Las autoridades surcoreanas admitieron su responsabilidad y se disculparon el martes por los errores en prevención y la respuesta a una estampida en las celebraciones de Halloween, que dejó 150 muertos y provocó indignación y estupor a la población.
El gobierno de Seúl enfrenta un creciente escrutinio público sobre si podría haberse impedido la estampida del sábado por la noche en el distrito Itaewon de Seúl, un popular vecindario de ocio nocturno, y sobre quién debe asumir la responsabilidad por el peor desastre registrado en el país en años.
El jefe de la Policía Nacional, Yoon Hee Keun, dijo que una investigación preliminar ha descubierto que hubo muchas llamadas urgentes de ciudadanos que alertaban a las autoridades del posible riesgo por las aglomeraciones en Itaewon, pero los agentes que recibieron esas llamadas no respondieron de forma satisfactoria.
"Siento una pesada responsabilidad (por el desastre) como responsable de una de las oficinas del gobierno relacionadas", dijo Yoon Hee Keun, comisario general de la Agencia de Policía Nacional de Corea, en una conferencia de prensa televisada. "La policía hará todo lo que pueda para impedir que vuelva a producirse una tragedia como esta".
La policía ha iniciado una intensa pesquisa interna para ahondar en la gestión de las llamadas de emergencia y otros problemas en la respuesta sobre el terreno a la estampida.
También ofrecieron disculpas públicas el ministro surcoreano del Interior, el responsable de los servicios de emergencias, el alcalde de Seúl y el responsable de un distrito que incluye el vecindario de Itaewon.
El alcalde de Seúl, Oh Se-hoon, hizo una solemne disculpa, rompió a llorar y detuvo brevemente su conferencia de prensa cuando hablaba sobre el padre de una mujer de 20 años cuya muerte se había certificado ese día.
"Cuando intenté consolar ayer a una persona con una hija hospitalizada en el Centro Médico Nacional, dijeron que su hija sobreviviría y lo creían", dijo. "Pero he oído que falleció esta mañana. Lamento que mi disculpa haya llegado tarde".
El desastre, en el que murieron al menos 156 personas y 151 resultaron heridas, se concentró en un estrecho callejón en cuesta en Itaewon. Los testigos describieron cómo las víctimas caían unas encima de otras, sufrían graves problemas para respirar y perdían el conocimiento.
También dijeron que los rescatistas y ambulancias no habían logrado llegar a tiempo a los atestados callejones porque todo el vecindario estaba lleno de vehículos que se movían despacio y una multitud de juerguistas con disfraces de Halloween.
La mayoría de los muertos estaban en la veintena y la treintena y unos dos tercios eran mujeres.
Durante una reunión del gobierno el martes, el presidente, Yoon Suk Yeol, también admitió una falta de investigación en gestión de multitudes en Corea del Sur.
El mandatario pidió que se empleen drones y otros recursos de alta tecnología para desarrollar una capacidad efectiva de control de multitudes y anunció que el gobierno celebrará pronto una reunión con expertos para revisar las normas nacionales de seguridad.
La estampida es el peor desastre en Corea del Sur desde el naufragio de un transbordador en 2014, en el que murieron 304 personas y que dejó al descubierto las laxas normas de seguridad y problemas regulatorios surcoreanos.
La nueva tragedia también ha aumentado el debate público sobre qué ha hecho Corea del Sur para evitar catástrofes provocadas por el ser humano.