Atacante a embajada de Cuba tiene problemas mentales; Díaz-Canel dice fue ataque terrorista

El embajador cubano José Ramón Cabanas muestra los disparos en la entrada principal de la embajada. AP Photo/Andrew Harnik)

Las autoridades cubanas están manejando el ataque a la embajada de Cuba en Washington D.C como un episodio terrorista, sin embargo, documentos de la corte indican que el sospechoso padece problemas mentales, escucha voces en su cabeza y se siente perseguido.

La policía arrestó el jueves a Alexander Alazo, un hombre de origen cubano de 42 años que en horas de la madrugada disparó 32 veces un rifle semiautomático AK-47contra la embajada.

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Alazo reconoció que fue evaluado previamente en un hospital psiquiátrico y que su esposa, una enfermera de salud mental, le dijo que buscara ayuda porque él escuchaba voces en su cabeza.

El sospechoso admitió también que le recetaron un antipsicótico en marzo de 2020 después de una evaluación en un hospital psiquiátrico, pero que no era completamente conforme con su medicación.

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"Se ha hablado de las supuestas condiciones mentales del individuo y algunas personas comienzan a asimilarlo como el contenido de una serie de televisión. Pero es difícil pensar que un perturbado mental puede acceder a una licencia de conducción fácilmente, puede tener facultades para manejar y encontrar un punto en un mapa, poseer y accionar un arma de asalto y después no estar tan perturbado como para no ofrecer resistencia a la policía. Un supuesto perturbado que al parecer también sabía operar muy bien sus redes sociales", aseguró el embajador cubano José Ramón Cabañas en una entrevista publicada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

El juez magistrado de Estados Unidos, G. Michael Harvey, ordenó el lunes que permaneciera detenido en espera de juicio, y acordó con los fiscales y los funcionarios de libertad condicional que no fuera liberado porque representa un peligro para la seguridad del pública.

"Este es un delito muy grave", dijo Harvey durante una audiencia celebrada por teleconferencia, que cita el diario The Washington Post.

Aunque el juez indicó que el sospecho es presuntamente inocente, apuntó que: “Algunas de las balas penetraron en el edificio. . . . Es solo suerte que alguien no haya sido dañado”.

Antes de atacar a la embajada, Alazo intentó sin éxito prender fuego bajo la lluvia a una bandera cubana ​pero no pudo hacerlo porque estaba lloviendo.

Los documentos judiciales indican que el hombre gritó frente al edificio ocupado. "¡Dispárame si quieres dispararme!" "Estoy
¡aquí!" "¡Soy americano!" "¡Soy yanqui!".

Alazo, indica el reporte de la corte, dijo a la policía que de haber visto a alguien salir de la embajada, incluso el embajador, le habría disparado porque es "el enemigo".

El hombre dijo en una primera entrevista que nació en Cuba y sirvió en las Fuerzas Armadas. Emigró a México en 2003 y luego a los Estados Unidos en 2007 como solicitante de asilo político.

"El acusado Alazo declaró que fue a Cuba en 2014 y comenzó a predicar en una iglesia. El acusado Alazo declaró que mientras predicaba en su iglesia, comenzó a recibir amenazas de organizaciones cubanas del crimen organizado", indica el documento de la corte.

Alazo declaró ademas que estuvo viviendo fuera de su automóvil durante los últimos nueve meses para que los delincuentes organizados cubanos no hicieran daño a su familia.

Inicialmente la policía identificó al sospechoso como residente de Aubrey, Texas, una ciudad al norte de Dallas, y posteriormente los registros judiciales presentados indicaron que él y su familia se habían mudado recientemente a Middletown, Pennsylvania.

El cubano fue acusado de atacar un local utilizando un arma mortal, del transporte interestatal de un arma de fuego y municiones, y de causar daños a propiedades pertenecientes u ocupadas por un gobierno extranjero.