Activistas del Movimiento Opositor por Una Nueva República (MONR) y la familia de la activista Jacqueline Borrego Cuesta, denunciaron que la opositora, de 50 años, urge de atención médica especializada para preservar su vida.
Borrego Cuesta, residente en Marianao, La Habana, sufrió en el 2018 un infarto cerebral y requiere atención médica especializada, pero debido a la crisis sanitaria por el coronavirus en la isla, en el último año no ha estado recibiendo fisioterapia, dijo José Díaz Silva, líder del MONR, a Radio Televisión Martí.
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La familia ha ido a todas las instancias posibles para solicitar que la lleven urgente a un hospital, pero nunca le dan respuesta, señaló el opositor.
El exesposo y el hijo de Borrego Cuesta han presentado el caso de la mujer ante la Dirección de Salud Pública, pero no le dan solución, ni la llevan a un hospital. También fueron al Partido Comunista Municipal y tampoco hubo intención de ayudarla, agregó Díaz Silva.
"Todos estamos muy preocupados porque la situación económica y la escasez de medicamentos es cada vez mayor e, incluso, ayer lunes les facilitaron un módulo con aseo, pero cuesta 308 pesos y no pueden comprarlo, puesto que no tienen el dinero", subrayó.
Lee también Manuel Guerra: "Existen 10 veces más patrullas policiales que ambulancias"Díaz Silva agregó que el hijo de la activista tuvo que dejar el trabajo para atender a la madre enferma, lo que complica mucho más el drama familiar.
Los opositores, con ayuda del exilio, han tratado de colaborarle con lo que pueden, pero "todos estamos pasando por una situación muy compleja", señaló el líder del MONR.
Lee también Iglesias evangélicas cubanas urgen por medicinas para los diabéticosEl opositor criticó que los dirigentes del gobierno hablan de que la salud pública cubana es gratuita, y la isla una "potencia médica", algo que no ha valido de nada en el caso de la opositora.
Díaz Silva cree que "la estén dejando morir por ser activista", y recordó que recientemente otro opositor del MONR falleció en un hospital habanero luego de que su estado se agravara en la casa, y tuvieran que insistir fuertemente para que le dieran atención especializada, concluyó.