El Partido Comunista chino está utilizando el juicio para cimentar la caída de Bo y poner fin a un escándalo que se cierne sobre el nuevo liderazgo del partido.
El político chino caído en desgracia Bo Xilai arremetió contra su esposa y su ex mano derecha en cuatro días de testimonios que concluyeron este domingo, rechazando las acusaciones de corrupción en su contra y de haber protegido a una asesina en un juicio que ha ofrecido una ventana a las maquinaciones internas poco transparentes de la élite de China.
Un tribunal escuchó el fin de semana las denuncias de que Bo abusó de su poder como secretario del Partido Comunista de la megalópolis sureña de Chongqing para bloquear una investigación sobre el asesinato de un hombre de negocios británico por parte de su esposa, así como para ocultar la vergonzosa huida de su ayudante a un consulado de Estados Unidos, indicó la agencia Prensa Asociada (AP).
Bo dijo el domingo al Tribunal Popular Intermedio de Jinan que su ex mano derecha, el jefe de policía de Chongqing Wang Lijun, "mintió constantemente en su testimonio." Dijo que Wang era "una persona de calidad muy vil, que mintió en el tribunal y enturbió las aguas".
Bo reconoció que cometió errores en el manejo de los incidentes que provocaron el mayor escándalo político de la nación en las últimas décadas y avergonzaron al Partido Comunista, pero negó una conducta criminal.
Tras el término del testimonio el domingo, el tribunal dijo que todas las pruebas en el juicio habían sido presentadas. El juicio fue aplazado hasta el lunes, cuando está previsto que se expongan los argumentos de cierre.
El Partido Comunista está utilizando el juicio para cimentar la caída de Bo y poner fin a un escándalo que se cierne sobre el nuevo liderazgo del partido en su intento de consolidar su autoridad y centrarse plenamente en la lucha contra los graves problemas económicos y sociales de China. La caída de Bo también ha sido ampliamente percibida como el resultado de su derrota en las luchas internas del partido previas a la transición del liderazgo en China, un suceso que se produce cada 10 años, el otoño pasado.
En una rara muestra de apertura, el tribunal ha publicado detalles del juicio en un intento de dar credibilidad a lo que es ampliamente considerado un juicio político. Bo, en cambio, se ha abstenido de utilizar el juicio como un escenario para denunciar al gobierno y los opositores que coadyuvaron en su caída, lo cual probablemente sería la peor pesadilla del liderazgo.
"Hasta ahora, lo peor se ha evitado", dijo Ding Xueliang, un experto en política china de la Universidad de Hong Kong de Ciencia y Tecnología. "Ha estado tratando de jugar el juego dentro de los límites establecidos por las autoridades chinas. No habla de cosas políticamente delicadas, a pesar de que todo el mundo dentro y fuera de China sabe que está en problemas para la política".
Sin embargo, el líder derrocado montó una defensa inesperadamente enérgica contra las acusaciones de abuso de poder y de recibir 4,3 millones dólares por corrupción, retractándose de confesiones anteriores. Rara vez expresó contrición; por el contrario, intentó culpar a su esposa y otros de la mayoría de las fechorías. Interrogó hábilmente a los testigos y fue selectivamente incapaz de recordar detalles clave cuando lo interrogaron.
Revelaciones de la sala de justicia han pintado una imagen colorida de la forma en la que las fechorías de Bo enriquecieron a su familia. Está acusado de proporcionar favores políticos a un empresario, Xu Ming, a cambio de que estuviera a la entera disposición de su familia. Según la esposa de Bo, Xu dio a la familia regalos caros como un chalet en Francia y vuelos internacionales a tres continentes. Bo también está acusado de canalizar 800.000 dólares en fondos del gobierno de un proyecto secreto.
Bo culpó a su esposa, Gu Kailai, de la mayoría de las acusaciones de corrupción e incluso de algunos aspectos de las acusaciones de abuso de poder. La calificó de "loca" luego de que testificó en su contra, y dijo que él no podía ser responsable de los crímenes que ella cometió sin su consentimiento.
Un tribunal escuchó el fin de semana las denuncias de que Bo abusó de su poder como secretario del Partido Comunista de la megalópolis sureña de Chongqing para bloquear una investigación sobre el asesinato de un hombre de negocios británico por parte de su esposa, así como para ocultar la vergonzosa huida de su ayudante a un consulado de Estados Unidos, indicó la agencia Prensa Asociada (AP).
Bo dijo el domingo al Tribunal Popular Intermedio de Jinan que su ex mano derecha, el jefe de policía de Chongqing Wang Lijun, "mintió constantemente en su testimonio." Dijo que Wang era "una persona de calidad muy vil, que mintió en el tribunal y enturbió las aguas".
Bo reconoció que cometió errores en el manejo de los incidentes que provocaron el mayor escándalo político de la nación en las últimas décadas y avergonzaron al Partido Comunista, pero negó una conducta criminal.
Tras el término del testimonio el domingo, el tribunal dijo que todas las pruebas en el juicio habían sido presentadas. El juicio fue aplazado hasta el lunes, cuando está previsto que se expongan los argumentos de cierre.
El Partido Comunista está utilizando el juicio para cimentar la caída de Bo y poner fin a un escándalo que se cierne sobre el nuevo liderazgo del partido en su intento de consolidar su autoridad y centrarse plenamente en la lucha contra los graves problemas económicos y sociales de China. La caída de Bo también ha sido ampliamente percibida como el resultado de su derrota en las luchas internas del partido previas a la transición del liderazgo en China, un suceso que se produce cada 10 años, el otoño pasado.
En una rara muestra de apertura, el tribunal ha publicado detalles del juicio en un intento de dar credibilidad a lo que es ampliamente considerado un juicio político. Bo, en cambio, se ha abstenido de utilizar el juicio como un escenario para denunciar al gobierno y los opositores que coadyuvaron en su caída, lo cual probablemente sería la peor pesadilla del liderazgo.
"Hasta ahora, lo peor se ha evitado", dijo Ding Xueliang, un experto en política china de la Universidad de Hong Kong de Ciencia y Tecnología. "Ha estado tratando de jugar el juego dentro de los límites establecidos por las autoridades chinas. No habla de cosas políticamente delicadas, a pesar de que todo el mundo dentro y fuera de China sabe que está en problemas para la política".
Sin embargo, el líder derrocado montó una defensa inesperadamente enérgica contra las acusaciones de abuso de poder y de recibir 4,3 millones dólares por corrupción, retractándose de confesiones anteriores. Rara vez expresó contrición; por el contrario, intentó culpar a su esposa y otros de la mayoría de las fechorías. Interrogó hábilmente a los testigos y fue selectivamente incapaz de recordar detalles clave cuando lo interrogaron.
Revelaciones de la sala de justicia han pintado una imagen colorida de la forma en la que las fechorías de Bo enriquecieron a su familia. Está acusado de proporcionar favores políticos a un empresario, Xu Ming, a cambio de que estuviera a la entera disposición de su familia. Según la esposa de Bo, Xu dio a la familia regalos caros como un chalet en Francia y vuelos internacionales a tres continentes. Bo también está acusado de canalizar 800.000 dólares en fondos del gobierno de un proyecto secreto.
Bo culpó a su esposa, Gu Kailai, de la mayoría de las acusaciones de corrupción e incluso de algunos aspectos de las acusaciones de abuso de poder. La calificó de "loca" luego de que testificó en su contra, y dijo que él no podía ser responsable de los crímenes que ella cometió sin su consentimiento.