Campesinos cubanos exigieron en una carta pública al gobernante cubano Díaz-Canel y otras autoridades libertad para producir, fijar precios, distribuir y exportar sus productos, y evitar así una hambruna en el país.
Firmada por la Liga de Campesinos Independientes y el Capítulo Cuba de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), la misiva subraya que en un momento crítico como el que enfrenta el país, los campesinos quieren ayudar al pueblo, pero para poder hacerlo reclaman del estado que "acepte con suma urgencia" cinco puntos eseciales:
- Libertad para la producción y distribución de nuestros productos.
- Libertad para fijar los precios de nuestros productos de acuerdo con el mercado.
- Libertad para importar y exportar directamente, incluso de Estados Unidos, donde está comprobado que sus leyes no lo impiden, por nuestra condición de campesinos independientes.
- Eliminar por diez años todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos.
- Entregar títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.
"Esta no es hora de discriminar interlocutores en razón a sus creencias. El pueblo no espera mensajes políticos sino sensatez y responsabilidad ante sus necesidades", señala el texto, enviado este 17 de mayo, en ocasión del Día del Campesino.
Los firmantes piden a las autoridades que no los vean como enemigos. El verdadero enemigo, aseguran, es el modelo de poder centralizado, que ha sido "un fracaso en la producción agrícola" y sobrevive gracias a "subsidios masivos externos".
"Los campesinos estamos dispuestos a alimentar al pueblo con nuestro trabajo, pero no a seguir trabajando enyugados como bueyes al mismo modelo fracasado de agricultura estatal que nos ha traído hasta aquí", afirman.
Lee también Cuarentena sin alimentos en Cuba: campesinos culpan al gobiernoLa carta exige el levantamiento del bloqueo interno a las fuerzas productivas agrícolas, y critica el hecho de que el sistema de Acopio estatal gaste recursos "en poner trabas" y desalentar la producción privada. "Eso es un crimen y es insensato", subraya el texto.
La inercia estatal podría llevar a una hambruna, advierten los firmantes.
"A eso nosotros lo llamamos bloqueo interno de las fuerzas productivas. El estado tiene que permitir un cambio en las relaciones agrarias de producción y mercadeo o aceptar las consecuencias de su ceguera", concluye la misiva.