Carta de un cubano al Papa: "Una palabra suya puede ser la salvación de cientos de jóvenes que terminarán en las cárceles"

Leonardo Fernández Otaño junto al Papa Francisco durante la visita del sumo pontífice a Cuba, en septiembre de 2015. (Foto: Facebook)

El joven católico Leonardo M. Fernández Otaño, quien se reuniera con el Papa Francisco durante su visita a Cuba en 2015, publicó este jueves en Facebook una carta al sumo pontífice, pidiéndole que interceda para detener los procesos judiciales que enfrentan menores de edad por su participación en las protestas del 11J a lo largo de toda la isla.

Fernández Otaño asegura en la misiva a su Santidad, fechada el 16 de julio pasado, que varios laicos católicos y cientos de ciudadanos permanecen en las cárceles cubanas por ejercer su derecho constitucional a la manifestación pacífica y que, a pesar de ser buenos chicos, “hemos tenido que cargar con la cruz de los insultos, los golpes, las celdas de aislamiento y el temor de nuestros padres”.

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El joven religioso, ex coordinador de la plataforma cívica Archipiélago, dice al Papa que el pasado 11 de julio Cuba dijo basta al autoritarismo de estado.

Fernández Otaño vivió en carne propia la violencia con la que las autoridades reprimieron a los manifestantes pacíficos ese día, al ser detenido, y su cruz arrebatada por uno de los represores.

"No tenemos comida, nos venden los objetos básicos en euros y a precios europeos; por tener un criterio diferente nos pueden golpear, expulsar de nuestros trabajos o difamar en la televisión pública. En Cuba hoy la represión está al orden del día, en todas sus expresiones", escribió.

Tras los sucesos del 11 de julio en Cuba, el Papa Francisco expresó su preocupación por los "momentos difíciles" que vivía la Cuba e instó al "diálogo y la solidaridad".

"Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular a las familias, que mayormente sufren. Rezo al Señor para que ayude a construir en paz diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna", dijo el pontífice el 18 de julio.

En septiembre de 2015, Fernández Otaño dijo en un discurso ante el Papa, en el Centro Cultural Félix Varela de La Habana: “Ayúdenos, Santo Padre, a ser jóvenes que sepamos acoger al que piensa diferente, que no nos encerremos en los conventillos de las religiones o las ideología, que podamos crecernos ante el individualismo y la indiferencia, grandes males de la rutina cubana. Que al salir de aquí seamos capaces de interpretar los signos de nuestros tiempos y nos tomemos todos de la mano para construir una Cuba como la quiso nuestro Héroe Nacional José Martí “Con todos y para el bien de todos”. Y que este encuentro con usted nos permita que nuestra patria sea una tierra de reconciliación y un espacio para la cultura del encuentro, y que conforme nos enseñó nuestro querido padre Félix Varela, asumamos el reto de ser “la dulce esperanza de la Patria”.

En su página de Facebook, Fernández Otaño escribió este jueves, en un tono de apremio: “Queridos amigos: A continuación les comparto la carta integra que le escribí al Santo Padre el 16 de julio pasado. Ojalá alguien nos ayude a detener esta injusticia donde se está enjuiciado a menores de edad”.

La Habana, 16 de julio del 2021.

Querido Papa Francisco:

Durante su visita a Cuba en el 2015, le hable a nombre de los jóvenes cubanos en el encuentro del 20 de septiembre en las afueras del Centro Cultural Félix Varela, hoy le escribo realmente desesperado.

Santidad varios laicos católicos y cientos de ciudadanos permanecen en las cárceles cubanas detenidos al día de hoy, por ejercer su derecho constitucional a la manifestación pacífica. Somos buenos chicos, hemos tendido que cargar con la cruz de los insultos, los golpes, las celdas de aislamientos y el temor de nuestros padres.

El pasado 11 de julio Cuba dijo basta al autoritarismo de estado, no tenemos comida, nos venden los objetos básicos en euros y a precios europeos, por tener un criterio diferente nos pueden golpear, expulsar de nuestros trabajos o difamar en la televisión pública. En Cuba hoy la represión esta al orden del día, en todas sus expresiones posibles. Santidad perdemos la fe, necesitamos su ayuda, una paternal palabra suya puede ser la salvación de cientos de jóvenes que terminarán en las cárceles cubanas.

Ayúdenos Santo Padre, yo fui detenido el pasado 11 de julio, entre golpe me sacaron mi Cruz (la esencia central de mi vida, no se imagina cuanto sufrí), pero ante tanto odio solo oré a Dios y nuestra Madre del Cobre. Puedo decirle con conocimiento de causa toda la violencia y las injusticias que están ocurriendo hoy en Cuba.

En mi celda había un menor de edad, por defenderlo fui a una celda de aislamiento, tanta crueldad sobre un adolescente de 17 años le puede fastidiar la vida. Créame que le escribo como un hijo desesperado al tierno abuelo, pidiéndole su ayuda, por caridad Pedro no nos abandone. Luego puede ser tarde, pues una cárcel implica el sufrimiento para cientos de familias y jóvenes que perderán toda su esperanza. Un abrazo de un joven en espera de un proceso penal, estado de prisión domiciliaria y que de a poco pierde su esperanza por tantas lágrimas. Esperando su bendición.

Leonardo M. Fernández Otaño