aguas negras que se vierten en las calles, por el mal trabajo también de Comunales, que no drena las fosas”, apuntó el doctor holguinero Ramón Zamora.
El régimen reconoció que los niveles de infestación de mosquitos en la isla son los peores de los últimos 15 años.
“Las personas acuden a los hospitales y no se les realiza ningún tipo de prueba para saber cuáles son las causas que están motivando sus síntomas, y son enviados para sus casas a tratarse con medicina verde, o sea con cocimientos debido a que las farmacias están desabastecidas”, señaló Zamora.
A esto se suma el déficit en la nutrición de los cubanos acrecentado en los últimos meses.
“Sabemos que, si el alimento es deficient. El sistema inmunológico no funciona debidamente. Y esto es lo que está llevando a que ya hay personas fallecidas. En el reparto Harlem murió, recientemente, un joven de 24 años por un cruce patológico de dengue y leptospirosis” advirtió el galeno.
“Y el sistema gubernamental no toma ningún tipo de medida para paliar la situación que tenemos hoy en los hospitales, donde apenas hay medicamentos para tratar a las personas. Tampoco infraestructura, pues la mayoría de los hospitales están al borde del colapso por la cantidad de pacientes que han tenido que ingresar no solo con dengue, sino con otras patologías: sarna, leptospirosis, chikungunya, enfermedades diarreicas agudas y una cepa de COVID-19”.
El ministro cubano de Salud, José Ángel Portal Miranda, ha negado que el sistema sanitario se encuentre al borde del colapso, pero varias provincias han tenido que implementar medidas de emergencia ante el progresivo número de afectados con la sintomatología.
En hospitales de Sancti Spíritus cada día llegan más de 50 pacientes sospechosos de dengue. Mientras, en Camagüey, el escenario se complica con casos de leptospirosis. En esa provincia, una doctora que estaba embarazada murió por dengue hemorrágico.
La semana pasada, fue reportada la defunción de una niña por el mismo padecimiento y, unos días después, de un adolescente, ambos en Cienfuegos.