¿Es posible anular el juicio realizado en Cuba sobre la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero ante los nuevos elementos aportados por Ángel Carromero?
Los órganos represivos cubanos siempre se protegieron contra posibles declaraciones futuras de Ángel Carromero.
Para ello le obligaron a reconocer su culpa, a firmar su conformidad con el juicio y con la sentencia y a aceptar acuerdos consulares para su regreso a España a partir de su ratificación de responsabilidad en el accidente.
Cuba ahora presentará todos estos documentos como avales a su favor y desmentirá de oficio las nuevas declaraciones de Carromero.
La posible modificación del proceso judicial realizado en Cuba depende únicamente de la voluntad de la justicia cubana y al ser una institución manejada directamente por el gobierno es improbable que se realice algún proceso de revisión o que se modifique de alguna manera el fallo sancionador que se impusiera contra Carromero.
El sistema represivo cubano tiene una vasta experiencia en esconder la verdad y defender con supuestos elementos legítimos las más ilegítimas de las sanciones.
En el sistema judicial cubano el dicho del acusado no es prueba suficiente para modificar un fallo y hasta el momento no existe ningún otro elemento legal que corrobore el dicho de Carromero.
No se debe esperar una reacción de la justicia cubana en este caso y mucho menos que vaya contra sus propios actos. Se necesita presionarle a nivel internacional y ante la comisión de derechos humanos para que Cuba acepte una revisión del caso.
Los órganos represivos cubanos siempre se protegieron contra posibles declaraciones futuras de Ángel Carromero.
Para ello le obligaron a reconocer su culpa, a firmar su conformidad con el juicio y con la sentencia y a aceptar acuerdos consulares para su regreso a España a partir de su ratificación de responsabilidad en el accidente.
Cuba ahora presentará todos estos documentos como avales a su favor y desmentirá de oficio las nuevas declaraciones de Carromero.
La posible modificación del proceso judicial realizado en Cuba depende únicamente de la voluntad de la justicia cubana y al ser una institución manejada directamente por el gobierno es improbable que se realice algún proceso de revisión o que se modifique de alguna manera el fallo sancionador que se impusiera contra Carromero.
El sistema represivo cubano tiene una vasta experiencia en esconder la verdad y defender con supuestos elementos legítimos las más ilegítimas de las sanciones.
En el sistema judicial cubano el dicho del acusado no es prueba suficiente para modificar un fallo y hasta el momento no existe ningún otro elemento legal que corrobore el dicho de Carromero.
No se debe esperar una reacción de la justicia cubana en este caso y mucho menos que vaya contra sus propios actos. Se necesita presionarle a nivel internacional y ante la comisión de derechos humanos para que Cuba acepte una revisión del caso.