El portaaviones, nave emblemática de la armada china, nació en Ucrania en 1986, fue comprada por China un tercio de su precio original, con el pretexto de ser empleada como casino flotante.
La República Popular China acaba de inaugurar, con mucha pompa, la entrada en servicio de su primer portaviones. Pero la nave tiene mucha historia soviética, con componentes rusos, ucranianos y ahora chinos. Se inició la construcción en tiempos de la URSS, en el puerto de Nikolaev, Ucrania, registrado en 1986 y nunca terminada. Su primer nombre fue Riga, la capital de Letonia. Con la desaparición de la URSS la Flota del Mar Negro (donde estaba inscrita la nave), fue dividida entre Rusia y Ucrania y el portaviones paso a manos de Kiev en 1993 con el nombre de Varyag (Varego).
No llegó a construirse completamente, pero una compañía china, Chong Lot Travel Agency Ltd, lo compró por la suma de 20 millones de dólares en 1998 a una Ucrania necesitada de divisas y con una dirigencia muy corrupta. El interés de la compra por parte de China data de 1992, cuando intentaron convencer a los ucranianos de la compra, pero el precio era muy alto. Empresas chinas se dedicaron entonces a comprar portaviones de la ex URSS, como el Minsk y Kiev. Con los años empeoró el deterioro del buque y el precio quedó en 20 millones (un tercio del precio original).
En Ucrania dijeron que no tenían otra opción que venderlo pues la armada ucraniana nunca estaría patrullando océanos.
Los enviados de Pekín aseguraban que sus planes eran construir un casino flotante para la ciudad de Macao. Las autoridades de Macao (hasta 1999 bajo soberanía portuguesa), a donde se suponía que iba el portaviones, se negaron a tener la nave en su ensenada.
Para llevar la nave de Ucrania a China había que atravesar el estrecho de Bósforo, pero los turcos se opusieron, alegando las grandes dimensiones de la nave, el daño a la ecología, etc., por lo que durante 16 meses mantuvieron negociaciones. Se pagó y pasó bajo el inmenso puente colgante de Estambul. Lo curioso es que Chong Lot Travel no tiene oficinas en Macao y es solo una subsidiaria de un holding relacionada con la armada de China.
Solo en el 2001 el Varyag se aproximó a aguas chinas y fue enviado al puerto de Dalian y bajo estricto secreto comenzaron las reparaciones de la nave, las instalaciones de sistemas de mando y comunicación, nueva pintura y pista de aterrizaje.
Ahora el portaviones se llama Liaoning y es el buque insignia de la armada china. El pasado martes fue estrenado con bombo y platillo. El presidente chino Hu Jintao, su primer ministro Wen Jiabao y toda la elite militar del país. Dicen las autoridades oficiales en Pekin que necesitan luchar contra los piratas que azotan la zona, que servirá para ayudar cuando ocurran desastres naturales. El diario The New York Times informa que el Liaoning tendrá solo funciones pedagógicas, solo para entrenamientos.
El dramaturgo ruso Antón P. Chejov afirmó que si en el primer acto de una obra aparece en escena un rifle, ya en el tercero debe de disparar.
Si el que dispara es un portaviones, el disparo es desvastador. Los vecinos de China están muy preocupados por la aparición de un portaaviones que cambia el balance estratégico y bélico en la región.
Las fuerzas armadas chinas llevan años enfrascadas en un proceso de modernización, que copia modelos extranjeros, acumulando armamentos. Con ese objetivo construyen aviones y helicópteros que pueden ser utilizados en los portaviones, como el caza "Shenyang J-15" y los helicópteros "Z-8". La armada china tiene 270 naves, seguida de Corea del Norte con 73, Japón unas 67, Corea del Sur 42 y Taiwán 30 y Rusia 26, según informa el diario The Wall Street Journal.
La situación alrededor de esta nave se complica por las disputas de las autoridades de Pekín con sus vecinos por la soberanía de varias islas y territorios. Los enfrentamientos son con Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei en el Mar de la China Meridional y con Japón, en el Mar del Este de China. Especialistas militares de Rusia aseguran que China planifica tener para el 2020 unos tres portaviones, incluido uno nuclear.
Con esos planes y ese portaviones, en algún momento se oirán en los mares asiáticos los disparos, como enfatizó Chejov.
No llegó a construirse completamente, pero una compañía china, Chong Lot Travel Agency Ltd, lo compró por la suma de 20 millones de dólares en 1998 a una Ucrania necesitada de divisas y con una dirigencia muy corrupta. El interés de la compra por parte de China data de 1992, cuando intentaron convencer a los ucranianos de la compra, pero el precio era muy alto. Empresas chinas se dedicaron entonces a comprar portaviones de la ex URSS, como el Minsk y Kiev. Con los años empeoró el deterioro del buque y el precio quedó en 20 millones (un tercio del precio original).
En Ucrania dijeron que no tenían otra opción que venderlo pues la armada ucraniana nunca estaría patrullando océanos.
Los enviados de Pekín aseguraban que sus planes eran construir un casino flotante para la ciudad de Macao. Las autoridades de Macao (hasta 1999 bajo soberanía portuguesa), a donde se suponía que iba el portaviones, se negaron a tener la nave en su ensenada.
Para llevar la nave de Ucrania a China había que atravesar el estrecho de Bósforo, pero los turcos se opusieron, alegando las grandes dimensiones de la nave, el daño a la ecología, etc., por lo que durante 16 meses mantuvieron negociaciones. Se pagó y pasó bajo el inmenso puente colgante de Estambul. Lo curioso es que Chong Lot Travel no tiene oficinas en Macao y es solo una subsidiaria de un holding relacionada con la armada de China.
Solo en el 2001 el Varyag se aproximó a aguas chinas y fue enviado al puerto de Dalian y bajo estricto secreto comenzaron las reparaciones de la nave, las instalaciones de sistemas de mando y comunicación, nueva pintura y pista de aterrizaje.
Ahora el portaviones se llama Liaoning y es el buque insignia de la armada china. El pasado martes fue estrenado con bombo y platillo. El presidente chino Hu Jintao, su primer ministro Wen Jiabao y toda la elite militar del país. Dicen las autoridades oficiales en Pekin que necesitan luchar contra los piratas que azotan la zona, que servirá para ayudar cuando ocurran desastres naturales. El diario The New York Times informa que el Liaoning tendrá solo funciones pedagógicas, solo para entrenamientos.
El dramaturgo ruso Antón P. Chejov afirmó que si en el primer acto de una obra aparece en escena un rifle, ya en el tercero debe de disparar.
Si el que dispara es un portaviones, el disparo es desvastador. Los vecinos de China están muy preocupados por la aparición de un portaaviones que cambia el balance estratégico y bélico en la región.
Las fuerzas armadas chinas llevan años enfrascadas en un proceso de modernización, que copia modelos extranjeros, acumulando armamentos. Con ese objetivo construyen aviones y helicópteros que pueden ser utilizados en los portaviones, como el caza "Shenyang J-15" y los helicópteros "Z-8". La armada china tiene 270 naves, seguida de Corea del Norte con 73, Japón unas 67, Corea del Sur 42 y Taiwán 30 y Rusia 26, según informa el diario The Wall Street Journal.
La situación alrededor de esta nave se complica por las disputas de las autoridades de Pekín con sus vecinos por la soberanía de varias islas y territorios. Los enfrentamientos son con Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei en el Mar de la China Meridional y con Japón, en el Mar del Este de China. Especialistas militares de Rusia aseguran que China planifica tener para el 2020 unos tres portaviones, incluido uno nuclear.
Con esos planes y ese portaviones, en algún momento se oirán en los mares asiáticos los disparos, como enfatizó Chejov.