La falta de medicamentos ha deteriorado al extremo la salud de muchos pacientes con enfermedades crónicas en Cuba, entre ellos los cardiópatas. Así lo pone de manifiesto el testimonio que desde la ciudad de Camagüey ofreció a Radio Martí la activista Leidis Tabares.
Su esposo ya había sufrido un infarto, y ahora volvió a sufrirlo por no tener el fármaco conocido por Clopidogrel, un medicamento usado para prevenir los coágulos de sangre en pacientes que han sufrido ataque cardíaco.
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Tabares se encontraba en la cola de la farmacia 708 del reparto Bella Vista, en la ciudad de Camagüey desde las 4 de la madrugada para conseguir este medicamento, y otros que necesita su esposo.
"Él tiene que tener la sangre fluida. Le dio un infarto la semana anterior y le dieron el alta el viernes, y estoy aquí desde las cuatro de la mañana en una cola... Pero aquí hay personas que llevan dos días", señaló.
Lee también Diabéticos cubanos sin medicamentos en medio del rebrote de COVID-19Según Tabares, en la cola predominaba la presencia de ancianos, los más afectados con la falta de medicamentos en Cuba. "Muchas personas mayores; personas con bastones, con las venas que se les quieren salir de las piernas, y hasta enfermos de los nervios", describió.
En las redes sociales un usuario identificado como Pedro Pérez (@PedroPerezCuban) escribió: “La dictadura no tiene dinero para comprar leche a los niños, pero si patrullas a la policía. No para arreglar viviendas, pero si para hacer hoteles. No medicamentos para cubanos, pero si en dólares”.
El bioquímico y activista Oscar Casanella dijo que al parecer el gobierno prioriza otras cosas, o "simplemente la crisis económica es tan general que no alcanza el dinero para la importación de la materia prima para fabricar, o para sintetizar, los medicamentos".
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