El pasado 9 de mayo Maykel Yordan Antúnez Pérez fue asesinado tras una pelea durante un partido de dominó en la casa de unos amigos en el barrio de Punta Gótica, en Cienfuegos. Según la versión del perfil oficialista "Las Cosas de Fernanda", Antúnez tuvo una discusión con un amigo suyo, identificado como Arlan Stuart, y este cogió un cuchillo y lo hirió en el cuello. El corte le provocó la muerte. Dos días después Lesyane Torriente, una prima de la víctima, pidió justicia en las redes sociales y dijo que el culpable estaba libre.
El 5 de mayo otro joven fue asesinado en Holguín presuntamente a manos de un agente de la Policía. El hecho ocurrió en las cercanías del hotel El Bosque, ubicado en esa ciudad al oriente de Cuba. Rafael Rodríguez Mendiola trabajaba como cuentapropista en la barriada de Piedra Blanca.
Su viuda, Aymet Palacio, dijo a Diario de Cuba, que su esposo tenía una herida de bala que le atravesó un pulmón y marcas de golpes en varias zonas del cuerpo. A la familia le notificaron más de cinco horas después del suceso. Cuando llegaron a la morgue, el cadáver ya tenía la necropsia hecha.
Nuestra tierra, que se llena de violencia cada día más...
Reportes en redes sociales indican que un policía le había disparado ese mismo día a un joven sobre las 6:00 de la tarde. "Me dirijo a la unidad de Pedernales, el instructor no se encuentra y quien me da respuesta es el político. Lo que dice que ocurrió es que mi esposo y el policía se fajan por ahí por [el hotel] El Bosque… Ahora me dicen que el policía no va a cumplir [condena] porque lo mató en defensa propia, y que el policía no es como tal un policía sino un agente del [Departamento Técnico de Investigaciones] DTI que se hace llamar Douglas ", explicó la mujer.
A finales de abril el locutor de Radio Guantánamo, David Alexis González Joseph, fue asesinado en su casa. La emisora lamentó la muerte del joven en sus redes sociales pero no mencionó que se trataba de un crímen.
Allegados a la víctima denunciaron que a González Joseph lo mataron en su casa para robarle. "No es un 'fallecimiento', es un asesinato y uno de los más crueles, de los tantos que suceden en nuestra tierra, que se llena de violencia cada día más", comentó Silvio Basulto Téllez en la publicación de Radio Guantánamo.
Escala la violencia en Cuba
Organizaciones de la sociedad civil cubana advierten sobre las altas tasas de homicidios y violencia en Cuba. Este año la revista Alas Tensas, en conjunto con la plataforma Yo Sí Te creo en Cuba, han registrado al menos 28 feminicidios en el país.
En 2022 se reportaron en Cuba 36 feminicidios, de los cuales 26 fueron perpetrados por parejas o exparejas de las víctimas, recoge el Observatorio de Género Alas Tensas en su informe anual.
Lee también Verifican 36 feminicidios ocurridos en Cuba en 2022; alertan que la cifra pudiera ser más alta“Esta tiene que ser una sociedad con cero tolerancia para la violencia y en particular para la violencia contra la mujer”, reconoció el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel tras más de 144 feminicidios contabilizados en su mandato.
Lee también Díaz-Canel pide tolerancia cero a la violencia machista; activistas califican al régimen como un Estado feminicidaUna decena de organizaciones feministas cubanas pidieron en febrero pasado que se declarara Estado de Emergencia en Cuba por la violencia de género. Las autoridades nunca respondieron a la petición.
Según el último informe sobre el estado de los derechos sociales en la isla, realizado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), la inseguridad es el séptimo problema social en el país.
“De hecho, esa preocupación aumentó del año 2021 al 2022”, explicó a Radio y Televisión Martí, Yaxys Cires, director de Estrategias del OCDH. “Las informaciones que nos llegan todos los días de Cuba van en la línea de que esa percepción se corresponde con la realidad”, puntualizó.
“Obviamente hay un factor económico, pero ni es el único ni el determinante. El aumento de la violencia se debe principalmente a causas más profundas y sistémicas, relacionadas, por ejemplo, con el sistema educativo comunista en el que ha primado el adoctrinamiento y no el cultivo de valores; con el ataque constante a la familia como institución; y con un sistema político que ha visto al discrepante como un "gusano" al cual hay que destruir, marginar, incluso empleando la violencia extrema”, consideró Cires.
Para el exjuez anticorrupción Frank Ajete Pidorych, “la violencia tiene una clara relación con la crisis económica, y con la crisis socio-política que vive el país; y lamentablemente si las últimas van a mayores, la violencia no hará menos”.
“Reproducir la violencia en un contexto violento, probablemente sea más natural que rechazarla. Cuba vive una tremenda crisis económica-de décadas de antigüedad, solo que a ratos se híper agudiza- que inevitablemente trasciende a lo social por lo tantísimo que ha durado. En Cuba la crisis económica se volvió un modus vivendi, y lo social se encuentra permeado de carencias, y múltiples formas de palearlas. En ese contexto de pobreza normalizada, aquella relación de pobreza-violencia cobra triste vigencia, y en esos momentos de híper agudización de la crisis económica, la violencia intenta seguir la tendencia de extremos”, apuntó Ajete Pidorych.
La psicóloga cubana Lisett Gutiérrez dijo que “la exclusión y las dificultades para la sobrevivencia hacen que las personas traspasen con más facilidad los límites de la legalidad y el orden social porque las necesidades de sobrevivencia son las más básicas para el ser humano y hay que satisfacerlas a costa de cualquier otra cosa”.
“Siempre hay sectores de la sociedad marginalizados que viven normalmente en esos niveles de sobrevivencia y en los cuales el crimen y la violencia son algo cotidiano, pero en las crisis estas dinámicas se expanden a otras zonas del espectro social”, comentó la experta.
Cires señaló, por otra parte, que “aunque el régimen cubano mantiene intacto su aparato represivo estatal y jurídico, para responder a quien ejerce sus derechos humanos, está teniendo problemas para manejar administrativamente el país y enfrentar problemas como el aumento de la marginalidad o la delincuencia común”.
No obstante, recordó Ajete Pidorych, “durante los años 90 fue tanta la violencia desatada que hubo modificaciones al código penal para incrementar la dureza de los castigos. Pero esa renovada y terrible promesa no contuvo la violencia... era apenas otro problema más que se confundía entre otros tantos”.