“El trabajo preventivo merece prioridad, en el combate contra este flagelo la atención personal y a la familia de los afectados es imprescindible”, afirmó José Machado Ventura.
El consumo y tráfico de drogas entre la población cubana es otro de los tantos problemas que alimentan las indisciplinas sociales en la isla, aseveró el domingo José Ramón Machado Ventura, el Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Es la primera vez, que un alto funcionario del gobierno hace referencia al aumento del consumo y tráfico de drogas entre la población, un tema tabú en los medios oficiales, a pesar de que desde hace tiempo fuentes independientes han brindado amplia información sobre el tema.
“El trabajo preventivo merece prioridad, en el combate contra este flagelo la atención personal y a la familia de los afectados es imprescindible”, afirmó Machado.
Al resumir los acuerdos alcanzados en el evento, Machado dijo que los objetivos iniciales de los CDR, creados para vigilar y denunciar a los opositores, han cambiado “porque después de más de 50 años, el país, su gente, las condiciones, necesariamente son otras”.
“Los nuevos problemas demandan nuevos métodos y formas para enfrentarlos y encontrar la posible solución, por ello la Organización tiene que actualizarse”, subrayó.
“En la actualidad la Organización tiene contenidos más definidos e identificados con nuestra realidad, y por tanto más cerca de lo que siente y opina nuestro pueblo”, agregó.
Machado se mostró complacido porque, según dijo, los nuevos dirigentes de los CDR “cumplen los preceptos de la política trazada en cuanto a género, color de la piel y edad promedio. En ese sentido todo está bien”.
Lo que parece no estar bien, de acuerdo a lo expresado por Machado, es la pasividad y la indolencia de los miembros de la organización.
“Estamos en un momento decisivo y hay que pasar de las reuniones y declaraciones a las acciones concretas, llamando a contar —como se dice— para que se entienda bien, al que comete una indisciplina o viola las normas de convivencia. Hay que velar por los bienes personales y colectivos y enfrentar resueltamente las justificaciones y la falta de combatividad que afloran en algunos lugares”, advirtió.
Raúl Castro con el Premio del Barrio.
“Llamo la atención… algo que merece el rechazo social, me refiero al consumo y tráfico de drogas, que si bien es muy inferior en nuestro país respecto a otras naciones, sin embargo provoca un ambiente totalmente ajeno a la moral y valores presentes en nuestra sociedad y daña la imagen de la Revolución” dijo Machado al clausurar el VIII Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) que durante dos días sesionó en La Habana, bajo la presidencia del gobernante Raúl Castro.Es la primera vez, que un alto funcionario del gobierno hace referencia al aumento del consumo y tráfico de drogas entre la población, un tema tabú en los medios oficiales, a pesar de que desde hace tiempo fuentes independientes han brindado amplia información sobre el tema.
“El trabajo preventivo merece prioridad, en el combate contra este flagelo la atención personal y a la familia de los afectados es imprescindible”, afirmó Machado.
Al resumir los acuerdos alcanzados en el evento, Machado dijo que los objetivos iniciales de los CDR, creados para vigilar y denunciar a los opositores, han cambiado “porque después de más de 50 años, el país, su gente, las condiciones, necesariamente son otras”.
“Los nuevos problemas demandan nuevos métodos y formas para enfrentarlos y encontrar la posible solución, por ello la Organización tiene que actualizarse”, subrayó.
“En la actualidad la Organización tiene contenidos más definidos e identificados con nuestra realidad, y por tanto más cerca de lo que siente y opina nuestro pueblo”, agregó.
Machado se mostró complacido porque, según dijo, los nuevos dirigentes de los CDR “cumplen los preceptos de la política trazada en cuanto a género, color de la piel y edad promedio. En ese sentido todo está bien”.
Lo que parece no estar bien, de acuerdo a lo expresado por Machado, es la pasividad y la indolencia de los miembros de la organización.
“Estamos en un momento decisivo y hay que pasar de las reuniones y declaraciones a las acciones concretas, llamando a contar —como se dice— para que se entienda bien, al que comete una indisciplina o viola las normas de convivencia. Hay que velar por los bienes personales y colectivos y enfrentar resueltamente las justificaciones y la falta de combatividad que afloran en algunos lugares”, advirtió.