Ariel Remos: Raíces de Cubanía

Ariel Remos. tomado de http://palmasamigas.blogspot.com

El próximo 18 de abril se cumpliran siete años de la partida del periodista, abogado y músico cubano Ariel Remos. Graduado de abogacía en la Universidad de La Habana en 1948, hizo además una maestría en Filosofía, que supo combinar con su interés por la Teosofía. Tras salir al exilio en 1960, amplió sus estudios de Leyes en la Universidad de la Florida y luego realizó una maestría en Literatura Española en la Universidad de Miami. Es autor de los libros En torno al nuevo orden mundial (1997) y Raíces de cubanía (2006) que agrupa 35 semblanzas sobre literatos y músicos cubanos. En 1964 grabó el disco Voces de hoy y ritmos de ayer.

Raíces de Cubanía, Ediciones Suagar (2006), es un texto que se ubica en esa tradición de la hispanidad que haría que la desmesurada gesta de la conquista de América sea uno de los acontecimientos mejor documentados de la Historia, por la cantidad de crónicas, apuntes, documentos y obras literarias que, con más o menos acierto, legaron a la posteridad sus protagonistas. Circunstancia que viene a repetirse, herencia del ejercicio de las armas y de las letras mediante, en los 30 años de guerras por la independencia que libraron los cubanos frente al dominio colonial español y, claro, en los avatares de la vida republicana isleña. Gracias a esa manía de dejar constancia de la hazaña en la hoja es más fácil hoy la labor del investigador interesado en el devenir de los acontecimientos.

Creo que con la experiencia vital del destierro cubano ha ocurrido otro tanto, y en ese contexto de lucha contra la desmemoria, por dejar un muestrario a las generaciones venideras de lo que significó el exilio a través de sus personalidades destacadas en los más disímiles ámbitos, es que pudiéramos enmarcar el último libro de Ariel Remos, por otra parte cronista estrella del Diario Las Américas.

Personalidades que no todas son cubanas, pero que estuvieron de alguna manera vinculadas a la isla, que no todas pasaron por el exilio, pero que de alguna manera contribuyeron al sostén espiritual e intelectual de la tribu cubana desperdigada a los cuatro vientos por el vendaval de la Historia.

Ariel Remos nos regala 35 semblanzas donde quiere dejar establecido que los valores de la auténtica cultura cubana no quedaron al garete. “Los exiliados los llevaron consigo, los siguieron cultivando y los reafirmaron en todos los aspectos de la vida. ¿Quiénes fueron esos salvadores de la cultura cubana? O pudiera hacerse la pregunta de este modo: ¿Quiénes son esos señores y señoras que han contribuido a mantener a flote nuestra cultura, permaneciendo fieles a ella? Son los cubanos que desde el exilio se han destacado en la política, la cátedra, las profesiones, las artes, el periodismo, la medicina, la filosofía. Predominan en los personajes escogidos en esta colección de semblanzas que se resume en el concepto de patria”. Señala Ariel en el prólogo de su libro, y añade más adelante:

“Por eso la cultura que se hace en el exilio tiene un tono heroico, porque la nota tenida de la libertad está en el fondo y al final de toda actividad­. Esa mezcla de los valores de nuestra cultura, con la lucha incesante por recuperar la patria y sus libertades, es la aspiración constante de la diáspora”.

Semblanzas de personalidades de la índole de un Juan J. Remos (padre del autor) y un José María Chacón y Calvo, en lo intelectual; de un Miguel Matamoros y una Celia Cruz, en lo artístico; de un Horacio Aguirre y un José Ignacio Rivero, en lo periodístico; y de un Carlos Prío Socarrás y un Jorge Mas Canosa, en lo político. Por poner sólo unos ejemplos.

Semblanzas hechas con el trazo certero de un profesional de los medios de comunicación, sin rebuscamientos intelectuales, con palabras para llegar al gran público, pero sin facilismos ni tonteras al uso, una prosa concisa, tersa, y una mirada que cala en la humanidad de los personajes que nos retrata, no sólo de cuerpo, sino también de alma, todo lo cual contribuye a que Ariel Remos pueda ofrecer, a los cubanos de la isla aherrojada y a los cubanos todos del futuro, un fresco de lo que fue la terca lucha de un pueblo que se negó a diluirse en el vacío de la nada de eso que ahora nombran con mucha pompa postmodernidad y que, en el caso específico de Cuba, no sería otra cosa que carnicería y cárcel al son de la internacional y la retórica marxista, por un lado, y por el otro, indolencia de un mundo sensiblero y domesticado por una prensa y una intelectualidad que muchas veces han actuado como verdaderas cajas de resonancia de los laboratorios de orientación revolucionaria instalados en el Comité Central del Partido Comunista en La Habana, ahora y antes, y no hace tanto, en Moscú.

Raíces de Cubanía es un cuadro de una época, y en ese cuadro hay unos hombres y mujeres que hablan y sonríen al futuro como ejemplo de seres que se negaron a rendirse o siquiera a pasar por la vida como simples turistas y, por el contrario, contrajeron un compromiso y accionaron con éxito en sus respectivas disciplinas en el afán de cambiar, mejorar las cosas para sí y los de su especie; y es más que nada un esfuerzo loable por parte del escritor Ariel Remos para contribuir al engrandecimiento de la memoria histórica, necesaria para los pueblos todos, pero imprescindible para los que como el cubano han padecido la tiranía.