Carta de José Daniel Ferrer a los obispos cubanos

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El exprisionero político cubano, José Daniel Ferrer.

La misiva está motivada por los abusos cometidos por oficiales de Seguridad del Estado el pasado día 8 de septiembre contra activistas que intentaban asistir a la misa por la Virgen de la Caridad del Cobre.

José Daniel Ferrer, líder de Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), ha escrito una carta al clero cubano en la que denuncia los abusos cometidos por oficiales de Seguridad del Estado el día 8 de septiembre contra activistas que intentaban asistir a la misa de la Virgen de la Caridad del Cobre.

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Opositores escriben a los Obispos cubanos

A continuación reproducimos la misiva:

Respetables Pastores:

El pasado 3 del presente, en nombre de la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, envié una carta abierta al Santo Padre. En uno de los párrafos finales de dicha misiva, le expresamos: “Muchos miembros de nuestra organización y de otras agrupaciones de la Sociedad Civil Independiente, desean asistir, con disciplina y respeto, a sus misas, pero la policía política secreta se lo impedirá como ocurrió durante la visita de su predecesor Benedicto XVI. En nombre de los que pudieran pasar los históricos días de su visita en tenebrosos calabozos, le damos también, desde ahora, la más cálida bienvenida”.

En un adelanto de lo que puede ocurrir durante los días de la esperada visita del primer Pontífice latinoamericano, el pasado día 8 del presente, día de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, en la provincia Santiago de Cuba, la policía política secreta y otras fuerzas represivas del régimen imperante en nuestra patria, detuvieron a 140 pacíficos defensores de los derechos humanos con la intención de impedirles asistir a misa en el Santuario de nuestra Virgen Mambisa.

Pero no solo violaron ese día el derecho de nuestros activistas, devotos de la Virgen, a rendir tributo a Cachita, como cariñosamente muchos cubanos llaman a la Madre del Señor. También varios de los detenidos recibieron fuertes golpizas en las lomas de la Sierra Cristal, donde fueron llevados y abandonados después de golpeados.

Por citar un ejemplo: Dainieri Moya, de Palma Soriano, fue dejado sin sentido en esas lomas y si no llega a ser por unos campesinos que le socorrieron, posiblemente estuviésemos lamentando algo peor. Durante los últimos meses, esas montañas -donde estuvieron alzados seguidores de un hombre que luego de asaltar un cuartel del Ejército, donde mataron y murieron, y quien luego recibió el decidido apoyo humanitario, que es decir cristiano, del entonces Arzobispo Enrique Pérez Serantes-, vienen siendo escenario de brutales golpizas y torturas contra hombres y mujeres miembros de nuestra pacífica organización.

En esas lomas, el agente de la policía política Dainier Suárez Pagán, con sus subordinados, ha golpeado, herido y vejado a más de una decena de activistas. Les han desnudado y obligado, con sus pistolas puestas en las cabezas de las víctimas, a asumir posturas humillantes al tiempo que les amenazan con violarlos sexualmente. También les han acercado a la barbilla la llama de una fosforera para obligarlos a gritar contra su propia organización mientras los filman con un teléfono móvil.

En la capital cubana, todos los domingos, hace ya cinco meses, decenas de Damas de Blanco y de otros pacíficos defensores de los derechos humanos, resultan detenidos y muchos golpeados, a solo metros de la Iglesia de Santa Rita, en Miramar. Luego los someten a otros tratos crueles e inhumanos en los centros de detenciones a donde les llevan por horas, algunos por días.

Todas estas acciones que atentan contra la dignidad humana y contra derechos elementales de las personas, pueden repetirse durante los días en que nos visite su Santidad el Papa Francisco. Tan arbitrario proceder no solamente afectaría a las víctimas, resultaría además una ofensa al guía de la Iglesia que sigue a Aquel que dijo: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí”.

Todo lo que atenta contra la dignidad humana es una afrenta a la Iglesia y a toda persona de bien. Es nuestro deber poner en conocimiento de tan distinguidos guías espirituales todos estos lamentables hechos, que no son más que una pequeña muestra de la triste realidad que vivimos en nuestra bella nación. Callar ante el crimen nos hace cómplices. Gracias por su atención. Que el Creador los ilumine siempre.

José Daniel Ferrer García.
Coordinador General de la UNPACU.
La Habana. 10 de septiembre de 2015.