Traspaso de poder Bachelet-Piñera, un déjà vu en Chile

La mandataria chilena Michelle Bachelet junto a su antecesor Sebastián Piñera, en marzo de 2014.

Una vez más, ocurre en Chile un traspaso de poder entre dos mandatarios, que a su vez habían intercambiado el sillón presidencial de la Moneda con anterioridad: Bachelet-Piñera, Piñera- Bachelet y ahora, nuevamente Piñera.

Tal como lo consigna el diario La Tercera, la primera vez fue el 11 de marzo de 2010, cuando Michelle Bachelet, entre fuertes movimientos sísmicos y caras de angustia, sobre todo entre los mandatarios internacionales, entregó la banda que acreditaba al jefe del Poder Ejecutivo a Sebastián Piñera, transformándolo en el primer presidente de derecha en el país desde la vuelta a la democracia.

Cuatro años más tarde, Sebastián Piñera devolvía la banda a Bachelet, quien regresaba de su puesto en Naciones Unidas.

Bachelet es felicitada por su antecesor Piñera, durante la ceremonia de investidura en 2014.

Como si fuera un cuento de nunca acabar, los dos se vuelven a encontrar ante el Congreso Nacional para que otra vez Bachelet vuelva a terciar la banda tricolor a un Piñera que derrotó con holgura a Alejandro Guillier.

Y como si esto fuera poco, ya hay movimiento para llevar a Bachelet de nuevo a la Moneda en el 2022.

Por ahora, es posible que la mandataria acepte de nuevo un puesto en Naciones Unidas, donde fue la primera Directora Ejecutiva de "ONU Mujeres" desde su fundación en 2010, hasta que volvió a Chile para competir por la reelección en 2013. La escena de esta puerta giratoria política entre Bachelet y Piñera los chilenos ya la han visto antes, en un déjà vu poco entendible para el que no es chileno.

El resto del mundo se pregunta el por qué de la rotación de estas figuras claves en la historia política del país. Muchos la atribuyen a la falta de liderazgo entra las filas de la juventud de los partidos chilenos y la clásica "flojera" del electorado, que prefiere ir a la segura con figuras conocidas, como lo demostró al rechazar al candidato izquierdista Guillermo Guillier en las pasadas elecciones presidenciales.

Mientras tanto, hay un clima festivo en todo Chile, con esperanzas en cambios económicos, nueva ley de migración más rígida; y reglamentación en el resguardo de la ciudadanía, materias prometidas por el nuevo gobierno de Piñera.

También hay un reconocimiento a la democracia por parte de gobernantes y delegaciones extranjeras llegados a Santiago de Chile, procedentes de una veintena de países para el relevo presidencial, que muchos consideran un modelo en la región.