El Plan para la Soberanía Alimentaria, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 22 de julio, pretende dar a los gobiernos municipales una mayor autonomía para gestionar la agricultura y la ganadería, supeditadas por décadas al poder central del Estado.
Sin embargo, expertos entrevistados por Radio Televisión Martí, concluyen que la liberación de la fuerzas productivas y la entrega de las tierras a los campesinos, es el único camino para incrementar la producción de alimentos.
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Para el economista y profesor universitario Elías Amor Bravo, el anuncio del gobierno es más de lo mismo, puesto que el régimen desde los años 60 eliminó toda forma de propiedad privada, mediante las nacionalizaciones y confiscaciones y no pagaron nunca los derechos a sus propietarios y desde entonces la iniciativa privada ha sido abolida.
“Continúa dependiendo la producción del sector estatal que puede ser central o municipal, pero al caso es lo mismo, son funcionarios burócratas que no actúan por la rentabilidad productiva, del beneficio, de la innovación, que son los valores que el sector privado aporta en una gestión económica y que en Cuba están proscritos”, expresó el académico.
Los dirigentes del gobierno saben que tienen que hacer cambios, pero se resisten a los mismos, comentó desde Mayarí, en la provincia de Holguín, el biólogo y experto agrícola Osmel Ramírez.
“Los campesinos cubanos necesitan cambios reales con respecto al derecho a la comercialización y hacer contratos con el sector privado, que sea legal y que todo esté en orden y eso estimule la producción y también que se libere el mercado incluso. Si no se hace eso, realmente no hay un cambio que verdaderamente marque la diferencia”, aseguró el especialista.
Con este plan, presentado por el ministro cubano de la Agricultura Gustavo Rodríguez Rollero en la 36 Conferencia Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sigue la administración estatal en control de la agricultura, nos dice desde Pinar del Río, el presidente de la Liga de Campesinos Independiente de Cuba, Esteban Ajete Abascal.
“Esto es una mentira de cuello blanco, en realidad lo que han hecho es adornar el panorama en medio de la crisis actual, pero la situación sique igual y seguirá así, mientras este sistema se mantenga en el poder”, dijo el campesino.
El gobierno cubano es el único responsable de la destrucción de las industrias azucarera y ganadera en la isla, afirma el agricultor privado Emiliano González, desde Bayamo, en la provincia de Granma.
“Que dejen producir a los campesinos privados lo que ellos quieran, y que los dejen vender en el mercado libremente, sin el control del estado y sin el control de acopio”, nos dijo Emiliano.
Según datos oficiales, en cada municipio cubano existen como promedio entre 4.000 y 5.000 mil fincas y cada órgano político administrativo regional, según el plan propuesto, tendrá que coordinar todas las explotaciones agropecuarias, especializaciones, rendimientos, particularidades geográficas y las necesidades concretas de cada territorio.
En la Habana, la economista Martha Beatriz Roque Cabello destaca que el anunciado proyecto es más de lo mismo y tergiversado. Los gobiernos municipales no tienen el conocimiento, ni la capacidad para decirle a los hombres del campo lo que tienen que producir.
“La planificación centralizada es la muerte de la agricultura, y lo que ocurrirá es que no habrá producción y no tendrá comida el pueblo de Cuba”, señaló la opositora.
La isla comunista importa anualmente 2.000 millones de dólares en alimentos, mientras que el 70 por ciento de las tierras se encuentran en manos del estado, muchas de ellas improductivas e infestadas de marabú.