Una cubana que se identifica como Amanda denunciaba recientemente en redes sociales que no tenía leche para darle a su pequeña hija de cuatro años a causa de problemas con la distribución normada del alimento.
“Que alguien me responda dónde yo reclamo la leche de mi hija. Tengo a mi hija hace tres días llorando por su leche, porque se ‘jamaron’ (comieron) la leche del (día) 11, la mitad, se la ‘jamaron’. Está bien, y ahora voy a buscar la que me toca el 21 y se acabó, porque la repartieron mal”, se quejó la mujer.
Por otra parte, en un video posteado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), un santiaguero aseguraba que, para poder alimentarse, tendría que comerse las cáscaras de los alimentos que cocinó el día anterior.
“La cáscara, no la he botado porque, posiblemente, como hoy no tengo nada qué comer, la hierva y me la tenga que comer, porque nos están matando de hambre”, aseguró el ciudadano.
Tras las declaraciones, el hombre, identificado como Rafael, fue reprimido por agentes policiales, según dijo a Martí Noticias desde Santiago de Cuba el opositor Jorge Cervantes, quien grabó el material audiovisual.
“Después que salió el video de él, dice que se presentaron en su casa tres oficiales de la Seguridad del Estado en motores, con una del gobierno, a amenazarlo por el video que había hecho, a prometerle cosas (…). Los mismos oficiales se llevaron a Rafael para la Unidad de la Policía conocida como El Palacete, en Santiago de Cuba”, detalló Cervantes.
“Dice Rafael que lo metieron por un pasillo, en un calabozo por allá atrás, y le dieron una entrada a galletas (bofetadas); le decían que se iba a morir de hambre, que le iban a quitar la chequera”, aseguró el opositor.
Your browser doesn’t support HTML5
Padre de una numerosa familia, el disidente describió su cotidianidad como “una tormenta de ideas en mi mente a ver cómo yo busco a diario un kilogramo de leche en polvo, que por la calle cuesta 1.800 o 2.000 pesos y dura cuatro o cinco días, y tengo dos niños y la leche que le dan para uno, tengo que compartirla con los dos”, explicó.
Sobre lo difícil que resulta para los cubanos conseguir alimentos, Martí Noticias conversó con Damaris, otra residente en Santiago de Cuba. "Muriendo de hambre, no tenemos nada que comer (…) ¿Cuánto cuesta la leche? ¡Carísima!”, protestó la mujer.
Damaris asegura que en sus más de 50 años no había vivido una crisis igual.
“Una situación pésima. Esto es desastroso. En mi vida, en 58 años que tengo, yo nunca había visto esto y jamás había pasado el hambre que estoy pasando”, concluyó.