Cuba busca otro récord Guinness con una muñeca de trapo

María Parchitos, muñeca de trapo gigante con 30 metros de altura, se exhibe en la céntrica Plaza de Los Trabajadores.

Como no cesan los desatinos, las autoridades cubanas en la central provincia de Camagüey anunciaron este lunes que buscan hacerse con el récord Guinnes por la muñeca de trapo más grande del mundo.

Según reporta el diario oficialista Juventud Rebelde, la tarde de lunes el proyecto cultural Carsueños exhibió el monigote de tela y otras recorterías a la que han apodado “María Parchitos”.

Tal como informa el medio digital se necesitaron “69,7 metros cúbicos de recortería de floca -material sintético que se parece a la esponja y nombrado popularmente como espuma-, para estabilizarla y endurecer su cuerpo se emplearon 112 metros de soga en su interior”.

Para coser los más de dos mil paños que envuelven al esperpento, aseguran, se usaron conos de hilo de 10 mil metros de largo.

El récord que pretenden inscribir en el famoso libro Guinness -explicó la artesana y autora de la muñeca, Carmen Soto- va no solo por el tamaño “sino por su calidad, trascendencia y belleza”.

El Daiquirí, un cóctel a base de ron blanco, limón, hielo y azúcar y que fuera parte de las delicias probadas por el escritor Ernest Hemingway en La Habana, fue magnificado en 2012 y elaboraron uno de 275 litros.

María Parchitos –de ser aceptada- iría acompañar en el conocido libro inglés a la más diminuta rana, encontrada en Cuchillas del Toa, Guantánamo; la vaca Ubre Blanca, que produjera según las estadísticas oficiales 109.5 litros de leche el 25 de enero de 1981. Este poco afortunado animal fue además, una de las más grandes obsesiones del finado dictador Fidel Castro.

Engrosan la lista de cubana en el Guinness, también, el Colibrí zunzún, el animal con plumas más pequeño del orbe y capaz de sacudir sus alas hasta 200 veces por segundo en su etapa de apareamiento.

En su momento Castro, que se sujetó al poder sin jamás convocar a elecciones, llegó a 47 años al frente de los designios del país, lo que tristemente constituye una marca mundial.