Escritor chileno lamenta apoyo de Bachelet a dictadura castrista

El escritor chileno Roberto Ampuero.

Escribe el autor de Nuestros años verde olivo que “los comunistas criollos, que sufrieron persecución y exilio bajo el régimen militar, aplauden a la dictadura de los hermanos Castro.

El autor chileno, Roberto Ampuero, escribió este domingo en El Mercurio que no sorprende que la socialista Michelle Bachelet culmine sus giras internacionales presidenciales con una visita al dictador cubano Raúl Castro.

"No sorprende, porque sabemos que en su alma anidan simpatías hacia Fidel Castro, a quien tras su deceso calificó de "líder por la dignidad y la justicia social en Cuba y América Latina", señaló el escritor.

Bachelet inició este domingo una visita de dos días a Cuba, la penúltima gira que realiza al exterior como jefa de Estado, en la que viaja acompañada por una delegación empresarial en busca presuntas oportunidades de negocio en la isla.

Asegura Ampuero que “en un país democrático como el nuestro, su presidenta/e tiene derecho a celebrar a dictadores, pero sus ciudadanos también tienen derecho a criticar su doble estándar: Bachelet condena (con razón) a una dictadura de derecha que duró 17 años, pero se emociona con una tiranía totalitaria de izquierda que se acerca a los seis decenios”.

Apunta el autor que resulta cuando menos curioso “que Bachelet no se plantee que lastima a muchos en su sector, porque en un régimen como el cubano, ninguno de los partidos que la han apoyado en sus dos gobiernos -salvo el comunista- podría existir (...) Muchos cubanos de esas sensibilidades han pagado con cárcel, exilio o muerte por sentir como un socialdemócrata o un socialcristiano. Y todo eso no puede barrerse bajo una alfombra de cálculos políticos y apego al poder en Chile”.

Agrega Ampuero que el gesto de “Bachelet tiene un lamentable e insensible correlato en las Juventudes Comunistas de Chile. Estas acaban de conmemorar la llegada de los Castro al poder enviando su "más fraternal saludo al pueblo cubano que sigue luchando contra el imperialismo norteamericano y sus secuaces". Lo cierran con un "Patria o muerte. ¡Venceremos!", que huele a Che Guevara, Castro, Chávez, Ortega y Maduro, a intolerancia y dogmatismo”.

Escribe el autor de Nuestros años verde olivo que “los comunistas criollos, que sufrieron persecución y exilio bajo el régimen militar, aplauden a la dictadura de los hermanos Castro, la identifican con la voluntad del pueblo y tratan de "secuaces" a los cubanos que no la apoyan ni gozan del derecho a escoger el gobierno que deseen. Tanto la simbología del viaje de Bachelet como la apología comunista a la dictadura cubana muestran que la Nueva Mayoría, o una nueva constelación similar que surja, no podrá disimular las insalvables diferencias que la cruzan en lo relativo al modo en que entienden la democracia, la libertad y los derechos humanos. Tratar de ignorar esto, considerarlo una diferencia menor y manejable, y continuar tejiendo alianzas entre partidos que discrepan en asuntos tan esenciales, está condenado a generar alianzas y eventuales gobiernos erosionados desde un comienzo por divisiones y crisis”.

Concluye Ampuero que es “de esperar que la Mandataria, que sufrió en carne propia los rigores de una dictadura, recuerde en La Habana la etapa en que Chile contó con respaldo internacional para recuperar su democracia, y se reúna con quienes discrepan del castrismo. Ahí están opositores al régimen, organizaciones no gubernamentales, grupos disidentes, las Damas de Blanco, agrupaciones de derechos humanos, intelectuales y periodistas independientes. Si pudiese hacer ese gesto solidario y democrático hacia quienes piensan diferente al régimen instaurado por los Castro en 1959, Bachelet estaría enriqueciendo y humanizando el legado que aspira a dejar. De lo contrario, su legado en lo relativo a Cuba dirá: Apoyó hasta el último día a la dictadura castrista”.

(Con información de El Mercurio)