Un grupo de estudiantes de secundaria de Miami regresó de Cuba el martes, tras jugar cinco encuentros de béisbol con el equipo nacional de la isla en esa categoría. El resultado final: Cuatro victorias para los miamenses, una para los isleños.
"Lo mejor de todo fue la sonrisa de los niños que dejamos detrás, que dejamos en Cuba (…). La sonrisa de esos niños es algo increíble", dijo el entrenador del equipo estadounidense, Mike Valdez, al canal 7 de televisión WSVN, que cubre las ciudades de Miami y Fort Lauderdale en el estado de Florida.
Varios de los jugadores estadounidenses nunca habían visitado Cuba y crecieron escuchando las historias que les contaron sus padres sobre la isla. "Fue una gran experiencia", indicó uno de ellos, identificado como Alex Álvarez, quien añadió que "fue una experiencia increíble" haber visitado el país en el que nacieron sus padres y, al mismo tiempo, jugar béisbol, el deporte que él ama.
Los visitantes hicieron algunos regalos a "sus rivales", tras reconocer que las condiciones económicas en las que viven los cubanos no son las mejores. "Nosotros tenemos demasiado comparado con esos muchachos", manifestó Richard Betancourt, tras indicar que él dio gracias a Dios por lo que tenía.
Los estadounidenses, muchos de ellos cubanoamericanos, trajeron a Miami el trofeo ganado en Cuba, pero reconocieron que el evento fue algo más que una competencia de béisbol. "Es nuestro trofeo, pero es un trofeo basado en la amistad, porque establecimos un vínculo con ellos, y es una muestra de la amistad entre Estados Unidos y Cuba", señaló Álvarez.
Sígueme en Twitter: @JorgedeMartí