Los taínos se extinguieron pocos años después de la llegada de los españoles, debido a las enfermedades infecciosas traídas desde Europa para las que carecían de inmunidad.
Los portugueses pueden seguir en Lisboa el rastro de la cultura taína en Cuba, a través de pinturas que evocan el estilo de vida y la cultura de este extinto pueblo caribeño.
"El rastro de los taínos de Cuba", como se titula la muestra, recoge la obra de la artista lusa Eduarda Coutinho, quien se ha inspirado en cerca de un centenar de objetos y piezas arqueológicas para resucitar en una veintena de dibujos a los miembros de aquel pueblo indígena.
"Son obras contemporáneas en las que doy mi visión de cómo eran los taínos, a través de mi interpretación de sus utensilios y los textos que hablan sobre ellos", explicó hoy Coutinho en una entrevista con Efe.
Además de las pinturas, la exhibición también cuenta con cerca de 50 reproducciones de resina de algunos de los objetos originales de la cultura taína, hechos de hueso, cerámica y piedra, que la artista ha utilizado para documentarse.
"No sabemos qué representan estas piezas, porque los taínos no dejaron nada escrito, pero creemos que se trata de amuletos e imágenes de sus dioses", señaló Coutinho.
Para la artista, lo más interesante del pueblo taíno, que habitaba las islas del Mar Caribe, es su "excelente" conocimiento del lenguaje plástico visual, ya que eran capaces de hacer objetos "maravillosos", a pesar de que carecían de herramientas mecánicas.
Coutinho se ha basado además en las descripciones realizadas de los taínos por los descubridores españoles del siglo XVI para poder crear sus obras.
En este sentido, estudió los escritos del monje español Ramón Pané, quien acompañó a Colón en su segundo viaje a América y fue el primer europeo que documentó las culturas indígenas del Nuevo Mundo.
Los taínos se extinguieron pocos años después de la llegada de los españoles, debido a las enfermedades infecciosas traídas desde Europa para las que carecían de inmunidad.
Coutinho matiza, no obstante, que todavía existen rasgos de este pueblo en los rostros de los habitantes de países como República Dominicana o Haití.
La exhibición se puede visitar en la capital lusa hasta el próximo 27 de marzo.
"El rastro de los taínos de Cuba", como se titula la muestra, recoge la obra de la artista lusa Eduarda Coutinho, quien se ha inspirado en cerca de un centenar de objetos y piezas arqueológicas para resucitar en una veintena de dibujos a los miembros de aquel pueblo indígena.
"Son obras contemporáneas en las que doy mi visión de cómo eran los taínos, a través de mi interpretación de sus utensilios y los textos que hablan sobre ellos", explicó hoy Coutinho en una entrevista con Efe.
Además de las pinturas, la exhibición también cuenta con cerca de 50 reproducciones de resina de algunos de los objetos originales de la cultura taína, hechos de hueso, cerámica y piedra, que la artista ha utilizado para documentarse.
"No sabemos qué representan estas piezas, porque los taínos no dejaron nada escrito, pero creemos que se trata de amuletos e imágenes de sus dioses", señaló Coutinho.
Para la artista, lo más interesante del pueblo taíno, que habitaba las islas del Mar Caribe, es su "excelente" conocimiento del lenguaje plástico visual, ya que eran capaces de hacer objetos "maravillosos", a pesar de que carecían de herramientas mecánicas.
Coutinho se ha basado además en las descripciones realizadas de los taínos por los descubridores españoles del siglo XVI para poder crear sus obras.
En este sentido, estudió los escritos del monje español Ramón Pané, quien acompañó a Colón en su segundo viaje a América y fue el primer europeo que documentó las culturas indígenas del Nuevo Mundo.
Los taínos se extinguieron pocos años después de la llegada de los españoles, debido a las enfermedades infecciosas traídas desde Europa para las que carecían de inmunidad.
Coutinho matiza, no obstante, que todavía existen rasgos de este pueblo en los rostros de los habitantes de países como República Dominicana o Haití.
La exhibición se puede visitar en la capital lusa hasta el próximo 27 de marzo.