Republicano Boehner se niega a decir si apoyará vía a ciudadanía

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El presidente de la Cámara de los Representantes, el republicano John Boehner (c).

Reiteró hoy que no apoya el proyecto de reforma que aprobó el Senado el pasado 27 de junio, porque en su opinión no protege lo suficiente la frontera.
El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU, el republicano John Boehner, se negó este domingo a precisar si apoya que se abra una vía a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados en el país, o si permitir que el pleno del hemiciclo debata un proyecto de ley que contenga esa medida.

"No voy a predecir qué va a estar en el pleno (de la Cámara) y qué no. No quiero hacer eso", dijo Boehner en una entrevista con la cadena CBS.

Boehner reiteró hoy que no apoya el proyecto de reforma que aprobó el Senado el pasado 27 de junio, y que sí contempla una vía para la legalización y eventual ciudadanía de los indocumentados, porque en su opinión no protege lo suficiente la frontera.

La Cámara de Representantes, bajo control republicano, aún no ha presentado su propia versión de la reforma, y el consenso es que ese proyecto de ley probablemente no está listo antes del receso legislativo de agosto próximo.

El líder de la Cámara subrayó hoy que expresar su opinión puede "dificultar que se consiga un proyecto de ley".

"Mi trabajo en este proceso es facilitar un debate y un proceso, para que los estadounidenses vean lo que estamos haciendo y los legisladores entiendan que estamos tratando esto a través de deliberaciones", señaló.

"No se trata de mí ni de lo que yo quiero", agregó.

Refiriéndose en términos generales al Congreso, Boehner aseguró que no se lo debe juzgar "por cuantas leyes aprueba", sino "por cuantas leyes deroga".

Estados Unidos tiene "más leyes que las que podría aplicar nunca la administración", afirmó, si bien admitió que esa idea puede ser polémica porque el Congreso estadounidense está dividido.

Boehner prometió que bajo su liderazgo habrá "muchos más" votos en la Cámara de Representantes para "descarrilar" la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama en 2010, tres días después de que el hemiciclo emitiera su trigésimo octavo voto para retrasar varias disposiciones básicas de esa ley.