El cable del que todos hablan, pero nadie ve

Un hombre se conecta con el wireless en el lobby de un hotel de La Habana

El cable de fibra óptica entre Cuba y Venezuela existe, pero no está activo en función del bien común.
El prometido cable submarino tendido desde Venezuela hasta Cuba, que permitiría a los cubanos mejorar su acceso a internet, se presenta como un misterio para los ciudadanos no vinculados a instituciones del Gobierno en la isla caribeña.

A pesar de que la agencia Reuters destacó que el cable de fibra óptica dio señales de vida esta semana, casi dos años después de haber sido tendido entre Camurí, en el norte de Venezuela, y la playa de Siboney, en Santiago de Cuba, ciudadanos consultados por martinoticias.com dijeron no estar enterados del asunto, y tampoco albergan esperanzas de poder contratar el servicio particular una vez que esté listo.

El escritor Orlando Luis Pardo Lazo, residente en La Habana, calificó el tema de la conexión a internet como un ‘problema de derechos’ y advirtió que la desconexión ocurre porque “ETECSA se niega a darle ese derecho al pueblo cubano”.

Para el bloguero, aun cuando el cable esté en plena operatividad, tendrá 'un uso socializado y proveerá internet a instituciones estatales y mejorará el servicio a instituciones oficiales del país, entre ellas las de salud y las culturales, pero considera que "eso desatará otra suerte de complicidades y colaboraciones de amigos".

“Habrá que acercarse a un hospital o a un escritor que tenga el servicio para poder acceder, y ahí es lógico que habrá prohibiciones y censura”, apuntó Pardo Lazo.

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Declaraciones de Orlando Luis Pardo


Felicia Guillén, ama de casa residente en Fomento, Sancti Spíritus, dijo que en su localidad solo pueden acceder a internet muy pocas personas, y todas pertenecen a instituciones del Gobierno. “Yo nunca he visto una computadora conectada a internet, y lo que se comenta en los últimos días en las calles es que a algunos jefes del partido les van a poner el servicio en sus casas".

Guillén es activista de derechos humanos, y debido a su posición opositora alberga pocas esperanzas de que si solicita el servicio a ETECSA, se lo den, a pesar de que tiene teléfono de línea fija.

“Aquí esos privilegios son solo para los comunistas” dijo la activista.

El joven Narviel Hernández, de Manicaragua, Villa Clara, afirma que las personas que tienen acceso a internet son las de las direcciones de salud y cultura y algunos escritores y artistas, y explicó que primero pasan por un control del gobierno.

“No he escuchado en Manicaragua que ya se pueda enviar una solicitud a ETECSA para que la ciudadanía en general tenga servicio de internet, aseguró.

Manuel Robles, de 21 años de edad y residente en el Vedado, La Habana, dijo que ETECSA publicó hace poco una nota muy discreta donde habla de que los que tienen teléfonos de línea fija pueden solicitar el servicio, pero no conoce a nadie a quien se lo hayan instalado.

”Aquí todo es comentario de calle', dijo el joven, quien aseguró que aunque el Gobierno informe que va a ampliar el servicio, él no conoce a nadie favorecido.

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Declaraciones de Manuel Robles