El presidente estadounidense, Joe Biden, acusó a los republicanos de poner sus prioridades políticas por encima de la "seguridad nacional" después de que el Senado rechazara por segunda vez el jueves un proyecto de ley que buscaba restringir la migración y el acceso al asilo en la frontera con México.
Los republicanos del Senado volvieron a bloquear una iniciativa de ley destinada a reducir el número de inmigrantes que pueden solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos.
La legislación, negociada por un grupo bipartidista de senadores, ya había sido rechazada en febrero por la mayoría de los republicanos cuando se vinculó a un paquete de ayuda exterior para Ucrania, Israel y otros aliados de Estados Unidos.
Pero la parte de inmigración finalmente fue eliminada del proyecto de ley más amplio después de que los republicanos, alentados por el expresidente Donald Trump, objetaron, y la ayuda exterior fue aprobada por ambas cámaras del Congreso como un proyecto de ley independiente el mes pasado.
Varios senadores de ambos lados del pasillo, que inicialmente apoyaron el proyecto de ley a principios de este año, cambiaron sus votos para oponerse esta vez.
Después de una votación, que era el primer paso en el procedimiento para pasar a discutir el proyecto de ley, la Casa Blanca publicó una declaración del presidente Biden acusando a los republicanos de poner sus prioridades políticas por encima de la "seguridad nacional" y diciendo que a ellos no les importa asegurar la frontera o arreglar el fallido sistema de inmigración de Estados Unidos.
“Al bloquear el acuerdo fronterizo bipartidista, los republicanos en el Congreso dijeron no a una legislación que contrataría más agentes de la Patrulla Fronteriza, agregaría más jueces de inmigración y oficiales de asilo para procesar casos en meses y no años. Dijeron no a las nuevas tecnologías para detectar e impedir la entrada de fentanilo a Estados Unidos, y no a los recursos para perseguir a los narcotraficantes. Rechazaron un acuerdo que me daría, como presidente, una nueva autoridad de emergencia para cerrar temporalmente la frontera cuando el sistema se vea abrumado”, dijo el presidente.
Añadió que el acuerdo “también habría ampliado el acceso a vías de inmigración legal que han demostrado reducir la migración irregular, habría acelerado el acceso a la autorización de trabajo para aquellos que son elegibles y habría garantizado que los niños no acompañados que llegan a la frontera tengan acceso a asesoría legal”.
“Si bien no incluía todo lo que quería, como ofrecer finalmente un camino hacia la ciudadanía para los Dreamers, habría sido la reforma más grande de nuestras leyes de inmigración en décadas”, opinó.
El presidente advirtió que “si bien los republicanos del Congreso eligen interponerse en el camino de la vigilancia fronteriza”, él no dejaría “de luchar para entregar los recursos que el personal fronterizo y de inmigración necesita”, añadiendo que “no hacer nada no es una opción”.
Incluso si el Senado hubiera aprobado el proyecto de ley, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano, dijo a principios de esta semana que estaría “muerto al llegar” a la Cámara controlada por el Partido Republicano.