Los secretos tras la muerte del Che Guevara

El escritor Rafael Cerrato durante la presentación en Madrid de su libro Amanecer en La Higuera

"El transmisor se lo dieron roto y no podía comunicarse con Cuba. Tenía que hacerlo con cartas enviadas a México, Montevideo y París, con escritura codificada, pero por correo regular. Un mensaje podía tardar varios meses en llegar a La Habana".
El ex agente de la CIA , Félix Ismael Rodríguez Mendigutía, cuenta en el libro Amanecer en La Higuera, del escritor español Rafael Cerrato, la derrota, captura y ejecución del subversivo Ernesto, Che, Guevara de la Cerna en Bolivia.

Cerrato hablará de su libro este martes 22 de mayo, a las 6 y 30 de la tarde, en la Casa Bacardí de la Universidad de Miami, ubicada en Brescia Avenue, Coral Gables.

Con un prosa que fluye, el libro recoge testimonios inéditos de Rodríguez Mendigutía, el hombre de la CIA que planificó la captura del Che y estuvo junto al guerrillero hasta el último momento de su vida, y por otro lado de Dariel Alarcón, alias Benigno, uno de los tres cubanos supervivientes de aquella aventura subversiva y lugarteniente del Che, testigo directo que presenció, camuflado entre los soldados del ejército boliviano, los hechos de aquel día.

La presentación del libro estará a cargo de Pedro Corzo, director del Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, y de Adriana Bianco, periodista argentina colaboradora de la agencia EFE y de la OEA.

El evento contará además con la presencia de Félix Rodríguez Mendigutia, quien contestará preguntas del público acerca de su participación en la captura del guerrillero argentino.

El intelectual cubano Carlos Alberto Montaner ha dicho sobre Amanecer en La Higuera y sobre su autor: “Rafael Cerrato ha conseguido armar este fascinante relato, absolutamente verídico, pero dotado de la intensidad de una buena novela negra. Todo historiador que quiera escudriñar en este turbio asunto tiene que asomarse a este libro”.

En el libro Félix Rodríguez, de 71 años, desvela también misterios sobre la muerte a manos del espionaje castrista de quienes tuvieron relación con lo ocurrido a Guevara en 1967.

Félix señala que la derrota militar de Guevara se debió en buena parte a la impericia estratégica del argentino, enredado en extender la revolución en el peor de los escenarios posibles, las inhóspitas estribaciones de los Andes, donde estaba prácticamente aislado.

Cuenta el ex agente de la CIA su amistad posterior con Benigno, quién le llega a confesar que él era uno de los cazadores enviados por La Habana para matarle, en venganza por la muerte del cabecilla guerrillero.

Amanecer en La Higuera (Alexandria Library), detalla los misterios de la derrota, captura y ejecución del comunista Guevara en 1967, todo ello en el marco de la amistad de dos antiguos enemigos a los que aproxima años después la común persecución a que los somete el régimen castrista.

Respecto a la aparente traición cometida por Fidel Castro contra su lugarteniente argentino, Félix Rodríguez asegura: "El transmisor se lo dieron roto y no podía comunicarse con Cuba. Tenía que hacerlo con cartas enviadas a México, Montevideo y París, con escritura codificada, pero por correo regular. Un mensaje podía tardar varios meses en llegar a La Habana".

Rodríguez apunta en el libro que él tuvo mejor suerte que los otros personajes implicados en los sucesos de La Higuera, asesinados o muertos en extrañas circunstancias atribuidas a la "maldición del Che", pero que Rodríguez no duda en culpar a la larga mano de los servicios de inteligencia del régimen comunista de Cuba, de los que aún hoy día se guarda.

Entrevistado en exclusiva para MartiNoticias, Rafael Cerrato ha dicho que “el motivo del libro es comparar la visión de dos hombres que a su manera, lucharon por lo que consideraron mejor para su tierra, con la diferencia de que uno de ellos, al fin se dio cuenta del error en que había basado su vida y tuvo que huir en busca de libertad. Partieron de un punto común, el final del Che Guevara. Ambos, se encontraron, años más tarde, hablaron de sus diferencias y encontraron un punto sobre el que edificar su amistad, su amor por la Cuba en que nacieron. Asimismo, reflejar el camino que ambos llevaron desde el inicio de la revolución hasta el 9 de octubre de 1967 en que la vida del Che acabó”.

Respecto al simbolismo de la amistad establecida entre dos antiguos y acérrimos enemigos, Cerrato manifiesta: “Por supuesto que es posible un entente, estos dos hombres son un ejemplo, pero ambos (incido en la palabras entente y diálogo y muy especialmente por parte de Benigno ya que al llevar años viviendo en una sociedad libre ha comprendido en toda su dimensión la manipulación a la que pasó años sometido y ha sufrido y lo sigue haciendo por ello), están de acuerdo en que ha de haber justicia y aquellos hombres que han cometido graves delitos, especialmente de sangre, han de ser juzgados por ello. Para que haya verdadera convivencia ha de haber justicia y especialmente para los grandes dirigentes, culpables de la gran catástrofe a la que han llevado a Cuba”.

Por otro lado, el escritor español con concluye el Che que emerge del libro es un aventurero y un hombre al que no importaban los medios para conseguir sus fines, fuesen los que fuesen, y apunta: “Fines que no parece tener claros ni él mismo. Al mismo tiempo un hombre soberbio, mal guerrillero y peor estratega, pero asimismo un iluso que fue engañado y manipulado por Castro”.