La revelación se desprende de cifras del Ministerio del Trabajo publicadas por la prensa oficial.
Cifras del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social de Cuba, publicadas por los medios oficiales, indican que cerca del 50 por ciento de los cubanos que han pedido licencias para trabajar por cuenta propia en la isla habían abandonado sus labores hasta el cierre de noviembre del 2013.
Un reportaje colectivo sobre la ampliación del sector no estatal (privado), poco más de tres años después de que el gobierno de Raúl Castro decidiera impulsarlo a fin de aligerar las infladas plantillas del Estado, cita estadísticas de esa dependencia según las cuales hasta la mencionada fecha ejercían dicha modalidad laboral en el país 444.109 personas.
Paralelamente, otros 407.608 cubanos se habían dado de baja en el mismo período, lo cual representa el 47,85 por ciento del total.
Economistas de la isla y el exterior han enumerado entre las causas del abandono los elevados impuestos y tarifas, la falta de un mercado mayorista de insumos, la inexperiencia y el acoso de los inspectores estatales.
La revelación surge mientras periodistas independientes reportan los cientos de espacios vacíos que ha dejado en las ferias de cuentapropistas de La Habana y otras ciudades cubanas la prohibición, anunciada en septiembre, respecto a la venta de ropa y artículos para el hogar importados o adquiridos en las redes del comercio estatal.
El comunicador Odelín Alfonso publicó esta semana en Cubanet los resultados de un recorrido por cinco ferias de la capital; de ellas, una había cerrado totalmente, en tres era ínfimo el porcentaje de kioscos activos respecto a los desocupados, y sólo en una, dedicada a vender calzado artesanal, la cifra de puestos activos era ligeramente mayor que la de los abandonados
La medida no sólo ha afectado a los particulares que habían invertido en esos negocios, sino también a la población, a la cual le facilitaba la solución de necesidades primarias.
En otro reportaje publicado por Cubanet la veterana periodista independiente Gladys Linares cita a un vecino que salió a buscar dos llaves de agua, un artículo que hasta fines del 2013 se encontraba ampliamente disponible en los locales de los trabajadores por cuenta propia:
“Los comercios están vacíos, las tarimas y los quioscos, ‘pelados’. Primero autorizaron a los cuentapropistas a vender y ahora los prohibieron. En fin, como diría Cantiflas, ‘hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos’”.
Un reportaje colectivo sobre la ampliación del sector no estatal (privado), poco más de tres años después de que el gobierno de Raúl Castro decidiera impulsarlo a fin de aligerar las infladas plantillas del Estado, cita estadísticas de esa dependencia según las cuales hasta la mencionada fecha ejercían dicha modalidad laboral en el país 444.109 personas.
Paralelamente, otros 407.608 cubanos se habían dado de baja en el mismo período, lo cual representa el 47,85 por ciento del total.
Economistas de la isla y el exterior han enumerado entre las causas del abandono los elevados impuestos y tarifas, la falta de un mercado mayorista de insumos, la inexperiencia y el acoso de los inspectores estatales.
La revelación surge mientras periodistas independientes reportan los cientos de espacios vacíos que ha dejado en las ferias de cuentapropistas de La Habana y otras ciudades cubanas la prohibición, anunciada en septiembre, respecto a la venta de ropa y artículos para el hogar importados o adquiridos en las redes del comercio estatal.
El comunicador Odelín Alfonso publicó esta semana en Cubanet los resultados de un recorrido por cinco ferias de la capital; de ellas, una había cerrado totalmente, en tres era ínfimo el porcentaje de kioscos activos respecto a los desocupados, y sólo en una, dedicada a vender calzado artesanal, la cifra de puestos activos era ligeramente mayor que la de los abandonados
La medida no sólo ha afectado a los particulares que habían invertido en esos negocios, sino también a la población, a la cual le facilitaba la solución de necesidades primarias.
En otro reportaje publicado por Cubanet la veterana periodista independiente Gladys Linares cita a un vecino que salió a buscar dos llaves de agua, un artículo que hasta fines del 2013 se encontraba ampliamente disponible en los locales de los trabajadores por cuenta propia:
“Los comercios están vacíos, las tarimas y los quioscos, ‘pelados’. Primero autorizaron a los cuentapropistas a vender y ahora los prohibieron. En fin, como diría Cantiflas, ‘hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos’”.